La Guía Vice de Viena

Fotos por DBBD excepto que se indique lo contrario

Creo que muchos de vosotros pensáis que Viena es solo para gente mayor solo porque inventamos a Mozart en lugar del hip-hop. Según mi madre, Mozart es mucho mejor. En cualquier caso, Viena es mucho más que una caja de bombones gigante dedicada a Mozart. De hecho, es una ciudad genial para salir de marcha y cuna de Conchita Wurst. Esas razones deberían bastarte para que vengas a conocerla y te quedes unos días.

Utiliza los siguientes links para ir directamente a cada sección:

– DÓNDE IR DE FIESTA
– DROGAS
– POLÍTICA, MANIFESTACIONES, ETC.
– COMIDAS TÍPICAS
– DÓNDE EMBORRACHARSE
– ALOJAMIENTO
– VIENA LGBT
– DÓNDE IR CUANDO ESTÉS SOBRIO
– CÓMO EVITAR QUE TE TIMEN O QUE TE DEN UNA PALIZA
– NO SEAS UN TURISTA DE MIERDA
– QUÉ DEBES EVITAR
– PROPINA Y FRASES ÚTILES
– UNA LISTA DE YOUTUBE DE MÚSICA DE VIENA
– VICE CITY MAP

Durante los últimos años, nosotros, los intelectuales, sofisticados y barrocos vieneses hemos aprendido a meternos una pasti por el culo y pasárnoslo bien, pero dado que no somos muchos, la mayoría de las discotecas varían las sesiones cada semana. Así, no hay ningún club de tecno emblemático en Viena. En cualquier caso, si te gusta la música electrónica, vale la pena darse un paseo por la zona del Prater, donde encontrarás el Fluc (un antiguo paso subterráneo) y el Pratersauna, que antiguamente era una sauna. No te tires a las piscinas, que no suelen tener agua. Otra opción es el Grelle Forelle, un misterioso club cerca del Donaukanal que mantiene su halo oscuro prohibiendo las fotos en su interior. Pero esto es una guía de viaje, así que te contaremos qué pinta tiene por dentro: de discoteca.

Respecto a los clubes más pequeños, recomendamos el Celeste, que suele estar siempre lleno de gente sudorosa, aunque es un buen sitio para beber, o el brut bar, que suele estar lleno de gente sudorosa, aunque es un buen sitio para mojar. En Viena la fiesta suele prolongarse hasta las 5 o las 6 de la madrugada.

En verano se suelen celebrar fiestas al aire libre a las que vale la pena acudir. Las mejores son Tanz Durch Den Tag (baila todo el día), Kein Sonntag ohne Techno (ni un domingo sin tecno) y la casi homónima Techno Sonntag (domingo tecno).

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Para ser totalmente sinceros, Viena no es la mejor ciudad para pillar drogas si eres un turista. Hay mucha gente que pasa de la droga aquí, no está en nuestra cultura. Encontrarás a muchos adictos a la heroína en los alrededores de Karlsplatz, y supongo que no hace falta que te diga que te mantengas alejado de ellos..

Parece ser que hay gente que pilla en estaciones de metro como Schottenring de la línea U2 o en la línea verde, la U4, entre Karlsplatz y Längenfeldgasse. Con mucha suerte, la farla que te vendan no será 100% antiparasitario para caballos.

El MDMA y el speed no son frecuentes a no ser que se trate de una fiesta tecno gratuita. En ese caso, lo más probable es que también haya un laboratorio móvil para hacer a la gente un test de estupefacientes llamado “check it”.

La situación legal es similar a la del resto de países de Europa. No te enciendas un porro delante de las narices de la poli, aunque tengan problemas más graves que resolver.

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A diferencia de nuestros vecinos húngaros, por ahora en Austria no hay muchas bandas de moteros de extrema derecha o abiertamente antisemitas. No obstante, sí que existe un consolidado bloque derechista del que alguien de fuera puede que no sea consciente hasta que se encuentre en el lado equivocado de una manifestación. Cabe destacar que, en comparación con los disturbios de otras ciudades del mundo, las manifestaciones de Viena son bastante reducidas, insignificantes. Las cosas se complicaron el enero pasado cuando un pequeño grupo de manifestantes salieron a la calle para protestar contra el Akademikerball anual, organizado por el ultraderechista Partido de la Libertad y al que acudieron Marie Le Pen y Filip Dewinter. Aunque al final solo hubo un par o tres de escaparates rotos, la manifestación se saldó con varios arrestos.

