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Identidad

Una actriz porno amputada nos habla sobre su carrera en los años 70

La ex actriz porno Long Jeanne Silver nos cuenta cómo cruzó el país en autostop para escapar de Arizona y acabó siendo uno de los más grandes iconos del cine para adultos de la década.
Film still via 'Long Jeanne Silver'

A inicios del año pasado, el Salón de la Fama de las Leyendas de la Pornografía pasó a incluir a la estrella porno de culto de los 70 Long Jeanne Silver, dándola así a conocer a toda una nueva generación que ve porno en el ordenador en lugar de ir a un cine X. Silver sufrió una amputación y en su película Long Jeanne Silver, recientemente relanzada, usa su pierna (o su "muñón", como ella lo llama) para follarse a la gente.

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Desde hombres a mujeres, Silver ha empleado su muñón para rellenar todo tipo de agujeros. Apareció en el mundo del porno al inicio de la sexualización de la cultura pop, cuyo adalid fue Garganta profunda. Actualmente, el arte de escandalizar y conmocionar está muerto, las estrellas del pop agitan sus traseros presuntamente siliconados frente a los bailarines que se menean tras ellas, pero en la década de 1970 las famosas como Karen Carpenter parecían puras y castas amas de casa de clase media. No hacía falta mucho para escandalizar a las masas, pero el mainstream casi nunca dio ese paso. Si querías ver mujeres explorando de verdad las fronteras de la sexualidad, tenías que visitar un mugriento cine X.

En los últimos 40 años, el porno se ha vuelto cada vez más raro. Todo el puto mundo se quedó flipado al unísono con el vídeo Two Girls, One Cup en 2007, pero aquello no fue más que un pequeño vistazo hacia el interior del amplio mundo del porno especializado. Jeanne Silver fue básicamente la primera persona en protagonizar películas porno de sexo poco convencional, empezando por su primera película, Water Power, dirigida por Shaun Costello en 1977. En esa película, la protagonista recibe un enema mientras un tío la observa y se masturba violentamente. Aunque pueda sonar horrible, Silver nunca se sintió explotada por el mundo del porno fetish.

"Me trataban bien", me cuenta Silver. "Tomaba mis propias decisiones, era dueña de mi cuerpo y aquella era mi técnica de supervivencia. Nadie me obligó jamás a hacer nada que no quisiera, alguien me comentaba una idea y todo lo que tenía que hacer yo era decir 'No, eso no lo voy a hacer'. Era muy joven, pero era independiente y me ganaba la vida sin ayuda de nadie".

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El término médico para definir el defecto congénito de Silver es hemimelia peronea. Básicamente, nació sin uno de sus peronés, uno de los huesos más importantes de la parte inferior de las piernas. Se desplazaba con ayuda de una pesada prótesis metálica hasta que cumplió tres años, cuando los médicos le practicaron una amputación Syme, consistente en retirar parte del pie pero salvando el talón, que ahora es la parte final de su muñón. Desde entonces, lleva una pierna ortopédica.

Quedé con Silver para hablar sobre su viaje desde la amputación al cine porno y después al mundo del ama de casa de clase media. He resumido y abreviado la entrevista.

Broadly: ¿Cómo es crecer con un miembro amputado?
Jeanne Silver: Mi madre insistía en que nadie me tratara de forma especial. Hacía todas las cosas normales de mi edad: aprendí a montar en bicicleta, a nadar, a patinar… Me educaron para que no pensara en ello como un impedimento —jamás lo consideré así—, pero cuando llegué a la adolescencia se desató un infierno. Empecé a rebelarme, me junté con malas compañías y llevé el típico comportamiento rebelde adolescente más allá de lo normal, porque tenía tendencia a juntarme con gente más mayor que yo. Hoy en día miro hacia atrás y creo que quizá no eran más que putos pederastas. Mis padres eran muy estrictos, así que yo me escapaba por la ventana de mi cuarto para salir de fiesta. Una vez me escondieron la prótesis por la noche y yo pensé "que os den por culo", cogí mis muletas, salí por la ventana y fui a una fiesta sin la pierna. Me daba igual. Finalmente mis padres se hartaron y llamaron a la policía para que me internaran en un centro de menores. Con 14 años me convertí en interna del Departamento Correccional del Estado de Arizona.

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¿Cómo te trataron mientras estuviste en el centro de detención de menores?
Fue muy duro ser una persona discapacitada en el correccional. Sin duda era la rarita allí, pero también tenía un ramalazo agresivo. De hecho, una vez le di una patada a alguien durante una pelea y la dejé bastante hecha polvo, así que me encerraron en una celda y por megafonía me dijeron, "quítate la pierna, ponla junto a la puerta, aléjate de la pierna". Yo era como, "¡No! ¡No me podéis quitar la pierna! ¡Es una violación de mis derechos civiles! ¡No podéis arrebatarme una parte de mi cuerpo!". Entraron en la celda y entre siete personas me sujetaron para tratar de quitarme la pierna. Por aquel entonces había aprendido a controlar los músculos de mi muñón y podía tensarlo de cierta forma, así que aquellos culos gordos intentaban quitarme la pierna y flipaban, rollo "¿Pero qué cojones?".

Cumplidos los 18 y ya fuera de la tutela estatal, ¿cómo acabaste en Nueva York?
Crucé el país haciendo autostop llevando únicamente lo puesto —una camiseta de Superman— y acabé en el Madison Square Garden, aquella primera noche acabé vendiendo camisetas en un concierto de Elton John. La verdad es que era una tía con recursos. Estuve un mes o dos durmiendo en sofás de desconocidos hasta que una noche un chulo intentó convencerme de que trabajara para él. Ya me conocía a este tipo de tíos por todo lo que me habían contado en el correccional, así que salí huyendo a toda prisa. Estaba lloviendo y yo estaba ahí tirada, en la acera, llorando. No sabía qué hacer, y justo entonces conocí al marido de la actriz porno Kim Pope, que me llevó a vivir con ellos en su loft durante una temporada. Me presentó al editor de la revista Cheri y me pidieron que hiciera un desnudo para el desplegable central.

