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Música

"Los años maravillosos" y otros 9 cabezotes épicos de series gringas

En español nos las sabemos, en inglés nos las inventamos.

No nos digamos mentiras, la caja mágica nos cambió la vida. Le debemos tanto a la televisión como nos imaginemos. A los mamertos que dicen que no, y que por el contrario piensan que esta nos ha restado capacidad crítica y tiempo de valor útil. Solo basta ponerles el capítulo de "Los Años Maravillosos" en el que Kevin Arnold pelea con su mejor amigo, Paul Pfeiffer, por Winny, la amiguita de ambos y que le paraba más bolas al protagonista, para comprender en menos de una hora (sin propagandas), el verdadero significado de la amistad. O verse un capítulo al azar del "Príncipe del rap" para entender el concepto de igualdad. Así, hay miles de argumentos de peso en cada serie para entender que la televisión está a la base de nuestra escala de valores y que hay que saberla ver para ponerla a funcionar como una herramienta constructora de sociedades y culturas (Re-mamerto esto, pero qué le hacemos, es así).

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Bueno, el caso es que en un ataque de nostalgia repentino, nos pusimos a hablar de esas series gringas que nos terminaron dando forma como personas y todos aquí sabemos que recordar este tipo de cosas es un planzaso. Es que esos gringos sí que saben contar historias. El entretenimiento se les da facilito, es definitivamente su especialidad. Nos tuvieron con los ojos cuadrados años, riendo, llorando, esperando el episodio venidero, nos reunieron en familia, en ocasiones nos sugirieron estar a solas, nos dieron amistades que incluso hasta hoy han perdurado, y todo, eso sí, con el patrocinio de nuestros hermanos los peruanos, ya que sin ellos no nos hubiera llegado ni la mitad de estos grandes seriados. ¡Qué viva Perú!

Como lo nuestro es la música en todas sus manifestaciones, decidimos recopilar y reseñar diez cabezotes inmarcesibles de seriados estadounidenses, diez canciones de esas que daban inicio a esas ficciones retro que nos vieron crecer, y que cuando estaban en español las cantábamos de memoria, y cuando estaban en inglés, nos las inventamos sin pena alguna.

Sin más ni más, a recordar y a cantar mis viejitos.

***

Los Años Maravillosos

Empecemos por el más cerdo de todos. Este intro se nos quedó grabado en la memoria para siempre a varias generaciones. ¿Quién no se acuerda de esa tremenda emoción que se sentía cuando iba a empezar esta tremenda serie, los domingos en la noche? Todos ahí arrunchados en la cama de los papás, esperando la historia de turno, que de seguro le iba a dejar una gran lección de vida, inclusive a los cuchos. Musicalizado a la perfección por uno de los mejores covers que se han hecho en la historia del rock, Joe Cocker desgarrando su voz para hacerle un tributo estremecedor a Los Beatles con la canción "With a little help from my friends".

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Guardianes de la bahía

Cuerpos esculturales, playas soleadas, gente hermosa que corre en cámara lenta con un flotador punteagudo anaranjado. "Guardianes de la bahía" lo tenía todo. Todos queríamos ser como ellos; lindos, bronceados, tonificados, con un trabajo emocionante en una playa en la que nunca llueve. Y con tremendas nenas además. Por eso, cada vez que íbamos a la costa cuando eramos chiquitos, tarareábamos esa tonada cantada por Peter Cetera, llamada "Save Me". La canción era un pop ochentero típico. Un pianito pegajoso, un bajo todo robusto y medio saturado, sintetizadores todos gozadores que provocan mover las caderas en la pista de baile. Pero en este caso lo mejor era correr por la arena caliente mientras se nos ampollaban las plantas de los pies y se nos quemaba el flaco cuero, al tiempo que gritaban: "Ainn benn rerere. Ren bom bum vin. Ainn benn rerere".

El príncipe del rap

El príncipe del rap es más que una historia de un muchacho de barrio que llega un vecindario lujoso para meterle flow a su estirada y gomela familia. Es una serie que rompió los prejuicios racistas de la televisión de los Estados Unidos. De repente miles de personas vieron la cotidianidad de esta familia y su curioso primo, y se dieron cuenta de que el color de la piel no importa porque a la larga todos somos iguales. Pero lo mejor de todo, era ese rap juguetón y divertido que tenía un ritmo funky que sonaba al comienzo. "Y está es la historia pongan atención, de cómo mi vida se transformó…", se le pone la piel de gallina a uno solo de acordarse de ese desafinado doblaje que inmortalizó a Will Smith.

