Por qué una mala relación hace que te atragantes con comida

Todos sabemos que no existe una mejor manera de curar nuestro volátil estrés que devorando clandestinamente una cantidad masiva de comida innecesaria—o peor aún—sin hambre.

¿En una mala relación? La mayoría de nosotros quisiéramos caer con un terapeuta que nos dijera que la manera de atender nuestros problemas de la mejor manera es comiendo cantidades industriales de macarrones con queso y una cantidad enorme de vino blanco.

¿Y por qué no? Después de todo, existe una relación entre el mal hábito de comer demás y la cantidad de estrés que tenemos. Ahora lo sabemos a ciencia cierta, porque un grupo de investigadores estudiaron 43 parejas para analizar como afecta sus hábitos alimenticios el estrés marital.

Lisa Jaremka, quien es asistente del profesor de Ciencias Cerebrales y Psicología de la Universidad de Delaware, trabajó con seis colaboradores del Colegio de Medicina de Ohio para ver si una pelea con algún ser querido puede resultar en comer de más. El estudio fue publicado en el periódico de Ciencia Clínica Psicológica.

Y si, cuando las peleas se ponen feas, la hormona de "debo estar cubierto de queso de pies a cabeza" se activa. Todo esto gracias a una hormona llamada ghrelin, que te hace creer que estás hambriento. Después de la hostil pelea, los participantes que se encuentran en un nivel saludable con respecto a su masa corporal, así como los que tenían sobrepeso, presentaron ghrelin. La correlación fue muy fuerte y se dio en ambos sexos.

Lo interesante fue que los participantes que se clasificaron como obesos, con un IMC de 30 o más, no mostraron presencia de ghrelin después de las discusiones.

También, leptin—conocida como la hormona de la satisfacción que nos dice cuando estamos llenos—no se afectó durante la pelea.

En el estudio, las parejas asistieron a dos largas sesiones—cada una de nueve horas y media.

Durante ese tiempo, de acuerdo al Medical Express, las parejas intentaron resolver uno o más de sus conflictos. Suena increíble ¿no? también cenaron juntos, respondieron preguntas y se hicieron un examen de sangre. Los niveles hormonales se estudiaron por cuatro intervalos: uno antes de la cena y tres veces posteriormente, en dos, cuatro y siete horas después.

¿Por qué los participantes se inscribieron a este encantador experimento? Jaremka dijo, "Mucha gente tiene un intrínseco interés en sus relaciones y quieren entenderse mejor, especialmente a nivel personal"—Es por eso que quisieron participar.

Al final, este estudio tal vez le hizo un favor a la humanidad: "El estudio arrojó que explorar las habilidades humanas para regular el apetito después de una pelea con la pareja, puede ayudar a investigadores a resolver problemas de salud."

Así que ahora sabemos que ganar peso no va ligado únicamente a las calorías que entran y salen. El estrés juega un papel importante también. "Ahora, un tamaño le queda a todos—dieta y ejercicio," dijo Jaremka. "Espero que esto nos ayude a ir a ver al sastre. Este estudio sugiere que la gente tiene dificultades controlando su apetito y con un tipo de comida en específico… un acercamiento personal sería benéfico a largo plazo."

Entonces lo que creías que era verdad, lo es: el rechazo y otras dificultades en las relaciones pueden darte hambre. Y si, calmamos nuestros problemas maritales con comida. Ya puedo imaginar la adaptación de David Lynch para este estudio, donde una pareja citadina hunde sus dolores en café y en una alberca llena de helado de ron con pasas y Valium molido.

Científicos dicen con pruebas que nuestros cuerpos exigen comida cuando nuestras relaciones decaen, tal vez estén más cerca de desarrollar más intervenciones efectivas para atender el sobrepeso.

Así que ¿estás en una relación estresante? Toma un segundo antes de abrir a la puerta del refri.