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Cultură

Entrevistamos al productor de 'Tangerine', una película filmada con iPhones

En el Cabos Film Festival se presentó la nueva película de Darren Dean, la cual fue filmada con iPhones durante 23 días.

Olvídate de Romain Duris en la película de Ozon, Jared Leto en Dallas Buyer's Club de JM Vallée (los dos invitados del Cabos Film Fest 4) o Caitlyn Jenner y sus problemas existenciales en torno al color de sus uñas. Eso es real (o casi), es irreverente y vulgar, se llama Tangerine, una película filmada en 23 días con un iPhone y es la joya del cine indie que todos se van a morir por ver dentro de poco.

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Cuando te invitan al Cabos Film Festival por cuatro días y te meten en un hotel con todo (sí, todo) incluido, puede resultar difícil el simple hecho de pararte de tu cama para ir a encerrarte en el cine de un centro comercial que huele a mantequilla derretida. Pero, bueno, lo atractivo del Cabos Film Fest es la programación de películas de México, Estados Unidos y Canadá y si me hubiera quedado a pasar el rato en el hotel (lo que sí consideré, la verdad) me hubiera perdido la joya del cine indie del año.

Tangerine inicia con Alexsandra (Mya Taylor) y Sin Dee (Kiki Rodríguez), mejores amigas, mujeres transgénero y prostitutas que comparten una dona de un dólar en un barrio de Los Ángeles. Es la navidad menos mágica del cine, Sin Dee acaba de salir de la cárcel e irá a buscar a su padrote de quinta, Chester, quien le pone los cuernos con una biomujer blanca. Cuando finalmente da con ella después de recorrer las filas de caridad, restaurantes de burritos y moteles de mala muerte, la agarra de las greñas y la lleva por todo Tinseltown en un secuestro humillante pero divertido. Ahí también está Razmik, un taxista armenio fan del sexo con chicas, desenmascarado por su suegra en una escena surrealista en un Donut Time.

Entiendes rápidamente porque cuando presentaron Tangerine en el festival de Sundace; a pesar de no ganar nada, el director de Sean Baker y sus productores se fueron con un ideal con Magnolia Pictures para la distribución de su película en Estados Unidos. Imposible dejar pasar esta bomba que estalla en cada escena.

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VICE: ¿Contar una historia con estos medios significa que ya nadie tiene pretextos para no hacer una película?
Darren Dean: Yo y el otro productor hemos hecho muchas películas, y la verdad no es el escenario ideal tener que filmar tu peli con un iPhone. No queríamos hacer historia ni nada por el estilo, aun si nos beneficia al final. No es nuestra primera opción, pero teníamos que hacerla de la forma que fuera. Si estás comprometido con el propósito de la película, siento que no tienes excusas para no hacerlas con una cámara barata o un celular. O si tienes suficiente suerte de encontrar rollos de película para filmar, entonces tienes los recursos para hacerla. Es algo inspirador también, he hablado con muchos cineastas jóvenes que están entendiendo que no necesitan tener un millón de dólares para hacer una película. Si tienes 200 mil dólares, es un número muy justo para empezar (en la industria de Estados Unidos). Cuando fuimos a Sundance, primero no les dijimos que la película estaba filmada con teléfonos celulares. Pensábamos que no la iban a querer ver. Pero realmente no creo que sea importante con qué equipo filmas, mientras cuentas una buena historia. Sólo teníamos un buen sonidista, éramos siete personas nada más en el rodaje y usamos luces portátiles en un par de escenas de noche. Mucho viene del mismo teléfono, hay apps que te permiten cambiar la exposición por ejemplo, y adaptamos los iPhones a unos prototipos de lentes que estaban desarrollando. La primera película que hice fue de 35 mil dólares y nos nominaron a los Independent Spirit Awards (Era Prince of Broadway, también de Sean Baker). No quiero que los cineastas usen el dinero como un pretexto para no hacer la película.

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No quisiste revelar el presupuesto exacto de la película, ¿por qué?
Los que invirtieron dinero en la película tienen un modelo que usan, no lo quieren compartir porque les funciona bien. Los que invirtieron nos dejaron total libertad para hacer la película y queremos respetar nosotros también su libertad y la idea de lo que están intentando hacer ellos. Nos pidieron no hablar demasiado sobre eso, así que procuramos no hacerlo. Se siente que la película no tiene límites; ni de locaciones, ni de lenguaje. Además de lo divertido que pueden llegar a ser las escenas en un ambiente de lo más jodido. Cuando tienes poca lana, hay más cosas que hacer entre menos personas. Hay un sentido de emergencia. Necesitamos terminar esas cosas, ahora. No estás esperando a que lleguen otras 20 personas, lo tenemos que hacer nosotros mismos. Esta pasión y esta energía se traducen en la pantalla. El hecho de que estuviéramos limitados nos dio este sentimiento de "no hay límites". Al final pudimos hacer lo que quisimos porque no es una filmación tradicional. No tienes que esperar a que llegue el tipo del sindicato a decirte lo que tienes que hacer. Es un buen sentimiento de camaradería y colaboración.

Una vez que experimentaste este tipo de rodajes, ¿puedes regresar a uno tradicional?
No queremos hacer películas con un iPhone.

¿Pero la simplicidad y la energía que tienes ahí?
También la puedes tener con una cámara. Todo lo que hicimos, lo hicimos con la idea de crear una buena historia, crear algo para poder entrar en el universo de estas personas. Puedes hacer eso con cualquier cámara y cualquier presupuesto. Sólo tienes que acordarte de esto cuando trabajas en películas con más dinero. Regresar a un rodaje y un presupuesto más tradicionales es lo que queremos hacer y lo que estamos haciendo con nuestra siguiente película. Eso sí, tratamos de minimizar nuestras huellas digitales cuando estamos en el rodaje, volvernos menos visibles, porque pone a los actores más cómodos, el realizador más cómodo y la vuelve una mejor película.

Hoy en día se habla mucho de la comunidad transgénero. ¿Era importante el contenido social en la película?
No nos obsesionaba el contexto social, sólo nos obsesionaba el hecho de que fueran personas y seres humanos. Muchas veces están apartadas en la sociedad estadunidense. Era importante para nosotros contar su historia que es muy universal. Era importante decir que todos somos los mismos. Todos tenemos problemas, no estábamos buscando posicionarnos políticamente, queríamos contar una verdadera historia entre dos personas que queríamos seguir, por supuesto que éramos sensibles a la comunidad, pero queríamos algo más universal. Esas chicas son increíbles y su energía y su chispa hicieron que todo funcionará.

*Cine Canibal estrenará la película en México a principios de 2016.