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El Partido Socialista fundado por Evo Morales aplastará victoriosamente

Hace un año, Evo Morales del partido de izquierda MAS tuvo que dimitir en medio de violentas protestas.
LC
traducido por Laura Castro
Bolivia, elecciones, Luis Arce
Los primeros resultados muestran que el candidato presidencial izquierdista de Bolivia Luis Arce (al centro), del partido Movimiento al Socialismo (MAS), obtuvo una aplastante victoria en las elecciones presidenciales de este fin de semana. Crédito: Foto de RONALDO SCHEMIDT/AFP a través de Getty Images

LA PAZ, Bolivia - Los resultados preliminares de las elecciones presidenciales bolivianas muestran que el partido de izquierda Movimiento al Socialismo (MAS) obtuvo una victoria aplastante durante este fin de semana.

El sorprendente resultado se produce después de que el expresidente Evo Morales, del partido MAS, fuera expulsado del gobierno mediante protestas violentas el año pasado.

El conteo rápido de dos organizaciones electorales muestran a Luis Arce, candidato presidencial del MAS, y a su compañero de fórmula David Choquehuanca ganando con alrededor del 53% de los votos, una amplia ventaja sobre su rival más cercano Carlos Mesa, que tiene alrededor del 31% de los votos. Los resultados oficiales tardarán unos días en llegar, pero la presidenta interina conservadora Jeanine Áñez ya reconoció la victoria del MAS.

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"Aún no tenemos el recuento oficial, pero según los datos que tenemos, el Sr. Arce y el Sr. Choquehuanca ganaron las elecciones", tuiteó. “Felicito a los vencedores y les pido que gobiernen pensando en Bolivia y la democracia”.

La casa de campaña del MAS en la capital política de Bolivia, La Paz, estalló en celebraciones después de una larga y tensa espera por los resultados del conteo rápido.

“Gobernaremos para todos los bolivianos. Construiremos un gobierno de unidad nacional. Construiremos la unidad en nuestro país”, dijo el presidente entrante Luis Arce en un discurso firme y sereno.

Los eufóricos simpatizantes de Arce aplaudieron y corearon su nombre mientras él salía del salón. Los miembros y activistas de la campaña del MAS se abrazaban, daban palmadas en la espalda y felicitaban unos a otros en tonos cordiales que mostraban alegría y alivio. “En mi corazón… sabía que ganarías con más del 50% de los votos”, le dijo Daniel Loza, partidario del MAS, a VICE News, sus comentarios apenas se podían escuchar entre los vítores de los miembros del partido y los fuegos artificiales de afuera. Los resultados lo hicieron sentir "una alegría desenfrenada", dijo.

Arce enfrentará la abrumadora tarea de unir a un país profundamente polarizado y revivir una economía que ha sido devastada por el COVID-19. Morales fue el primer presidente boliviano miembro de la mayoría indígena del país y tenía una base de apoyo leal, especialmente entre los votantes de la clase trabajadora, los indígenas y la población rural.

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Estuvo en el poder durante casi catorce años, pero las acusaciones de fraude después de las elecciones de octubre del año pasado provocaron una ola de bloqueos y protestas que escalaron violentamente y lo obligaron a renunciar. Varios estudios refutan la evidencia de fraude.

Durante la presidencia interina de Áñez, los manifestantes indígenas fueron masacrados y muchos ex funcionarios del MAS fueron encarcelados. Muchos esperan que esta elección marque el comienzo de una nueva era.

“Espero que los partidos perdedores acepten los resultados, que las personas que fueron falsamente criminalizadas sean liberadas y también que los ganadores respeten a la oposición”, dijo Doug Hertzler, observador electoral de la delegación Académicos para la Democracia en América Latina y el Caribe.

En La Paz, las profundas divisiones en las urnas son palpables. "Los del MAS son ​​completamente descarados", dijo Dennise Ordoñez, una panadera de 26 años que protestó contra ellos después de las elecciones del año pasado. Ella votó en un colegio electoral del próspero y moderno distrito de Sopocachi en el centro de La Paz. "Nos robaron y no pudimos hacer nada. No quiero que este país termine como Venezuela o Cuba". La abrumadora mayoría de los votantes en esa estación le dieron su voto a quien está en segundo lugar en la elección, Mesa, según las actas públicas que se exhibieron durante el conteo.

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Pero en el distrito de clase media baja de Tembladarani, donde los deslumbrantes rascacielos le ceden el paso a los talleres mecánicos y los mercados callejeros, las opiniones fueron más diversas.

“En estos últimos 14 años me he sentido incluido”, dijo Milton Alanoca Sánchez, de 40 años, un obrero de la construcción que actualmente está desempleado debido a la pandemia. Él nació en una pequeña comunidad aymara a orillas del lago Titicaca, en la frontera con Perú.

“La gente del campo sí ha sido tomada en cuenta en este sistema de gobierno. Muchas personas de mi comunidad ahora son profesionistas”.

Las encuestas mostraban que el MAS podía ganar las elecciones, pero tanto los activistas como los analistas quedaron asombrados por el enorme margen de su victoria. “La oposición [al MAS] fue incapaz de convencer a la gente de que el Estado, estando en sus manos, los iba a incluir de la misma forma en que lo hizo el MAS”, dijo el Dr. Jorge Derpic, profesor adjunto de Sociología y Estudios Latinoamericanos y Caribeños de la Universidad de Georgia.

La votación del domingo fue en general pacífica, pero hubo cierta tensión en los colegios electorales, según Hertzler, quien pasó el día en el centro económico de las tierras bajas de Santa Cruz, donde la derecha tiene un fuerte apoyo. “Los delegados del MAS que estaban en el lugar me expresaron su preocupación debido a que había gente allí esperando a que llegara a votar su candidata Brenda Segovia para insultarla o atacarla, pero esas personas se dispersaron cuando pasé con mi sombrero y mis credenciales de observador”, dijo a VICE.

Los resultados oficiales se darán a conocer a finales de esta semana. Mientras tanto, los bolivianos esperan que las elecciones del domingo cierren un turbulento capítulo en la historia del país y marquen el paso hacia la estabilidad.