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¿Pasaste directamente de posar para Cheri al cine porno?
No, qué va. Después de que saliera la revista fui hasta San Francisco para hacer un show en vivo que consistía básicamente en que yo me sentaba en el escenario, me quitaba la pierna ortopédica y hablaba de las guarradas que podría hacer con mi muñón. Luego, cuando volví a Nueva York, me dediqué al burlesque y a trabajar en cabinas de peep show antes de empezar a hacer películas. En el peep show, muchos tíos elegían mi cabina porque parecía muy joven, durante las actuaciones yo hablaba con ellos para saber qué es lo que les ponía. Llevaba calentadores para cubrir mi prótesis y ahí había un tío sentado babeando, toqueteándose, era repugnante. Luego entraba un tío con una mopa y limpiaba entre cliente y cliente.

¿Usabas tu pierna para el sexo antes de empezar en el porno?
No, ni siquiera se me había pasado por la cabeza. Fue más del rollo, "Eh, ¿quieres ver qué pinta tiene? Podríamos probar a hacer esto". Así que lo hicimos.

¿Cómo te saliste del negocio?
Hice películas hasta los 26 o 27 años y lo dejé porque estaba empezando a envejecer. Además, estábamos en plena transición del cine al vídeo y las tarifas cambiaron. Ya no era lo mismo y yo estaba lista para hacer algo diferente, así que lo dejé y empecé a trabajar como camarera. También fui camello una temporada. Cuando cumplí los 29 me quedé embarazada y aquello fue el final definitivo. Ya no quería llevar ese tipo de vida. Cuando estaba embarazada de siete meses me fui de Nueva York, viajé un poco de aquí para allá y finalmente volví a mudarme a Arizona, a mi ciudad natal, y dediqué los siguientes 21 años a ser un ama de casa de barrio residencial.

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¿Qué opina tu hija de tu pasado?
Mi hija no se enteró hasta que no cumplió los 20 o 21. Buscó en internet "stripper con una sola pierna" y me llamó diciendo "Hey, mami, ¿has oído hablar de Long Jeanne Silver?". Yo le colgué el teléfono. Cuando la volví a llamar me dijo "Bueno, es bastante guay, ¡tienes una página en Wikipedia y todo!". En mis tiempos no pensábamos en internet ni en el modo en que nos iba a perseguir nuestro pasado, pero me alegro de que sea de dominio público.

¿No tenías ni idea de lo popular que era Long Jeanne Silver hasta hace poco?

¡Exacto! Después de que me introdujeran en el Salón de la Fama de la Pornografía empezaron a invitarme a convenciones, y después relanzamos la película Long Jeanne Silver. Estaba impresionada por la cantidad de fans que se me acercaban, personas con alguna discapacidad que decían "Has cambiado mi opinión sobre ser minusválido y me has enseñado que está bien sentirse sexy". Hace poco hice una exposición titulada Cinema Wasteland, y se me acercó un joven que también tenía un miembro amputado. Me pidió que nos hiciéramos una foto, muñón con muñón, y le dije que sí. Soy una de las personas que ha conseguido hacerle sentir cómodo consigo mismo.

¿Crees que estás en una posición que te permite defender los derechos de la gente con discapacidad?
No hay suficiente debate en torno a la sexualidad y la discapacidad, normalmente solo se habla de masturbación. O sea, puedes complacerte a ti mismo pero, ¿qué hay del sexo en pareja, o de las personas con dos minusvalías? Estuve saliendo brevemente con otra persona amputada y, cuando alguien te toca con su muñón, no es una sensación demasiado natural. La gente debe sentirse realmente cómoda con ello. El padre de mi hija, cuando empezamos a salir, no quería que me quitara la prótesis en ningún momento. Toda la educación que existe es como "Solo puedes masturbarte, porque eres discapacitado y no eres atractivo."

La gente sigue poniéndose tensa con el tema de las minusvalías. Sufrir una amputación es un duro trago, especialmente cuando ya tienes una edad, pero yo crecí con ella, así que no me veo diferente a los demás. Me levanto, me coloco la pierna y me pongo en marcha. Una vez llegue a vomitar dentro de la prótesis y todo, que estaba apoyada junto a la cama y a la mañana siguiente me olvidé, me puse la pierna y fue como "¡Dios, qué asco!". Incluso he llegado a quitarme la pierna y arrojársela a la gente, me encanta bromear sobre esto. Me gustaría que la gente con alguna discapacidad sepa que también puede divertirse: no tengáis miedo a experimentar, dejad de mantenerlo oculto.

Long Jeanne Silver en la actualidad. Foto cortesía de Long Jeanne Silver

¿Alguna vez te has planteado volver a hacer porno?
Sigue habiendo un hueco que yo podría ocupar en el mundo del porno poco convencional, pero nunca volverá a ser lo mismo. Nosotros fuimos los primeros. Mi tiempo ya pasó. Todavía tengo groupies minusválidos —o 'devotos' como algunos les llaman— en grupos de internet que tratan de llamarme por Skype y pedirme que me frote el muñón para ellos. Quizá si necesitara muchísimo el dinero lo pensaría.

Consigue una copia de Long Jeanne Silver en vinegarsyndome.com.