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crimen y drogas

Por qué los cárteles de la droga podrían ser el modelo de negocio de las startups de Silicon Valley

El imperio del narcotráfico emplea unos niveles de sofisticación por los que suspiraría cualquier startup. Sin embargo, la cobertura mediática sólo resalta su lado más violento. Nos sumergimos en el engranaje de las factoría más rentables del planeta.
Agentes de policía en un túnel construido por el narco para sortear la frontera entre México y San Diego, Estados Unidos. (Imagen vía U.S. Immigration and Customs Enforcement)

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Este artículo fue publicado originalmente en Motherboard.

Túneles, catapultas, drones y submarinos pilotados por hombres.

Implantes de pecho, zanahorias falsas y cachorritos.

Se trata solo de un puñado de las infinitas tácticas de contrabando empleadas por cárteles centroamericanos y sudamericanos para traficar con drogas y personas ilegalmente en las fronteras. Obviamente, tal es su manera de eludir los controles de las fuerzas de seguridad.

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Claro que también son un buen ejemplo para ilustrar hasta qué punto las organizaciones criminales asumen toda suerte de comportamientos innovadores y desarrollan su ingenio de maneras que en otras esferas empresariales, como en Silicon Valley, por ejemplo, serían consideradas como negocios revolucionarios.

Sin embargo, la teorías reduccionistas y neocoloniales que se divulgan mediáticamente sobre los cárteles mexicanos llevan años menoscabando las iniciativas desplegadas para comprender adecuadamente a estas complejas entidades. De hecho, hay mucho que aprender de los cárteles y de su funcionamiento. Así lo entiende el doctor Rodrigo Nieto-Gómez, quien considera que hemos fracasado como sociedad a la hora de evaluar a estas organizaciones desde el ángulo adecuado.

Nieto-Gómez es un profesor de investigación en el centro para la Defensa y Seguridad Nacional, en el departamento de Asuntos de Seguridad Nacional de la Universidad Naval. Y lleva muchos años invirtiendo su tiempo en reconceptualizar la noción que tenemos del misterioso universo del narcotráfico. Sus conclusiones señalan que lejos de parecerse en nada a El Padrino, el comportamiento de las organizaciones criminales mexicanas, se asemeja muchísimo más al de cualquier startup ubicada en Silicon Valley.

Nieto-Gómez habla con Motherboard del espíritu emprendedor criminal, de las posibilidades de descifrar las herramientas de innovación y sobre cómo funciona realmente el crimen organizado en México.

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Los narcos pueden comprar legalmente leones, macacos y otros animales exóticos. Leer más aquí.

Motherboard: ¿En qué estás trabajando ahora mismo?
Nieto-Gómez: Actualmente mi dedicación fundamental consiste en analizar las técnicas de innovación empresarial de las organizaciones criminales. Cuando descubres lo costoso que es traficar con drogas desde México a Estados Unidos, entonces descubres también que tales son la clase de técnicas que uno puede admirar luego en ferias de comerciantes como la de San Mateo, en Silicon Valley, California. Por ejemplo, basta con valerte de un compresor e introducirlo en una pistola hecha con una patata para empezar a disparar cocaína o marihuana… en la mismísima frontera. Es increíblemente alucinante. Y se trata de un mercado completamente desprovisto de regulación alguna. Si quieres descubrir las auténticas tretas neoliberales, los modelos de capitalismo más recalcitrante, entonces olvídate de Estados Unidos. Hay que fijarse en México. Y hay que fijarse más concretamente en los cárteles de la droga.

'Lo sentimos, Amazon, pero lo de enviar productos vía drones ya no es solo cosa tuya'.

¿Con qué clase de innovaciones esperas encontrarte de los traficantes de drogas en los próximos años?
Si quieres buscar lo más pasado de vueltas en el mundo del contrabando de drogas, tienes que empezar por los drones [vehículos aéreos tripulados a control remoto], o por los submarinos tripulados por hombres. A día de hoy los puede enviar de Colombia a Venezuela y programar las coordenadas que les llevarán hasta su destino, en Estados Unidos. Si mandas 10 y solo llega uno, seguirás sacando una buena tajada.

