FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

Por qué no doy sexo oral

Sé que esto hará enojar a cientos de hombres, e incluso mujeres, pero nunca me ha gustado tener un pene en la boca.

Foto vía WikiMedia Commons.

No chupo pitos. Eso es todo. Sé que esto hará enojar a cientos de hombres, e incluso mujeres, que consideran que el sexo oral es una parte esencial de la vida sexual de alguien. En verdad lo entiendo. Pero aquí está la cosa: lo pinches odio. Nunca me ha gustado tener un pene en la boca.

Antes de que me reportes con un grupo de derechos de los hombres , quiero aclarar que esto no significa que odie los penes. No creo que sean feos ni asquerosos. El pene estándar tiene un diseño bastante ergonómico que realmente admiro. Por tanto que ame mi vagina, a veces me da envidia lo despreocupante que parece ser tener pene. Si intentaras hablar con un pene acerca de secreciones diarias, menstruación, balance del pH o de papanicolaus, el pene no tendría nada que decir. Sobre todo porque es un pene y los penes no pueden hablar, pero también porque no tiene que lidiar con esas cosas. No sólo eso, sino que tampoco tiene que limpiarse después de orinar. Aplausos para ti, pene. Lo que digo es que detesto el acto de meter uno a mi boca y forzarla a que realice los movimientos que mi mano o vagina podrían llevar a cabo.

Publicidad

En este momento hay un hombre en mi vida que no es exactamente mi novio, pero que viene al menos una vez a la semana a comerme. Lo único que le doy a cambio es una palmada en la espalda por haber hecho un buen trabajo. Algunos podrían pensar que este acuerdo es extraño, pero prefiero pensarlo como algo casi perfecto. En nuestra segunda cita le di la oportunidad de chupar mi clítoris. Después de agradecerle por haberme llevado a casa, simplemente le dije: "¿Quieres subir y comerme?" Él dijo que sí con bastante entusiasmo. Me senté en su cara hasta que tuve un orgasmo y luego lo mandé a casa. Éste ha sido nuestro acuerdo por un poco más de dos meses. Si te preguntas por qué no tenemos sexo, es porque me prometí a mí misma no tener sexo hasta que esté en una relación. Aunque este chico es bastante generoso, no hay química.

Desde que empecé con él decidí nunca volver a chupar un pito. También decidí rehusarme a involucrarme emocionalmente con un hombre que no me quiera comer. Incluso si tiene cuenta de HBO, siempre encontraré la fuerza para rechazarlo si no es capaz de poner su boca allá abajo. ¿Estoy siendo egoísta? Seguramente. Pero no me importa. De hecho creo firmemente que me merezco ese egoísmo, el cual es consecuencia de muchos años de encuentros sexuales con hombres que no me querían comer. Si llegaban a hacerlo, sólo dos o tres se molestaron en hacerlo el tiempo suficiente para que yo tuviera un orgasmo.

La verdadera raíz del problema parece ser que muchos heterosexuales tienen la impresión de que los orgasmos femeninos vienen de la penetración. Lo único que un hombre me ha dado por medio de la penetración es el papiloma. Nunca he podido venirme sólo con penetración, como la mayoría: entre 50 y 75% de las mujeres necesitan estimulación del clítoris para poder llegar al orgasmo. Una pequeña porción de mujeres tienen la fortuna de tener el clítoris tan cerca de la vagina que pueden llegar sólo con penetración . Tristemente, aunque mi clítoris está en la misma región que mi vagina, aún así está demasiado lejos, por lo que necesito sexo oral. Piensa en mi clítoris como si fuera Alaska y mi vagina Rusia. (Si necesitas una analogía menos fría, cambia a Alaska por Corea del Sur y a Rusia por Corea del Norte).

Soy totalmente consciente de que puedo estimularme a mí misma mientras me cogen. Sin embargo, nunca he podido hacerlo. Para que llegue al orgasmo, necesito concentrarme. Tengo que darle mi completa atención a mi clítoris para que me dé el resultado deseado. Este nivel de concentración es difícil de obtener cuando un tipo está rebotando dentro y fuera de mí y preguntándome retóricamente si "me está gustando".

Mira, sé que mis años sin sexo oral también han sido culpa mía. En ese entonces yo era una persona diferente. Nunca pedía lo que quería porque me preocupaba que me hiciera ver menos atractiva. Es algo que muchas mujeres sienten: que es más importante satisfacer las necesidades del hombre antes que las tuyas. Ya sabes, para poder "conservarlo". Incluso las mujeres más confiadas, fuertes y progresivas son víctima de este tipo de pensamiento. Al fin he podido deshacerme de mi humildad en cuanto al sexo y ahora sé que no sólo puedo exigir lo que quiero, sino que también puedo negar lo que no quiero: dar sexo oral.

Sigue a Alison Stevenson en Twitter