El resto del año, el tema principal para los activistas austriacos son los refugiados. En 2012, surgió un movimiento de protestas a favor de un campamento de refugiados que organizó una marcha de 35 km saliendo desde el mayor centro de refugiados de Austria, en Traiskirchen, y acabando en Viena. Dos semanas después, la policía desmanteló (y destruyó totalmente) el campamento. Los refugiados se desplazaron a la cercana Iglesia Votiva, donde realizaron prolongadas huelgas de hambre y concedieron numerosas ruedas de prensa hasta que finalmente fueron en parte detenidos y en parte deportados a un monasterio, en el que algunos de ellos aún siguen a la espera de que se decida si Austria les concederá asilo político.

Recientemente se ha añadido a la cultura de las protestas de Viena una nueva modalidad, las llamadas ‘protestas del lunes’, en las que hippies de la tercera edad, adeptos a las teorías de la conspiración y otros activistas de diversa índole comparten su desconfianza en la clase política austriaca, la política de Occidente, la OTAN, los principales medios de comunicación y cualquier otra cosa que se les ocurra. Por ahora no han logrado hacer converger sus teorías en una única superconspiración iluminadora, así que son solo lunáticos inofensivos que se reúnen cada semana en Heldenplatz para leer poemas (algunos de los cuales, por cierto, tienen tintes algo antisemitas). Si pasas por Heldenplatz un lunes, llévate el gorro de papel de plata.

El movimiento okupa en Viena es bastante reducido. Tan reducido que se limita a la célebre EKH, una casa habitada por okupas desde 1990, en la que celebran conciertos y veladas clandestinas de lucha. Pero no olvidemos que estamos en Austria: técnicamente, estos tíos firmaron un contrato de alquiler en 2008, así que en términos relativos, son unos falsos.

Los refugiados son un tema candente para los activistas austriacos. En 2012, un grupo de personas se manifestaron a favor de un campamento de refugiados organizando una marcha de 33 km desde el mayor centro de refugiados de Austria, en Traiskirchen, hasta la capital. Dos semanas después, la policía desmanteló y destrozó por completo el campamento.

Los refugiados se desplazaron a la cercana Iglesia Votiva, desde donde llevaron a cabo prolongadas huelgas de hambre y celebraron varias ruedas de prensa antes de ser arrestados y deportados en parte a un monasterio. Algunos de ellos continúan allí, a la espera de que el Gobierno de Austria decida si les concede o no asilo político.

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Plachutta

Wollzeile 38, 1010

En Austria comemos mucha ternera, y el Tafelspitz (carne de ternera hervida) de este sitio no puede ser más auténticamente austriaco. Bueno, podría serlo si te lo sirviera Michael Haneke subido en un clavicordio.

Anzengruber

Schleifmühlgasse 19, 1040 

La mayoría de las guías turísticas que consultes seguramente te recomendarán que vayas a Figlmüller a comer Schnitzel; no me extraña, porque ahí tienen los trozos de carne más grandes de la ciudad. Sin embargo, si prefieres ahorrarte el gentío mientras fagocitas Schnitzel frito como un verdadero cerdo, este punto de encuentro de artistas es la mejor opción.

Konoba

Lerchenfelderstrasse 66-68

Pídete el pescado que te recomienden en este fantástico restaurante croata. Los camareros saben del tema y, en cualquier caso, no querrás que se enfaden, porque tienen unas pintas que dan miedo.

Yume

Bergmillergasse 3

Este sitio está en Hütteldorf, es decir, lo más lejos de la ciudad que irás, pero vale la pena hacer el viaje, no tanto por la comida como por ver a su chef en acción. Es un tipo chino llamado Martin que suele acabar bebiendo contigo, a veces medio desnudo.

Schweizerhaus

Prater 116, 1020

El Stelze (codillo de cerdo) de este restaurante tiene un nombre tan engañoso para el turista como el de brazo de gitano. Lo cierto es que se trata de trozos de jamón asados y son la hostia de buenos.

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Brunzlgröstl

Las morcillas son esas cosas extraordinarias cuya popularidad se ha visto muy dañada gracias a una generación de gente con pocas luces que cree que las fabrica Carrefour con una impresora 3D. La mejor manera de comer morcillas es en este delicioso plato, acompañadas con patatas.

