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Música

La última bendición de A Tribe Called Quest

Después de siglos esperando algo nuevo de A Tribe Called Quest, 'We Got It From Here, Thank You 4 Your Service' nos ha caído del cielo como un regalo inesperado.
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por sdq

Los rumores empezaron a circular en agosto, después de que L.A. Reid dejara caer que A Tribe Called Quest sacaría nuevo disco antes de que acabara el año.

Pensé en Jimi Hendrix y en sus decenas de proyectos póstumos. Deseé que no fuera uno de esos discos puñeteros de "Lo mejor de". Para finales de octubre ya corría por todas las redes. La portada apareció en Instagram y fue de aquí para allá siempre acompañada de la misma pregunta: ¿Estará Phife (murió el pasado marzo) en este disco? Cuando vi que la respuesta era un "sí" rotundo, fue como si estuviera de vuelta en 1988, muriéndome por escuchar lo nuevo de A Tribe Called Quest.

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Y me sentí bien.

Durante las siguientes semanas esperé ansioso. Me descargué We Got It From Here, Thank You 4 Your Service nada más salió e intercambié varios mensajes con mi hermano. ¿Cómo sonaría un disco de Tribe después de todos estos años? Esperaba que más como Low End Theory o Midnight Marauders y menos como Beats, Rhymes, & Life o Love Movement. Las cuatro primeras canciones se parecían más a las últimas que a las primeras. Se notaba mucho la influencia de Q-Tip. Pero cuando llegué a la quinta canción, "Dis Generation", salí de esa escucha prosaica:

Q-Tip: In the box with the capital G, balling the beat
Phife: Status, Chris Paul and John Wall in the league / Grabbin' mics till the knuckles'll bleed,
Q-Tip: 'cause I believe
Phife and Tip: The potent and the quote will have ya geek
Phife: like speed / If rationale is naturale, then we'll weave / It's all edges and peaks / Settin' picks, we on a permanent steez

Como siempre, Q-Tip y Phife se complementaban a la perfección, Tip era el tipo abstracto mientras que Phife era más un fanático del deporte con un interés por las calles. El primer minuto permaneció sin cambios, y luego continuó el intercambio entre Tip y Jarobi. De repente, no solo estaba emocionándome ante la promesa de algo nuevo; si no que me sentí afortunado simplemente por estar escuchando aquello. Me hizo recordar el momento en que me enamoré de Tribe por primera vez.

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La emoción ante la expectación ha desaparecido con el fan moderno, se ha transformado. En lugar de emocionarnos por un nuevo disco, los fans ahora esperamos uno. Eso hace que se inviertan los papeles de la relación entre el fan y el artista. Antes el fan agradecía que le dieran algo, ahora el fan cree que el artista le debe algo.

En 1988 cuando escuchamos la voz de Q-tip por primera vez en el tema "Black is Black" del disco Straight Out The Jungle de Jungle Brother —"Ahora aquí tenéis a Q-tip de A Tribe Called Quest"— era normal escuchar la voz de un MC o de su grupo, flipar con ello y luego no volver a escuchar nada de él. En algunos casos, escuchábamos un nombre —los Violators, por ejemplo— sin saber quiénes eran, aparecían en los créditos de todos nuestros discos, y nunca supimos nada más de ellos.

Q-Tip salía en dos temas de Straight Out the Jungle: "Black is Black" y "The Promo". El primero era el más cabrón y la voz de Q-Tip era una cosa adictiva, pero fue el segundo el que me hizo querer escuchar más de él. Aparte de que la canción fuera más dura, en esos 50 segundos descubrimos que A Tribe Called Quest estaba formado por Q-Tip y su DJ, Ali, y que podíamos esperar algo más de ellos en abril ("un mes después de marzo, dos antes de junio").

Mi penúltimo año en el instituto empezó con la proliferación de pandillas de LA en Denver. Los tiroteos desde coches y las peleas entre pandilleros se convirtieron en el pan de cada día. O estabas en una pandilla o practicabas deporte, de lo contrario eras un completo marginado. Y eso era justo lo que éramos mis hermanos y yo: completos marginado. Nos autobautizamos como "Da Fellas" (Los colegas) –en homenaje School–, y nos flipaban los Jungle Brothers. Su música era una mezcla de orgullo negro, salir de fiesta y hip-hop puro y duro. Para nosotros eran los más molones, y ¿qué adolescente de instituto no quiere molar?

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Era noviembre de 1988, y saber que quedaban cinco meses para que saliera un disco con un rollo similar era un regalo que no estábamos acostumbrados a recibir. Estamos hablando del mundo de antes de internet y antes de que existiera cualquier revista de hip-hop viable. Nos enterábamos de que iba a salir un nuevo disco cuando veíamos un vídeo musical o, si el sello ponía algo de pasta, veíamos los carteles promocionales en nuestra tienda de discos del barrio, Discos y Cintas de Russell— Russell era la tienda de discos regentada por un negro donde comprábamos todos nuestros discos— y, antes de que hubiera un Blockbuster, allí alquilábamos también todas nuestras películas.

