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Si tienes tatuajes y vives en Cuba, entonces tienes un problema

La estigmatización contra esta práctica es muy fuerte en la isla. Sin embargo, los tatuadores y los amantes de los tatuajes van abriendo su propio camino, por lo que inventan sus propios instrumentos para tatuar.

Fotos por Stacey Rupolo.

Este año, un político de 52 años llamado Miguel Díaz-Canel fue nombrado vicepresidente del Consejo del Gobierno del Estado en Cuba haciéndolo un probable líder del país. Algunos cubanos esperan que él conduzca su país hacia una nueva era. Una razón: mientras él fue gobernador de la provincia de Villa Clara, auspició el festival del tatuaje.

Actualmente, cuando los cubano-americanos vuelven a su tierra natal de visita, frecuentemente llegan cargados de regalos para sus amigos y familiares, que van desde lentes de sol hasta televisores de pantalla plana. El Che Alejandro quiere algo más: revistas de tatuajes, tinta y agujas. “Ahora mismo son sólo unos cuantos quienes nos traen suministros para tatuajes”. El Che Alejandro, quien es conocido como el padrino de la escena cubana del tatuaje me dijo: “no puedes obtener una licencia para importarlos, así que se tienen que traer pequeñas cosas en los equipajes y vendértelos. Muchas veces no son de la mejor calidad”.

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Todo el equipo que los tatuadores necesitan o es ilegal o no está disponible en Cuba. Las autoclaves, que esterilizan las agujas para tatuar están prohibidas. Esto ha forzado a los tatuadores a improvisar. Ellos improvisan con canastos, instrumentos médicos y ollas de presión. Ser un tatuador en Cuba es difícil. Pero hace que el Che sienta que él está expandiendo el espacio para la expresión personal en un país donde la individualidad ha sido siempre desaprobada. Los instrumentos para tatuar son difíciles de encontrar. Así que el Che ha innovado. El Che dibuja diseños desde su patineta y de los comics. Él hace sus propias agujas y cuando trabaja para completar un tatuaje grande o complejo, ofrece grandes descuentos a sus clientes.

“Estamos yendo muy lento”, dijo, evaluando el ritmo del cambio en Cuba. “Necesitamos avanzar. La gente muere esperando la libertad”.

Los cubanos están abrazando tendencias culturales del extranjero más efervescentemente que en ningún otro momento en la mitad del siglo pasado, es difícil ahora caminar por las calles de La Habana bañadas por el sol sin encontrarse con tatuajes.

En Cuba “tatuaje”ha sido, por mucho tiempo, un tabú. El estigma ha permanecido fuertemente. Desde hace un par de años, los cubanos tatuados no tenían permitida la entrada a las playas. Las ferias de libros patrocinadas por el Estado todavía se niegan a tener entre sus existencias a revistas sobre tatuajes. Existen reglas no oficiales en contra de otorgar empleo a las personas tatuadas. Algunos cubanos han reportado que la gente tatuada no puede trabajar en el aeropuerto.

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Un anciano cubano, Albero Carmona, recuerda que cuando él era pequeño sólo las prostitutas y los criminales tenían tatuajes. Dijo que la obsesión actual por los tatuajes refleja una generación desconectada del espíritu revolucionario que animó a muchos de sus familiares. “Si allí hubiera una propuesta, la gente tendría tatuajes”, dijo. “Si estos niños se adhirieran a la Unión de Jóvenes Comunistas, entonces la nación sería más fuerte”.

Muchos de los jóvenes cubanos que van con el Che Alejandro para tatuarse, saben que pueden permanecer marcados y estigmatizados, conduciéndolos a tener problemas para ir a la escuela o para encontrar trabajo.

Sosa Santa, otra tatuadora quien trabaja afuera de un sucio departamento en la Vieja Habana me dijo: “Hice mi primera máquina para tatuar. Ahora hago tatuajes a todo tipo de personas. Hago tatuajes a los policías”.

A pesar de que los tatuadores pueden operar al margen de la sociedad, también pueden ganar dinero con ello. La mayoría de los cubanos tiene un trabajo oficial, en los puestos del gobierno ganan sólo 30 dólares por mes. “Ser un tatuador, puedo hacer mucho más dinero que estando en el gobierno”, dijo Sosa. “Se supone que los doctores y los maestros ganan mucho más que yo, pero no es así”.

Un tatuador puede ganar mucho más que lo que la gente gana en un mes, haciendo sólo tatuajes. Los clientes encuentran a los tatuadores gracias a recomendaciones de conocidos, a veces preguntando a los amigos que ya tienen un tatuaje, buscando orientación. Las reformas económicas recientes han legalizado muchas formas de pequeños negocios, desde restaurantes hasta gimnasios para practicar aerobics, pero los estudios para tatuar no están en la lista.

Muchos de los tatuajes populares en Cuba son similares a los que puedes ver en Miami o Nueva York. Deportistas o modelos con tribales bien definidos. Las mujeres prefieren las flores y las marcas de garras. Los dragones son muy populares. También las imágenes de Jesús. Algunos viejos cubanos llevan tatuajes de la bandera cubana y de líderes revolucionarios como el Che Guevara.

Alberto Veldez, quien estaba pidiendo cambio de puesto cerca de la majestuosa Plaza de Armas, dijo que él se hizo su propio tatuaje cuando tenía 14 años. Ahora tiene más de veinte. Su favorito es una sola palabra: Libertad.Está en su hombro derecho. Dice que Cuba necesita más libertad y que sus tatuajes han hecho que la policía lo amedrente.