Fiaker-Gulasch

En Austria estamos empezando a darnos cuenta de lo buena idea que es el desayuno inglés completo, aunque todavía no estamos preparados para renunciar a nuestra dieta básica, así que hemos hecho una mezcla. Este se compone de goulash, huevos fritos y salchichas y está buenísimo.

Bosna mit Käsekrainer

Coge la clásica salchicha y llénala de queso, kilos de cebolla y curry en polvo hasta casi reventar et voilà. Falta poco para que EUA colonice este plato y se venda en los barrios burgueses a precios de escándalo. ¿Perritos calientes y queso malo? Los estadounidenses van a flipar.

Schweinsbraten

Nunca en tu vida has probado un cerdo asado como este. El jamón cocido de tu país es lo que nuestros Schweinbraten dan de comer a sus hijos inválidos.

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Foto por Stefanie Katzinger

Margaretenstraße

El cuarto distrito, en Margaretenstraße, es donde suelen empezar las buenas juergas y también donde muchas de ellas acaban. Aquí encontrarás muchos garitos decentes a los que podrás ir caminando, como Schikaneder, Transporter y Kiosk.

Zollergasse

Por cada bar, como el Liebling o el Europa, hay también una bonita boutique en alguna callejuela lateral, lo que convierte esta zona en un ecosistema cerrado para aquellos que quieran pasarse el día bebiendo y comprando.

Schadekgasse

Este sitio tiene una ubicación excelente, junto a la célebre Flakturm,vienesa, una de las pocas torres antiaéreas que han sobrevivido la Segunda Guerra Mundial. Dispone de una preciosa terraza conocida como Futuregraden.

Kärntner Straße

Se supone que en Europa odiamos a los estadounidenses por lo de Irak y el dúo Kim Kardashian-Kanye West, pero la verdad es que nos encantan. La prueba de ello es KärntnerStraße, ya que esta calle es el Rodeo Drive de Viena, en la que se encuentra la mayor concentración de bares típicos estadounidenses, como el minúsculo Loos Bar, en el que una vez vieron a Quentin Tarantino diciéndole a una camarera que tenía los pies preciosos. Me pregunto si acabaron follando. Tendrás que preguntárselo (ni se te ocurra).

Karmelitermarkt

La variante austriaca de un hipster se denomina “bobo”, abreviatura de “bohemian-bourgeoisie”. Si quieres conocer bobos, tienes que ir a Karmelitermarkt. Alrededor de este pequeño mercado encontrarás bares en los que sirven buena comida, como el Tachles, el fantástico New Bar o el Shabu, donde puedes jugar a un tipo de billar muy peculiar. En esta zona también está una de las mejores pizzerías de Viena, Pizza Mari,, aunque no conseguirás una mesa sin haber reservado antes.

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Foto por Stefanie Katzinger

No será necesario que robes ningún banco para alojarte en el Hotel Urania (a partir de 54 euros por habitación). Sus habitaciones tienen un aire vienés antiguo que hará las delicias de los aficionados a Instagram y de los que gustan de aparentar tener pasta. Hay un observatorio cerca del hotel que, como todo viajero experimentado sabrá, es un fumadero.

Si dispones de algo más de dinero para gastar y quieres quedarte en un sitio que parece que hayan teletransportado desde Williamsburg, el Hotel Daniel (desde 95 euros la habitación) tiene su propia panadería y un servicio de alquiler de bicicletas. Otro favorito de los hipsters es el proyecto Urbanauts (a partir de 120 euros por habitación), creado por un colectivo de tres arquitectos del oeste de Austria que se dedican a transformar locales abandonados en lofts. Actualmente disponen de tres habitaciones.

Ninguna lista de hoteles en Viena estaría completa sin mencionar el Hotel Orient, aunque este sea un sitio en el que no puedes pasar una noche entera. Las habitaciones no se alquilan por noches completas excepto los fines de semana. Una estancia de tres horas cuesta entre 63 y 95 euros, así que no estamos ante el típico hotelucho de tres al cuarto. El Orient es un “hotel del amor” de lujo, por lo que mejor que vayas con un amigo. Un amigo con el que folles, lo cual no deja de ser un poco raro porque si estás de vacaciones con un amigo con el que follas, lo más probable es que ya tengáis un hotel pagado.