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Hoy en día se han disparado los drones que transportan enormes cantidades de cocaína. Lo sentimos, Amazon, pero lo de enviar productos vía drones ya no es solo cosa tuya. En realidad, los cárteles del Golfo de México fueron los primeros en hacerlo. La cocaína es el producto perfecto para ser trasladado en drones: es compacto, estable y desaforadamente rentable.

El crimen organizado y especialmente el crimen organizado en México, es ilustrado habitualmente como un negocio estructurado alrededor de una jerarquía vertical. ¿Qué ha descubierto usted en su análisis de su funcionamiento interno?
En primer lugar, que no tiene nada que ver con lo que nos vendió Mario Puzo en su novela El Padrino, donde las manos de un solo titiritero controlan los hilos de todas las marionetas. No creo que tal sea una buena ilustración de lo que es el crimen organizado. Ni para explicar lo que sucede ahora ni para explicar lo que sucedía antes.

Todo con lo que te encuentras en México tiene más que ver con Silicon Valley que con Puzo. Especialmente en lo relacionado al espíritu capitalista que, por ejemplo, tiene una startup. El principio que regula los negocios del narcotráfico es el que decide que si tú eres bueno en lo que haces, yo te patrocino. Te doy acceso a narcóticos, tú me los vendes, y ambos hacemos dinero. Y con el dinero que hacemos tu contratas a alguien más para que nos ayude. Así empiezas a fundar tu pequeña empresa. Si un día es atrapado o muerte alguno de los socios implicados, es solo una start-up. En México los grandes cárteles disponen de cientos de operaciones como esta funcionando simultáneamente en la misma pirámide.

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Así pues, ¿estamos hablando de que existe un montón de potencial innovador en muchos jóvenes que ya han sido absorbidos por el crimen organizado o estamos hablando de algo que solo se da en la periferia de la sociedad?
El escritor francés Honoré de Balzac decía que "detrás de toda gran fortuna se esconde una gran crimen". Yo no conozco cual es el gran delito, pero conozco bien todas las tácticas empleadas para disimular o desviar la atención de delito alguno. Si haces negocios como todo el mundo serás uno más. Y luego tienes a gente como Steve Jobs, Elon Musks, Bill Gates o Mark Zuckerberg que aparecen y dinamitan las reglas conocidas, a menudo de manera literal.

Napster, sin ir más lejos, fue un negocio ilegal. Y muchos de sus responsables terminaron entre rejas. El departamento de Justicia intervino para cerrarlo. Igual los hackers sean perversos, aunque parece más ajustado a la realidad decir que son quienes señalaron el modelo de negocio a otras compañías, como Netflix o Spotify.

'Quién sabe, lo mismo el próximo Steve Jobs sea una jovencita de Oaxaca.'

Los más jóvenes son quienes se saltan la ley con más comodidad, especialmente en las zonas más duras de la mayoría de países. Normalmente, el desafío de la población en líneas generales consiste en educarles para que descubran su espíritu emprendedor. El problema de los críos implicados en el crimen organizado no consiste en descubrirles tanto su espíritu emprendedor, como en enseñarles a cómo seguir las reglas, en enseñarles a regresar cuando han ido demasiado lejos. Claro que tal no es un mal lugar donde estar.

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En imágenes: un paseo por el túnel que El Chapo Guzmán utilizó para escapar en México. Leer más aquí.

Quién sabe, lo mismo el próximo Steve Jobs sea una jovencita de Oaxaca. ¿Encontrará la manera de expandirse o se quedará atrapada en un trabajo de mierda en una maquiladora porque no tuvo las oportunidades necesarias y se quedó atrapada?