Abril llegó y se fue. Y no había ningún disco de Tribe a la vista. Pero Q-Tip apareció en el debut de De La Soul, 3 Feet High and Rising, que se publicó en marzo del 89. Y en el tercer corte del disco, la remezcla de "Buddy", no solo escuchamos a Q-Tip, sino que también tenemos la primera aparición de Phife Dawg, la presencia de Queen Latifah —que lo estaba petando en la radio con "Princess of the Posse" y "Wrath of my Madness"— cantando, la representación de The Jungle Brothers y otra colega, Monie Love, desde Londres. (En uno de los mayores desaires de los primeros días del rap, Phife quedó completamente fuera del vídeo. Algunos dicen que fue por la duración del tema, pues la remezcla dura poco más de 7 minutos, pero aún así…). En resumen, pronto descubriríamos que esta gente representaba el movimiento de Native Tongues, un colectivo que se separaba de muchas de las tendencias de esa época y se centraba en la conciencia negra.

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A finales de los 80 y principios de los 90 el crack se había extendido por todo el país. El dinero fluía y los raperos de Nueva York reflejaban esa vida. El estilo del hip-hop quedó definido por las gruesas cadenas de oro y la ropa hecha a medida de Dapper Dan. Pero los artistas de Native Tongues dieron la espalda a todo eso, cada uno a su manera. The Jungle Brothers, el primer grupo visible del colectivo, tenían una expresión más abierta del orgullo negro y De La Soul eran los raritos, con un nivel de chistes que no se escuchaba en el rap de la época. A Tribe Called Quest era más como una persona negra del día a día, como pudimos descubrir pronto cuando por fin sacaron un vídeo, "Left My Wallet in El Segundo". Como habíamos esperado, Tribe, tanto por sus pintas como por en su expresión, estaban en el mismo lugar que nosotros. Nosotros también luchábamos por encontrarnos en un mundo donde la gente asumía cómo tenía que ser un fan del hip-hop, siendo conscientes de que la gente nos consideraba nerds a pesar de mostrarnos de forma natural tal y como éramos. Cuando por fin salió el disco en abril (un año después de lo prometido) fue tal y como lo esperaba: reflexivo, ecléctico y lleno de samples inesperados.

Durante mi primer año en Clark Atlanta, "Bonita Applebaum (Hootie Mix)" sonaba en los cascos de todo el mundo y en los altavoces de cualquier fiesta. Tribe había conseguido un sólido grupo de seguidores, pero no tenía ninguna expectativa por qué vendría después. Nada más ver las imágenes en negativo, el stop motion y las Polaroids de los primeros segundos del último vídeo de Tribe, sabíamos que estábamos ante algo especial. Y la canción… ¿Qué no se ha dicho ya sobre "Check the Rhime"? Phife llega a tocar el cielo. Era el verano del 91. Ese verano andaba por casa y mi hermano y yo nos pasamos tantas veces por Russell —preguntando por la fecha de lanzamiento, si iban a regalar los carteles promocionales y dando la lata todo lo que podíamos y más— que estuvieron a punto de prohibirnos la entrada.

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Por fin, después de meses de espera, salió Low End Theory, y fue una sensación en todas partes, desde la Universidad de Atlanta hasta el USA Today. Tuvo un papel clave en el origen del sonido cargado de samples de jazz que marcaría el rap de Nueva York en los próximos años y fue un disco lo suficientemente sustancioso para que los fans se sintieran satisfechos. Si Tribe nunca hubiera sacado otro disco, nos habríamos quedado satisfechos con el clásico. Ver a Q-Tip, Phife y Ali en ese punto —después de las medallas negras y antes del hardcore— era como ver un reflejo de dónde estábamos. Nos estábamos sintiendo cada vez más cómodos en nuestra propia piel y encontrando nuestras voces.

Por desgracia, esa era estaba llegando a su fin. El siguiente disco, Midnight Marauders, es personalmente mi favorito, sobrepasa los dos primeros sin ninguna duda. (Hoy todavía sigue abierto el típico debate de cuál es mejor, Low End o Midnight, así que podéis imaginaros lo intensa que era la discusión por aquel entonces). Pero el mismo día que salió Midnight Marauders, 9 de noviembre de 1993, Wu-Tang Clan irrumpió en la industria por la puerta de atrás con Enter the Wu Tang (36 Chambers), el rap empezó a adoptar un sonido más oscuro y violento y el tipo de música que hacían Tribe acabó quedándose obsoleto.

Esperé ansioso a que saliera Beats, Rhymes, and Life, pero cuando lo escuché me pareció que algo no cuadraba. Algo me decía que no era ni los beats de Dilla ni la presencia de Consequence. Lo que fallaba era la química. Que hubiera una canción solo de Q-Tip era algo normal, y también que hubiera otra solo de Phife, pero que hubiera una donde los dos casi ni intercambiaban unos versos… y donde solo destacaban las voces invitadas… eso no acababa de cuadrar. El Love Movement no era más que una formalidad, se notaba que lo hacían por pura fórmula. Cuando Tribe anunciaron que se separaban, a nadie le pilló por sorpresa, fue más bien un alivio. Esos discos para mí fueron como si el idealismo de la universidad se hubiera abierto paso hacia la vida real. Ya nada parecía encajar, aunque volver a escuchar esos discos otra vez años después me hizo apreciarlos más.