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Foto por Stefanie Katzinger

En cada país hay un puñado de imbéciles homófobos, pero ser gay en Viena es una experiencia bastante buena. Puedes ir de la mano de tu pareja sin problema, y hay fiestas gais que son tan geniales que incluso la gente hetero prefiere acudir a ellas.

La mejor sesión probablemente sea Rhinoplasty, que se celebra en el Club U cada dos semanas. La organiza un grupo de drag queens y es la mejor opción para un after-party a lo bestia, así que no te extrañes si notas un olorcillo a lubricante en el ambiente.

Una vez al año, la Rainbow Parade convierte los antiguos bulevares del centro de la capital en una orgía de pollas giratorias y vaginas desenfadadas, pero de eso va esta fiesta, ¿no? Más característico es nuestro Life Ball anual, que atrae a gais de todas partes del mundo ¾incluido Bill Clinton¾y deja la ciudad entera cubierta de purpurina. Este año se anuncia con este increíble póster.

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Foto por Stefanie Katzinger

MuseumsQuartier

A pesar de llamarse el “barrio de los museos”, realmente no se trata de un barrio, sino de una manzana con cafés, bares y museos en la parte de fuera y un amplio espacio abierto en el interior. Los establecimientos de alrededor están bien, pero la principal atracción son los modernos asientos de plástico que hay en el centro, llamados Enzis, y que cada año presentan un color distinto. Son feos a más no poder, pero aquí es donde la gente joven de la ciudad se reúne con los amigos a beber cerveza y a preguntarse cómo serán las drogas.

Prater

Habrás oído hablar del Prater por su noria gigante, escenario del famoso monólogo de Harry Lime en El Tercer Hombre. Puedes recrear la escena o volverte loco, renunciar a soltar un rollo deprimente sobre lo banal de la vida y disfrutar del sol como el tío sin complicaciones que eres.

Kunsthistorisches Museum

Si solo piensas visitar un museo de Viena, que sea este. No es cool ni tiene ínfulas artísticas, pero podrás ver unos cuantos dinosaurios y una cantidad tal de bestias disecadas que reafirman que la labor de los taxidermistas vale para algo. El edificio es genial y hay un bonito parque justo delante.

Ve.sch

Puede parecer simplemente una habitación vacía, sin sillas ni una barra, pero cada miércoles este es el sitio en el que rompemos con la rutina seminal. Acércate a conocernos. De verdad, es una pasada.

Gartenbaukino

Una vez, Martin Scorsese dijo una vez que este era el cine más bonito que existía. No lo sé con toda seguridad, pero hay que suponer que Martin Scorsese tenía buen gusto para los cines.

Danube Lido

Si es verano y necesitas refrescarte un poco, coge la línea U1 de metro y dirígete a Arbeiterstrandbad, una bonita “playa” a orillas del Danubio. Si dispones de toda una tarde libre, puedes incluso ir a Kritzendorf, a unos 45 minutos de Viena. Es un sitio ideal para bañarse en aguas naturales y conocer al cabecilla de la Sociedad Esperanto de Viena, que tiene una parada en la que vende melones.

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Foto por Stefanie Katzinger

A pesar de las historias sobre iPods robados a plena luz del día, Viena es una ciudad tan segura como cualquier otra de Europa. Es como una guardería con palacios. En términos generales, nuestra mayor preocupación son los robos de bicicletas o de partes de ellas, como las ruedas o el sillín, dejándolas inservibles. Eso es incluso peor que robarla entera.

Ten cuidado con los carteristas en la zona de bares de Gürtel, sobre todo en el Rhiz, uno de los locales más populares de la zona en el que se llevarán tu chaqueta, tu móvil y tu monedero mientras intentas parecer cool bailando al ritmo de indie-rock alternativo alemán.

Un amigo de un amigo pensó que le habían robado después de una borrachera, cuando se despertó con la cara partida. Pero al volver sobre sus pasos encontró todo lo que pensaba que le habían robado. En Viena bebemos tanto que somos un peligro para nosotros mismos, tanto como lo podría ser cualquiera.

