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Cómo Zlatan usa técnicas de lucha para marcar golazos

El padre de Ibrahimović quería que su hijo fuese boxeador, pero el sueco le desafió y se convirtió en cinturón negro de taekwondo: ¿habría sido igual el juego de Zlatan sin las artes marciales?

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Presentado por A-Z

"Vine como un rey, me fui como una leyenda". Así se despidió Zlatan Ibrahimović del París Saint-Germain hace escasas semanas. No puede decirse que la principal virtud del delantero sueco sea precisamente la humildad: para lo bueno y para lo malo, la personalidad de Zlatan es exuberante.

Su fútbol espectacular, sin embargo, compensa sin creces su obvia excentricidad. Al fin y al cabo, Zlatan es uno de los jugadores de fútbol más exitosos de la última década: el sueco ha ganado títulos de liga con seis equipos diferentes en cuatro países distintos y ha marcado más de 450 goles entre clubes y selección. Zlatan es, sin duda, uno de los futbolistas que definen esta época…

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…y también es cinturón negro de taekwondo.

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Ibrahimović creció en la ciudad de Malmö, en Suecia, y se sabe que obtuvo su cinturón negro en taekwondo a los 17 años. El único material que pude encontrar de él pegándole a los pads o sparrings tiene fecha de 2010… y bueno, en él Zlatan parece un poco fuera de ritmo, por decirlo en palabras amables.

Aunque se puedan cuestionar las credenciales reales del sueco en lo referente a las artes marciales, está claro que se trata de un futbolista de superélite… y no es nada descabellado pensar que el taekwondo le ayudó a desarrollar sus habilidades sobre el terreno de juego.

La marca personal de Zlatan a la hora de mandar el balón al fondo de las mallas, de hecho, es un tipo de patada maravillosa que bien pudo haber salido directamente de una película sobre monjes Shaolin. Los ejemplos más notorios incluyen su famosa chilena para la selección sueca contra Inglaterra o el remate al estilo kung-fu para el PSG contra el AS Mónaco.

Cuando quieres controlar un balón, pero tienes más impulsos de artista marcial de que futbolista. Foto de Eric Gaillard, Reuters

El taekwondo es una disciplina marcial de origen coreano que pone mucho énfasis en las patadas: a los luchadores se les anima a buscarlas hacia la cabeza o el torso del oponente. Lanzar con efectividad una patada de hacha —es decir, vertical—, una patada lateral o una patada redonda convencional hacia un blanco alto requiere una flexibilidad, una elasticidad y una agilidad brutales.

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Zlatan tiene las tres cosas en abundancia, y eso es bastante inusual para un jugador de fútbol de 1,95 m de altura como él. Veamos por ejemplo la mencionada chilena contra Inglaterra, que podría considerarse como el gol más famoso de Ibrahimović —posiblemente porque lo marcó contra el país con los medios más hiperactivos del mundo del fútbol.

El taekwondo definitivamente no te da la audacia necesaria para ejecutar una patada tan ambiciosa, ni tampoco la sensibilidad física y técnica que requiere encontrar la portería mientras le das la espalda a unos 30 metros de distancia… pero sí que te dota de la coordinación necesaria para intentarlo.

Lo que más destaca al ver la repetición a cámara lenta de ese maravilloso remate es la altura que alcanza el pie de Ibrahimović cuando contacta con el balón. La punta de la bota parece superar la altura de su cabeza —lo cual no está nada mal cuando mides casi dos metros— y la pierna del sueco se mantiene prácticamente perpendicular al suelo en el momento del remate.

Cuando marcas un golazo y permites que tu ansia por patear cosas te domine. Foto de Benoit Tessier, Reuters

Después de esa famosa chilena, que permitió a Suecia derrotar a Inglaterra por 4-2, se habló largo y tendido sobre el pasado de Ibrahimović en el taekwondo: ¿hasta qué punto existe una conexión directa entre su pasado como artista marcial en un gimnasio de Malmö y sus triunfos sobre el césped en los mejores estadios de Europa?

Al propio Zlatan seguramente le sería difícil analizar con precisión la relación entre su experiencia previa en las artes marciales y su juego como delantero en la superélite del fútbol: delimitar exactamente de dónde sacó esa idea —y la habilidad necesaria para llevarla a cabo— es imposible. No obstante, lo que parece claro es la similitud llamativa entre su juego y ciertas técnicas propias del taekwondo.

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El gol contra el Mónaco que puedes ver aquí arriba es otro ejemplo de la sinergia entre las habilidades futbolísticas y marciales de Zlatan. Muchos han descrito la acción como un movimiento de kung-fu; seríamos más precisos si la consideráramos una patada lateral voladora. La gran mayoría de los delanteros hubieran intentando rematar en plancha con la cabeza en esta situación: Zlatan, en cambio, se decidió por una idea mucho más espectacular.

Si Ibrahimović solo metiera goles así de vez en cuando podríamos considerar que la relación entre su juego y su cinturón negro de taekwondo es casual… pero resulta que el sueco intenta acciones similares constantemente: ¿quién no recuerda, por ejemplo, su carta de presentación internacional, ese taconazo increíble frente a Italia en 2004?

Los ejemplos no faltan; está este remate de tacón que recuerda mucho a una patada lateral, y también está este toque increíble con el exterior en un entrenamiento que no te crees si no lo ves repetido… varias veces.

En total, Ibrahimović ha movido más de 200 millones de euros en traspasos a lo largo de su carrera, más que cualquier otro jugador de fútbol en la historia. Entrenar taekwondo por sí mismo no te dará automáticamente las habilidades requeridas para tener éxito en el deporte más competitivo en el planeta, pero cualquiera que intente emular al goleador sueco y agregar elementos poco convencionales a sus jugadas podrían beneficiarse de una temporada estudiando artes marciales.

Igual que Zlatan, el autor une lo mejor del fútbol y de las artes marciales en Twitter: @JamesGoyder