Y qué hay de la lucha contra las organizaciones criminales locales en Estados Unidos? Si existiera un solo un proveedor de drogas — digamos que el Cártel de Sinaloa — por cada dos organizaciones en Estados Unidos… ¿Acaso no sería preferible unirlas para el proveedor? O no sería en última instancia, un menor inconveniente para el cartel de Sinaloa?
No necesariamente. Al proveedor único no le importará demasiado. Lo que le preocupa, fundamentalmente, es que las drogas pasen al otro lado de la frontera. No les importará que los cárteles se maten entre ellos. Lo que sí se repite en México de manera sistemática es el caso del cartel que le vende droga a los cárteles de la competencia. Muchas bandas rivales compran a más de un único proveedor.

Una manera de entender esta maniobra consistiría en no creer que es el cártel quien les está vendiendo nada, sino que es el cártel quien está financiando sus operaciones. Sucede algo parecido con internet. Existen informaciones que se comparten entre varias computadoras. En realidad, a mí no me importa cómo llega la información: lo que me importa es que llegue. Y tal es el modelo aplicable al contrabando. Tengo una sustancia aquí y la quiero mandar hasta allí. Y no me importa cómo. O no demasiado.

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De tal manera, la solución consiste en financiar varias cadenas o estructuras distintas. Por ejemplo, inviertes algo de dinero en operaciones especializadas en trasladar la droga a la frontera estadounidense. Eso es todo lo que hacen. Otra es dedicarse al tráfico de drogas pero solo en el interior de México. De Chiapas a Guadalajara, por ejemplo; se trata de las famosas plazas, uno de los conceptos peor comprendidos del narcotráfico. Una plaza es una zona donde un cártel X dispone de fuerzas de seguridad consagradas a impedir el desarrollo de la competencia. Nosotros los entendemos como territorios, aunque a la postre se trate más de cadenas de suministro. No se trata de ejércitos en movimiento tanto como de mensajeros. Su labor consiste en permitir o en dejar el acceso abierto a la vía principal de suministro, por ejemplo. La realidad, sin embargo, nos enseña que, a menudo, las cadenas de suministro se solapan.

¿Y es entonces cuando se desatan las oleadas de violencia en México?
Muchos de estos enfrentamientos se producen cuando los niveles de violencia se disparan en México. Normalmente se debe a que uno de los miembros de esa cadena invade la línea de suministro de otro miembro. Así que uno de los motivos que explican que se dispare la violencia no es, como se cree a menudo, producto de que alguien intente hacerse con el control de una plaza. Se trata, más bien, del momento en que un miembro de la cadena de suministro descubre a un invasor —cuando empiezan a moverse drogas que proceden de más de un proveedor.

Sin embargo, las oleadas de violencia acostumbran a ser un fenómeno muy complejo y raramente se desatan por un único motivo.

Un agente de Aduanas camina por la frontera entre Nogales en Arizona y Nogales en Sonora. El cártel de Sinaloa ha controlado esta preciada plaza durante años, y lo hacía cuando está fotografía fue disparada en febrero de 2016. Imagen por Motherboard.

¿No cree que si la gente conociera las posibilidades que existen de ser capturado o asesinado cuando trabajas de narcotraficante, cambiaría de rubro?
¿Y cuáles son las posibilidades de convertirse en el próximo Steve Jobs o en el próximo Elon Musk? Son muy escasas. Sin embargo son las que alimentan los sueños del 90 por ciento de los emprendedores de Silicon Valley que probablemente fracasarán. Se trata de ambición. Son contextos donde las posibilidades de enriquecerse son muy pocas. De manera que lo que se necesita es reclutar a individuos con una ambición desaforada. A la clase de gente que cuando se enfrenta con un obstáculo se siente estimulada y no disuadida. La clase de persona que lo cambia todo.

Uno de los aspectos más olvidados de la guerra contra las drogas es que no se ha identificado la manera de filtrar a toda esa gente que asume grandes riesgos para entrar a formar parte del crimen organizado. El problema es que nadie les ofrece alternativas para salir, para reinsertarse y reconducir los conocimientos que han adquirido de maneras que continuarían entrañando un riesgo elevado, pero que seguirían cobrándose a precio de oro y, lo que es más importante: que serían legales.

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