Nunca empieces a enrollarte con alguien nuevo en Navidad

Ya casi es Navidad y, lo siento mucho, pero sigues soltera. Te mata la soledad, aunque por otro lado te alegra no tener que sacar más dinero de una cuenta ya en números rojos para comprarle algo a tu (ahora) ex. Vale, sí, tienes más tiempo que antes para dedicar a tus hobbies y tus amigos, pero han pasado tres semanas, y como no folles pronto, te va a dar algo.

Ya vas tarde para hacer cucharita con alguien durante todas las fiestas, así que has recurrido a las aplicaciones, buscando con movimientos de dedo alguien con quien ver Solo en casa bajo una manta o poner éxitos navideños a todo trapo en Spotify mientras abrís una caja grande de Ferrero Rocher. Pero que no te cieguen estas fechas: salir con alguien en diciembre probablemente sea lo peor que te puedas hacer. Te explico por qué.

Este periodo es peor que el día de San Valentín. Ahí estás, paseando por un mercado navideño con alguien con quien has hecho match en Tinder después de haberte enamorado de las fotos de su nueva mascota, un cachorro. Entonces, os cruzáis a una pareja que conoces, todos acaramelados y felices, con su chocolate caliente y sus abrigos acolchados conjuntados. Una de dos: o suponen que esa persona a la que has conocido hace escasas 12 horas es tu novio o te sueltan en tono condescendiente la pena que les da que tú y tu ex hayáis roto. ¡Esa es la realidad de la Navidad!

Te aburre contándote que se ha venido a vivir a una ciudad grande porque tiene más oportunidades de development, pero las luces de las paradas del mercado navideño brillan de un modo mágico y especial en sus ojos. Tal vez… ¿Tal vez hayas encontrado a LA PERSONA?

No flipes, que no la has encontrado. Lo que pasa es que te has metido ya cinco vasos de vino caliente.

Habías planeado pasar la noche en casa y pedir una pizza con la persona a la que considerabas el amor de tu vida, pero te acaba de dejar. Tú ya habías rechazado amablemente las invitaciones de tus amigos a las fiestas de fin de año a las que van a ir y para las que ya no quedan entradas. Al final, accedes a ir a la fiesta privada a la que va tu cita. No conocerás a nadie, pero no pierdes la esperanza de que, como mínimo, te den un beso a media noche, como en las pelis. Pero no: en vez de eso, tu cita se pilla el pedal demasiado pronto y te pasas la noche quitándole el pelo de la cara y consolándole mientras llora y te llama por el nombre de su ex. ¡Feliz Año Nuevo!

¿Por qué hay fiestas navideñas casi a diario? ¿Es que la gente no sabe lo que es descansar?

El poder de atracción de una compañera de trabajo es mucho más intenso que cualquiera de tus encantos. Hay algo electrizante en verla en la cocina de la oficina, removiendo un café con leche de avena, y luego verla en la cena de empresa, entregada al karaoke. Supererótico. Lo siento, pero no tienes nada que hacer.

Tu ex te ha enviado a ti y a tres de sus ex el mismo mensaje: “¿Te acuerdas de cuando fuimos a patinar sobre hielo? Espero que estéis todos bien”. Nunca llegasteis a ir a patinar juntos, pero es esto o volver a las aplicaciones de citas, ¿no?

@nanasbaah