Sostén así tu taza de café y nunca volverás a derramarlo

A pesar de que somos unos completos adictos a la cafeína y de la elegante simplicidad de los diseños de tazas para café, seguimos derramando este preciado líquido cada dos por tres —sobre todo los días que nos vestimos de blanco—. Ni modo. Tenemos que lidiar con este problema casi inevitable con tal de mantenernos bien surtidos de esta hermosa droga.

Por fortuna los científicos están aquí para recordarnos que la mancha de café en nuestros pantalones es, de hecho, nuestra culpa. Pero además de explicar por qué esas manchas de café son tan comunes, una investigación reciente afirma haber descubierto la forma más eficiente de sostener una taza de café para evitar los desastres.

Titulado "Un estudio sobre el fenómeno del derrame de café bajo el Régimen de Bajo Impulso", la investigación analizó el movimiento de fluidos y cómo éstos se ven afectados por un sostén humano. Finalmente, el objetivo era descubrir por qué el café tiene la tendencia a "salpicar agresivamente dentro de una taza", y no como el vino en una copa que se mueve más "calmado… tranquilo [ondulante]".

Jiwon Han, autor del estudio, establece el problema de esta manera: "Raramente logramos transportar café sin derramarlo al menos una vez. De hecho, debido a lo común de este fenómeno, tendemos a descartar la situación más allá de simplemente exclamar: "'¡Godínez! ¡Tu taza está demasiado llena!'".

Para ayudar a las legiones de consumidores dormilones y torpes, así como a este misterioso personaje Godínez, Han, haciendo uso de cálculos y gráficas detalladas, descubrió la forma más segura de sostener una taza llena de café. ¡Resulta que Godínez no tenía demasiado café en la taza! El necio Godínez debía sostener su taza con un giro de muñeca al estilo Señor Burns, con la mano en forma de garra, tomando el borde superior de la taza. Así:

Al medir la frecuencia de oscilaciones en las tazas de café, Han pudo detectar una diferencia significativa entre los derrames al usar el asa de la taza y el modelo de garra. El estudio, entonces, se dedica a explicar con una cantidad nauseabunda de explicaciones matemáticas por qué ocurre esto y propone una solución que parece sacada de un sketch de los Monty Python.

"Debido a que la magnitud de aceleración con el modelo de garra es significativamente menor, con esta postura es menos probable derramar el café", considera Han, añadiendo que caminar hacia atrás también podría aminorar las probabilidades de derramar el café. "Ya que no estamos acostumbrados a caminar hacia atrás, nuestros movimientos hacia la dirección en que caminamos se vuelven irregulares y nuestro cuerpo empieza a confiar más en un movimiento oscilante y de lado para mantener el equilibrio".

Así que, ahora la verdadera pregunta es si queremos convertirnos en el chico de la oficina que camina hacia atrás, con la mano en forma de garra sosteniendo una taza, pregonando a nuestros compañeros sobre el método científico para transportar café.

Probablemente vale la pena intentarlo.