La pesadilla inmobiliaria

La pesadilla inmobiliaria: un antro enano con cava por 700 euros al mes

Si acompañas cualquier zulo de mierda con una botellita de cava parecerá que estés vendiendo un puto 'loft' de lujo.
Cava zulo
Fotos vía Idealista

'La pesadilla inmobiliaria del mes' es una sección en la que denunciamos los abusos más flagrantes y los pisos más sorprendentes del mercado inmobiliario en España. Si te has topado con algún palacio similar, escríbenos a esredaccion@vice.com.

¿Qué es?: Un estudio con cédula de habitabilidad de 27m2 útiles de un solo espacio y con unos acabados de alta gama, listo para entrar a vivir. Digamos que es como un zulo gourmet, para todas aquellas personas que quieran vivir la experiencia “El Inframundo Barcelonés” (tickets a la venta aquí) pero sin tener que mancharse las manos ni ponerse demasiado triste.
¿Dónde está?: Como no podía ser de otra forma está situado en ese barrio que ejemplifica perfectamente la renovación gentrificadora de las ciudades, ese barrio-humilde-del-centro-de-la-ciudad-en-el-que-antes-convivían-familias-de-clase-obrera-y-criminales-y-que-ahora-ha-sido-reconvertido-en-un-foco-turístico-en-el-que-operan-negocios-gastronómicos-recomendados. En fin, el Born.
¿Qué se puede hacer por ahí?: Pilla el metro, bájate en la parada de Sant Antoni, dirígete a la Armería Izquierdo de la calle Parlament, cómprate una pistola, vuelve al Born y pégate un tiro en medio de la calle.
¿Cuánto cuesta?: Este zulito (utilizar un diminutivo para algo que ya es de por sí pequeño) cuesta 700 euros al mes, renovarás contrato cada 11 meses (probablemente con un incremento del precio) y te pedirán una fianza de dos meses que no volverás a ver en tu puta vida porque será imposible salir de aquí sin dejar detrás de ti un piso en un estado mejor del que te lo encontraste.

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El oficio de alquilar pisos es todo un arte, es como un lienzo infinito repleto de posibilidades creativas del que, actualmente, solo hemos visto un 10 por ciento de todo su potencial real. Aquí, en este resquicio de locura al que llamamos mercado inmobiliario, todo es posible. Mira esto:

Cava zulo

Ven a vivir a un piso de 27 m2 que es, básicamente, un cuarto con una pared de Pladur en medio para “generar espacios”. Vivirás en una ratonera pero, ¡ey!, mira, ahí encima de la mesa, a la derecha, ¿lo estás viendo? Parece mentira pero es real. Menuda sorpresita nos ha dejado el propietario. Pero como se lo ha currado el pillín. El muy fiera ha dejado una botella de cava de 5,30 euros encima de la única mesa que hay en el piso. Menudo detallazo, es que ahora tienes que pillarte este piso sí o sí.

Zulo cava

Bueno, no vayas tan rápido, mira la cocina, es una mierda, debe medir 1m2 más o menos. Ahí no podrás cocinar demasiado ni organizar cenas con muchos invitados pero no pasa nada, el Born está repleto de oferta gastronómica. Mejor que cocine un profesional. Es cierto que te gastarás un pastón en comida pero, ¡ey!, no pasa NADA, ¿es que no has visto que el propietario ha dejado una botella de cava en el piso? Es que es todo un caballero, ¡vaya clase! C-L-A-S-E. Nada, olvídate de la mierda de cocina, tienes que pillarte este piso.

zulo cava

¿Y la cama? Está metida en el mismo espacio que la cocina y el “salón”, como si fuera un cuartucho de esos en los que Bukowski empezó a escribir sus historias. Pero da igual, ¿habéis visto esa bandeja con patas para la cama? Ideal para hacer un buen desayunito de sábado tumbado ahí con un amante. ¡Qué mona la tetera! Pero es que no puedo dejar de pensar en lo del cava.

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El muy cretino del propietario se cree que dejando una botella de cava barato por ahí encima va a convencernos de que este es un espacio habitable. Pues la verdad es que sí, joder, a mí me está convenciendo. ¿A ti no? El propietario lo sabe, con un poco de este “lujo cutre” uno puede conseguir lo que quiera. Un accidente de coche no será tan terrible si lo acompañas de una buena botella de cava de 5,30€. Es que vaya truquillos de venta se le ocurren a este genio, menudo canallita. Todo un comercial de la vieja escuela.

zulo cava

Mirad la botella, ahí, tan inocente, como si fuera casual. ¡Pero qué belleza! ¡Qué naturalidad! Sin duda este palacete está hecho para sibaritas. Puede que si hubieran hecho la foto unos minutos antes hubiéramos encontrado también un piscolabis a base de caviar y aletas de delfín.

zulo cava

Dios, qué deprimente es esta parte. Esto es lo que verás cuando estés tumbado en la cama, mientras te haces un buen desayuno de domingo. Yeso, solo yeso. Eso de ver la primavera invadir el cielo de tu ciudad será una utopía. La idea de ver nubes queda lejos de este pisito tan mono (es un interior). Pero no pasa nada, ahí en el salón estará esa botella, lista para salvarte la vida.

Fíjate también en esa parte del anuncio que reza “Precio: 700€ mas facturas (luz, agua, internet - todo está contratado, no se harán cambios de nombres. Os paso las facturas y me las pagáis. )” (sic). ¿Verdad que suena a trapicheo extraño? ¿Por qué no se pueden poner a tu nombre todos los gastos? ¿Y qué es, de repente, este imperativo? Eso de “Os paso las facturas y me las pagáis”. De repente el tipo se ha vuelto un poco agresivo, ¿no creéis? Encima ha puesto el punto final antes de cerrar el paréntesis, dejando un espacio entre ambos. Parece que alguien estaba tecleando esto un poco nervioso, un poco lleno de odio. Pero no pasa nada. Ya lo sabéis, el cava. Con esa botella de cava lo aceptaremos todo, incluso un casero insoportable.

Zulo cava

Porque esa botella es una invitación a vivir bien, a disfrutar de los placeres de la existencia. A disfrutar a lo grande en un puto zulo decorado como si alguien hubiera intentado emular un hotel de esos que son propiedad de un futbolista (lujo hortera muy mal gestionado) pero que al final se asemeja más a un picadero barato del raval. Pero, ¡ey!, esa botellita de cava… menudo detallazo. ¿No creéis?

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