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82 años en el tiempo

Al ver que Enrique Peña Nieto se declaraba ganador de la elección federal, a más de uno nos corrió un escalofrío en la espalda.

México, 2 de julio de 2012. Al escuchar la versión de “Cielito lindo” en vals en el pomposo acto en donde Enrique Peña Nieto se declaraba ganador de la elección federal, a más de uno nos corrió un escalofrío en la espalda. La gota fría del flashback viene acompañada de las recurrentes imágenes en el set decorado con motivos tricolor. La retórica de decir mucho sin decir nada, la poses ensayadas hasta el cansancio, la palma ladeada tres cuartos extendida y de regreso, el institucional autoabrazo y el favorito que cierra la ronda de ademanes antes de tomar la palabra: El Corcovado de Atlacomulco, donde con ambos brazos alzados intenta recapturar todas esas ovaciones de un solo gesto. El año uno del Mirreynato se inaugura con los acordes de “canta y no llores”.

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Si bien no sería propiamente un regreso al sistema único de partido, tal vez andaríamos dando un brinco hacia 1997, con un presidente del PRI tecnócrata egresado de la Universidad de Yale y un congreso dividido sin mayoría absoluta. Enrique Peña Nieto vagamente se acerca al nivel educativo y operacional de Ernesto Zedillo, pero es donde la figura de Luis Videgaray se mueve como la menta detrás del copete. Egresado del Instituto Tecnológico de Massachusetts, el MIT, seguramente será quien tome las decisiones en muchos de los temas que el virtual presidente electo no tiene la menor idea de cómo abordar y puede ser el responsable que ese salto quántico en el tiempo sea solo una par de vueltas en las manecillas del reloj de la fallida democracia en México.

El primer incidente internacional de Enrique Peña Nieto en su precipitada legitimación como ganador de la elección federal, fue un editorial firmado bajo su nombre en el New York Times en donde además de tocar el sensible tema del estado de la seguridad y el combate a los cárteles de las drogas, menciona cifras de crecimiento e involucra a China como el principal competidor comercial de México en el mercado de Estados Unidos, pero equivoca las cifras con las que pretendía ubicar los niveles de pobreza superiores a los de India o Brasil. Los mexicanos en todo caso estaríamos por encima de aquellos países según, pero las oligarquías y los monopolios pueden influir en las cifras de un país donde la distribución de la riqueza ha sido un problema desde los gobiernos del PRI:

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El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama hace una llamada a Enrique Peña Nieto para felicitarlo por su triunfo. En un comunicado de la Casa Blanca, –no se especifica si la conversación se llevó a cabo en inglés o en español– se congratula del triunfo de Peña Nieto con el que afirma, será un gusto trabajar en los temas bilaterales en los años por venir. Obama no solo no espera el resultado oficial, sino que también se asume de facto como reelecto como presidente de los Estados Unidos sin esperar hasta el 6 de noviembre de este año, día de la jornada electoral gringa.

Otro que parecía tener prisa para reconocer el triunfo de Enrique Peña Nieto fue Felipe Calderón, quien con una tremenda sonrisa en cadena nacional validó con las cifras del conteo rápido el triunfo del PRI y, sin mencionar por su nombre a Andrés Manuel López Obrador, minimizó las denuncias e irregularidades que se llevaron a cabo a lo largo y ancho del país y que han sido documentadas por miles. A Josefina Vázquez Mota le reconoció su derrota, pero no la suya como líder moral del PAN; él tiene su salida digna pactada, ¿para qué humillarse más?

Los que anuncian que la tragedia melodramática del próximo sexenio no es algo aislado en un mundo globalizado: Nicolás Sarkozy, el presidente bling-bling, se dedicó a avergonzar a los franceses durante su único periodo como presidente. Vladimir Putin, se reelige a antojo, ha reprimido desde manifestaciones por los derechos de los homosexuales y encerrado enemigos políticos que hace palidecer a Atenco. ¿Qué vergüenza puede generar en un país más interesado en obtener tarjetas de débito cargadas en Soriana que ver a su primera dama disfrazada de nopal gigante?

México está más interesado por las telenovelas que por la participación en los procesos democráticos y las elecciones de sus representantes, una despensa, una lámina o un bulto de cemento son más apreciados como moneda de cambio. La regresión histórica no se fabricó tan solo en un laboratorio multimedia en Televisa, es con la complacencia de un pueblo acostumbrado al paternalismo que se ha consolidado. Yo amanecí con vómitos y mareos el 2 de julio… los saltos en el tiempo me sientan muy mal.

@RomanCotera