Además del supuesto conocimiento que debería prepararnos para ser unos godínez obedientes, la universidad es aquella hermosa etapa de nuestra vida en la que además de disfrutar de alocadas fiestas y rencillas amorosas, generamos la mayor parte de los estragos que nuestro organismo sufrirá en su vida. ¿Por qué? La respuesta es obvia: escasez de dinero y tiempo para conseguir algún alimento decente, la exhaustiva rutina diaria de subir y bajar escaleras para cambiar de salón, además de la eterna somnolencia causada por el exceso de tarea y juerga.
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En la Ciudad de México, mientras algunos intentan llevar una vida saludable de la manera más barata posible, otros simplemente se curan la cruda diaria con lo manjares más atascados que ofrecen afuera de cada escuela: tortas, tacos, tamales, tostadas y yogur. Para arrancar nuestra investigación sobre qué están comiendo los estudiantes de las diferentes universidades de la ciudad, nos dimos una vuelta por la F.E.S. Aragón para saber qué consumen sus estudiantes.