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Los Magníficos

El grupo de parias más institucionales de todos los tiempos. Esto manes eran básicamente unos supergenios que la pasaban bien trabajando como mercenarios. Chévere esa vida al margen de la ley, los mejores antihéroes de todos los tiempos y pues como eran unos tipos bacanes con un amigo negro, uno no se cuestionaba su trabajo ilegal. Además que la intro es lo máximo. Explosiones, disparos y esa canción instrumental toda épica. El sueño de todo niño hiperactivo de seis años.

Sabrina la bruja adolescente

Sabrina era lo máxima. Una adolescente aprendiendo a vivir, como cualquiera de nosotros en esa época, pero ella tenía poderes mágicos y un gato que hablaba. Qué puede ser mejor que eso. Esta vieja podía hacer lo que se le diera la gana pero tenía que lidiar con toda la frustración de la pubertad. Enamorarse, debatir entre usar sus poderes para hacer el bien o el mal, ser buena amiga. Re compleja esa vuelta. Lo cual se refleja es ese intro desenfrenado hecho con una guitarrita eléctrica que nos muestra a Sabrina cambiandose de ropa una y otra vez frente al espejo. Ahí, hermosa juventud, tienes el poder de poner el mundo a tus pies y lo usas en ropa.

Kenan y Kel

La mejor definición de amigos por siempre. Kenal y Kel eran un par de parceros del barrio que en medio de su ingenuidad e ineptitud la pasaban bueno. Lo más chistoso es que este par era bastante patético a pesar que de que su introducción era muy ruda y llena de fuerza. El encargado de abrir las desventuras de este dúo era Coolio el mismo de "Gangsta's Paradise", la canción de Dangerous Minds. Puro actitud mis hermanas y hermanos.

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El lobo del aire

Totalmente instrumental, este cabezote es un derroche de acción el hijuemadre, excepto cuando sale el protagonista tocando chelo, eso sí es un descache de la producción. La serie era verdaderamente emocionante, eran dos justicieros que iban combatiendo a los malos no a puño, ni a pata, ni con pistolitas de medio pelo, sino con un helicoptero inteligente el hijueputa totalmente equipado con la artillería más pesada. Los manes la tenían muy clara y sí que se divertían haciendo lo suyo.

Clase de Beverly Hills

Todos queríamos ser como ellos y ellas. Los más populares, guapos y bien vestidos de la época. Chismecito va, chismecito viene, que este se metió con el uno, que esta se encuentó con el otro… puras hormonas en el aire y todo de lo que de ahí se podía desprender en un grupo de muchachos gomelísimos. La serie luego se puso pesada cuando llegaron las violaciones durante citas amorosas, el alcoholismo, el abuso de drogas, el suicidio de adolescentes y el embarazo precoz, dejando de lado el formato inicial. Recuerdo muy bien que yo le pedía a mis papás que me vistieran como ellos, de jeans, camisetas blancas debajo y leñadoras encima, además de los peinados prolijos con laca. La música tiene una base de guitarra distorsionada con un punteo inolvidable que evoca precisamente eso, juventud noventera.

El Auto fantástico

De nuevo Hasselhoff haciendo de las suyas. La serie prácticamente se trataba de un man y su carro inteligente combatiendo el mal, pero tenía una particularidad; la máquina era la que al final tomaba las buenas decisiones, las decisiones que salvaban el día. La música se basa en un arpegiador repetitivo extraído de la época en la que el sintetizador se tomó la industria, cruzado por un bajo intermitente y un punteito de guitarra que daba esa melodía que todos somos capaces de silbar.

Tres por Tres

La familia más mona de todos los tiempos. A donde quiera que mirabas, aparecían unos rizos rubios brillando. Esta es de esas serie "bonitas" que uno veía en familia, ya que precisamente la serie hablaba de la vida en familia y los dramas de esta. Pero a diferencia de las familias promedio donde los problemas son el alcoholismo y el divorcio, a los Tanner les iba bastante bien. Tal vez el más descarriado era Joey, que ocultaba sus clara adicción a la marihuana con mucho humor. Toda esa felicidad suburbana se reflejaba en "Everywhere you look" un tema que rechaza lo mundano y dice que siempre existirá un corazón par ti. ¿Que belleza no?