A los fans del FC Barcelona (y del Celtic de Glasgow, y me atrevería a decir que del fútbol en general) nos costará mucho olvidar el brutal carisma de Henrik Larsson. Leyenda en Escocia y mito en Suecia, 'Henke' llegó en 2004 a la Liga: a pesar de que apenas jugó dos años en el club azulgrana —uno y medio, de hecho, debido a la grave lesión que le apartó de los terrenos de juego durante la mayor parte de su primera temporada en Barcelona—, Larsson dejó un recuerdo imborrable especialmente gracias a sus dos asistencias en la final de la Champions League de 2006 en París. También tuvo tiempo de generar uno de los tópicos más absurdos que el barcelonismo recuerde, pero eso ya es otra historia.Larsson, que ahora tiene 43 años, ha decidido retirarse a su país natal y en la actualidad dirige al Helsingborgs IF de la liga Allsvenskan, la primera división sueca. En un partido amistoso entre su equipo y el IFK Malmö, Henrik decidió que lo que estaba viendo no le gustaba lo suficiente, así que ni corto ni perezoso se vistió de corto y saltó al campo para enseñarles a los chavales de qué iba esto de jugar al fútbol.
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'Henke' apenas tardó 19 minutos en marcar y el Helsingborgs se impuso por 7-1.