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Liguilla MX: Con tres goles el León al Xolos

Los de Tijuana quedaron cortos en todas las zonas del campo, y con este resultado el octavo equipo de la tabla está a un paso de eliminar al Superlíder.

Por algún lado había que comenzar: es condición del juego que lo distingue de la vida real: hay un claro punto de partida. El inicio de toda esa cadena de situaciones y azares que noventa minutos después —o ciento ochenta en el caso de los juegos de Liguilla del futbol mexicano—, desemboca en una conclusión no necesariamente satisfactoria. No tan satisfecho, por ejemplo, estará el Piojo Herrera.

El primer lugar de la temporada regular, el equipo que en diecisiete jornadas, de la mano de su campo de pasto sintético en el ángulo superior izquierdo de la República Mexicana, clavó diez victorias en total, no estuvo presente en el partido inaugural de esta Liguilla. El líder del campeonato lleva ventaja, en teoría, por enfrentarse el conjunto que pasó arrastrándose por debajo de la puerta. Saber esto, sin embargo, al Piojo Herrera, por ejemplo, no le dará consuelo. Insatisfecho, pues, por los tres goles en contra y la sumada frustración de ser el superlíder y que no sirva para nada.

Los aficionados de ambas cabeceras en el Nou Camp recibieron el buen trato del gol en la portería más próxima. Los tres colocados, como ya se dijo, por los verdes. Dominaron, como ya se informó, sin piedad todo el partido. Algunas estadísticas tuercen un poquito más la daga: diez tiros a gol del León contra uno del Xolo; siete tiros de esquina contra uno. Qué gusto conocerlo, superlíder. Las tres anotaciones, curiosamente cayeron en centros, las tres por arriba, las tres exhibieron a una defensa inoportuna y descoordinada; en especial en el segundo. Las bandas ofensivas, ambas, eran bulevares arbolados, y el área y sus linderos, un parque por los que paseaban los por los que paseaban el Chapo Montes, Elías Hernández, los laterales, los delanteros centros, los centrales incluso: todos unidos y recontentos con la ventaja que da haber dejado su propia valla en cero. No estará muy satisfecho el Piojo Herrera. Algo discutía —la televisión demoraba el encuadre sobre él hacia el final del juego— con los árbitros. Pero queda siempre la sensación de que quien incluye la rabieta, el berrinche, el pechazo al cuarto oficial dentro del planteamiento táctico está sublimando carencias en el campo.

Sea como sea, el Xolo de local es otra cosa: por lo menos estará presente en la cancha. Y los jugadores de Javier Luis Torrente deberán hacerle caso y pretender —qué difícil esas imaginaciones estratégicas— "que la eliminatoria no ha terminado". Para tener oportunidad de subrayar que ser superlíder sirve de alguna cosa, el Xolaje tiene que anotar tres sin recibir gol, o por cuatro si anota el León. Una sola derrota tuvieron en Tijuana; dos goles en contra y catorce a favor. Por algún lado había que comenzar, aunque el Piojo y sus aficionados, no estarán tan satisfechos.