El feminicidio de Carolina: liberaron a los sospechosos a pesar de encontrarlos con el cuerpo

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La columna rota

El feminicidio de Carolina: liberaron a los sospechosos a pesar de encontrarlos con el cuerpo

A pesar de que sus padres vieron marcas en su cuello, la fiscalía del Estado de Jalisco asegura que fue una "muerte natural".

Carolina Alejandra Bastidas nació el 22 de agosto de 1996 en Guadalajara, Jalisco. Era la segunda hija de María Auxilio y Daniel Bastidas. Su madre me contó por teléfono la historia de la muerte de su hija. Tenía 20 años.

Desde muy pequeña, Carolina mostró ese espíritu de ayudar. Tenía una buena relación con su hermano mayor y tenía un novio. Quería ser educadora, por lo que esperaba entrar a la Universidad a estudiar Pedagogía. Sin embargo, al no pasar el examen, entró a estudiar al Centro de Estudios Profesionales en Computación y Comercio para Auxiliar Educadora.

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Carolina también trabajaba como barista en un café en la zona centro de Guadalajara. El café donde trabajaba era muy concurrido por estudiantes y frente a éste había un edificio donde vivían muchos de ellos. Ahí conoció a NR*, quien a diario acudía al lugar. “Carolina no era una chica desconfiada o que viera mala intención en las personas. Era muy sana, eso la hacía creer que todos lo eran”, me cuenta María.

El 10 de diciembre de 2016, Caro salió de su casa directo a la cafetería donde trabajaba, ya que le habían pedido que cubriera a un compañero por la mañana. María le preparó su lonche y se despidió de ella. Fue la última vez que la vio viva.

Carolina solía llegar a su casa a las 9PM. Como no la habían podido localizar en todo el día, al no llegar a esa hora sus padres comenzaron a preocuparse. El celular de su hija los había mandado a buzón durante el día, y cuando trataron de marcarle a esa hora, ocurrió lo mismo. A las 11 de la noche de ese sábado, María le marcó al novio de Caro para preguntarle por ella, pero no estaba con él.

A las seis de la mañana del domingo, María y Daniel salieron rumbo a hospitales y clínicas de la Cruz Roja para buscar a su hija. En el camino llamaron al jefe de Caro. Sorprendido, les dijo que la vio a las 3PM cuando salió de trabajar. “La vi con NR, cruzando la calle. De hecho, le dije que le iba a pagar y me respondió que no tardaba en regresar”, les explicó el jefe de la joven.

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Entonces fueron al departamento de NR, ubicado a pocos minutos de la cafetería. Por más de 40 minutos tocaron el timbre hasta que NR se asomó por la ventana. “Somos los padres de Carolina y queremos saber si está aquí contigo”. La respuesta fue sí.

Tardaron más de media hora en abrir la puerta, por lo que los padres de Carolina, insistentes y molestos, llamaron a la policía. Finalmente los padres lograron entrar al departamento y al preguntar por su hija, la respuesta del sujeto fue que se encontraba en el baño. Entonces uno de los tíos de Caro, quien acompañaba a los padres, pateó la puerta.

Ahí estaba Caro, tendida en el suelo. Los padres y el tío de Caro alcanzaron a verla, con marcas en el cuello. Entonces llegó la policía y los sacó del lugar. En el lugar también estaba NR2*, hermano de NR; ambos fueron detenidos solamente para declarar lo que había sucedido y de inmediato fueron liberados.

Caro se convirtió para las autoridades en una carpeta más. La Fiscalía del Estado de Jalisco determinó que Carolina “murió” por broncoaspiración. María todavía se cuestiona si en realidad fue un accidente como dicen: “¿Por qué no llamaron a una ambulancia?, ¿por qué no trataron de comunicarse con nosotros?, ¿por qué no la ayudaron? Algo más paso ahí, Caro se veía lastimada”, asegura. De acuerdo con la fiscalía, las marcas en el cuello de Carolina se debieron a una alergia.

Desde el 11 de diciembre de 2016, los padres de Carolina piden justicia. Han solicitado decenas de ocasiones que el caso sea tratado como feminicidio. La Fiscalía sigue insistiendo que fue una “muerte natural”.

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El 21 de mayo de 2018 fue instalado el memorial a 1,500 víctimas de feminicidio en Jalisco. Ahí está su nombre, Carolina Alejandra, para que las autoridades del Estado no olviden que tienen centenares de cuentas pendientes con estás familias, para que no crean que María y Daniel permitirán que su hija se quede en la omisión, con la certeza de que no se detendrán, hasta que haya justicia para Carolina.

*Nombres Reservados

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@FridaGuerrera

fridaguerrera@gmail.com