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Para el 2011, Tribe había se había ido de gira con Rock the Bells e iban a sacar un documental, que parecía ser un anticipo de un nuevo disco. Pero ese docu, Beats, Rhymes, & Life: The Travels of a Tribe Called Quest, además de justificar nuestra opinión sobre los dos últimos discos, acabó con cualquier esperanza de que algún día pudiera haber una verdadera reunión. ¿Una actuación? Eso era una novedad. Flipé como cualquier otro fan cuando Tribe actuaron en el programa de televisión Late Night with Jimmy Fallon, pero tampoco esperaba que saliera nada más de eso. Sin embargo, al parecer empezaron a hacer planes para un nuevo disco esa noche. Y luego hace ocho meses, Phife murió. Fue algo inimaginable, como perder a un miembro de tu familia.

Antes ya teníamos la sensación de que nunca volveríamos a escuchar otro disco coherente de Tribe, y la muerte de Phife parecía confirmar nuestras sospechas. Habían surgido ciertas desavenencias desde que Q-Tip había empezado a incluir una mayor producción (con la consecuencia de que no puede evitar ser entrevistado sin que se le pregunte si arruinó o no al grupo).

"Dis Generation" me llevó de vuelta a unos tiempos antes de que todo eso me pareciera relevante.

Es un tema de Tribe clásico aunque actualizado, con un ritmo que va y viene. Tenemos un sample del año de todos los años, 1976, de una banda argentina nada menos; tenemos a Musical Youth, tenemos a los mejores tiempos de Tribe. ¿"Movin Backwards"? Colega, eso es hacer trampa. Anderson .Paak ha hecho arder cualquier cosa en la que haya puesto su voz este año. Evoca el espíritu de los grandes como Curtis Mayfield y Bobby Womack, así que con solo soltar una línea sencilla como: "Cómo se supone que debo saber cómo es estar en casa, si ni quiera estoy en mi hogar", evoca sentimientos de pérdida y pensamientos hacia los esclavos negros que fueron llevados hasta los Estados Unidos con cadenas. Y aunque Q-Tip es algo abstracto, lo que está diciendo es: "someterte a tus plegarias estos días es ir para atrás, es solo por las apariencias", y eso me hizo pensar en el significado más profundo de todo el proyecto.

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Es el disco más político de A Tribe Called Quest hasta la fecha, y ha llegado en el momento más oportuno. El hecho de que pueda sacarle algo más con cada escucha me demuestra que We Got It From Here más que ser oportuno para los días que corren, es atemporal. Una vez más, Tribe han hablado por nosotros.

A medida que empezó a materializarse la realidad de la presidencia de Trump, también se materializó la conversación sobre hacia dónde podríamos dirigirnos. Mucha gente de color evocábamos el personaje de Nas en Belly, declarando sinceramente que íbamos a volver a África si Trump salía elegido. En "The Space Program" Tribe conceptualiza esta idea y utiliza el espacio como analogía, y menudo gancho: "no hay un programa espacial para negros, sí, estás aquí atrapado negro". Toda una profecía. Trump ha sido elegido, y no ha habido una emigración masiva. "We The People" trata tantos temas que podría ser una conversación en una barbería. Habla sobre la gentrificación, la amenaza de Trump de deportar a los "indeseables", la desigualdad de género. Está llena de temas sociales para adultos, y ahí está la cosa. Cuando éramos más jóvenes, la identidad era nuestra prioridad. Canciones como "Sucka Nigga" sacaba a relucir el debate sobre si debíamos o no utilizar esa palabra. Y, aunque ese tema todavía es importante, la amenaza de que infrinjan nuestras libertades civiles pasa a situarse en primera línea.

Así que cada vez que veo a A Tribe Called Quest después de esto, simplemente me parece una bendición. Su aparición en el programa Saturday Night Live es una bendición, la tienda pop-up We Got It From Here es una bendición. Las colaboraciones con Andre 3000, Elton John y Busta Rhymes son también todas ellas una bendición. No podría haber esperado nada de todo eso, pero sigo esperando con ilusión que las grabaciones que nunca se publicaron, las ideas que se quedaron en el tintero, que el EP y disco de Phife (!) algún día salgan a la luz. Espero que salga un nuevo disco y que ese momento pase a formar parte de mis recuerdos como sucedió con el resto de discos de Tribe. Espero que algún día pueda decir que We Got It From Here, Thank You 4 Your Service es un clásico. Y todo eso es una bendición.

SDQ ha sido editor e investigador sobre hip hop desde hace 30 años. Conoce su trabajo en Medium.

Traducido por Rosa Gregori.