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Foto por Stefanie Katzinger

En Viena predominan dos tipos de turistas, ambos horribles por igual. Los primeros son los japoneses millonarios que vienen a Austria con su familia, todos ridículamente bien vestidos, porque son fans de la música clásica y los caballos y desearían ardientemente haber vivido en la Europa del siglo XIX.

Los segundos son estadounidenses que han visto Antes del amanecer (seguramente después de haber visto Antes del anochecer) y quieren vivir experiencias como los trasnochadores con pretensiones culturales de la vieja Europa, como pasearse por cementerios con la esperanza de tropezarse con alguna chica francesa o una gitana adivina que les prediga el futuro.

Ambos acabarán decepcionados, porque esa “verdadera Viena” que están buscando no existe. Hagas lo que hagas, procura no exagerarlo con tus ambiciones culturales, porque lo único que conseguirás es parecer un gilipollas pretencioso.

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Foto por Stefanie Katzinger

Los falsos Mozart de los lugares emblemáticos

Parece que visitar Viena implica necesariamente que te gusten los caballos, la música clásica y la ópera. Al menos eso es lo que creen los vendedores de souvenirs que encontrarás en los sitios más célebres de Viena, como Stephansdom, nuestra famosa iglesia de casi 700 años de antigüedad. Todos ellos van vestidos como versiones Disney de Mozart y cuando vuelven a casa por la tarde, los vecinos les tiran huevos.

Vendedores chillones en Naschmarkt

Hay varios restaurantes y puestos de comida bastante decentes en Naschmarkt y la mayoría de ellos tienen los mismos proveedores. No te dejes embaucar por el vendedor que más grite. Busca los puestos en los que veas señoras mayores que hablan poco: su mercancía es mejor.

La gente de Lugner City

Aquí solo encontrarás locos de los centros comerciales que consideran los Burger King auténticos epítomes de la alta gastronomía. Para evitar a esta gente, simplemente evita ir a Lugner City.

Christkindmarkt

Los mercados navideños de Austria son como Esperando a Godot reescrito por un vendedor de Glögg sin inspiración (el Glögg es un vino caliente especiado, ignorante).

Schönbrunn

Hay gente que flipa con este sitio, pero admitámoslo: es un palacio antiguo, es amarillo y tiene un jardín enorme. Ya sé que donde vives no hay uno así, pero, por favor, ¿podemos ir ya a otro sitio?

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Foto por Stefanie Katzinger

Propinas

En Austria la gente tiene unos sueldos decentes y tanto la sanidad como la educación son prácticamente gratuitas, así que una propina de un 10 por ciento como máximo es más que suficiente. Si intentas dejar un 20 por ciento, la camarera seguramente intentará denunciarte por acoso sexual.

Frases útiles

Budan?: esta es la forma más primitiva de decir que quieres follar. A veces ser primitivo es la mejor forma de dejar clara tu intención.

Geh scheißen: vete a la mierda

Krügerl o Halbe: ambos términos significan “una pinta de cerveza”, así que son absolutamente necesarios en tu léxico básico. El primero se usa en Viena y el Segundo lo oirás prácticamente en toda Austria. Paradójicamente, “Krügerl” se traduce como “jarra diminuta”, mientras que “Halbe” significa “media”, refiriéndose a “medio litro de cerveza”.

Oida:en la jerga de los jóvenes, esta palabra significa “tío” y la usa mucho la gente que se pasa media vida en los centros comerciales y los capullos. La traducción literal sería “viejo” y significa justo lo contrario. Suele añadirse al final de cada puta frase para enfatizar.

Ur: en alemán significa “antiguo”, pero en Austria se traduce como “muy”. Se usa para enfatizar el significado de la palabra a la que precede como prefijo: urcool (superguay), urgut (muy bueno), urnett (muy bien/chulo). Úsalo solo en Viena, ya que si lo usas en cualquier otro sitio te odiarán, porque odian a los vieneses.

Wappler:término de la jerga austriaca equivalente a “capullo”. Probablemente lo oirás dirigido hacia ti más veces de las que tú lo llegarás a utilizar.

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YOUTUBE PLAYLIST EMBED

No es una lista exclusiva de música de aquí, pero en ella encontrarás los temas que suenan en los bares de Viena este verano. Y sí, nos gusta Sam Smith. Nadie es perfecto.

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Pues eso es todo. Venid a conocer nuestra ciudad, pero no hagáis el capullo, por favor.

Servus,

VICE Austria