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Identidad

La guía Broadly para ir de gira

Ir de gira es una de las mejores experiencias del mundo si sabes cómo sobrevivir a cargar y descargar el material diariamente, el cansancio y los capullos.
Foto vía Flickr: tommarcello

Alcohol

Beber sin parar con tus amigos en ese limbo espacio-temporal que es ir de gira es maravilloso. Es como un sueño en el que todo es alegría, gozo y libertad, aunque con resacas. Sea como sea, se parece bastante a la felicidad absoluta, así que, a pesar de todos los inconvenientes, bebe mucho y disfruta de ese oasis de música y solaz constante antes de volver a tu rutina diaria.

Buena música

Fundamental para que la persona que conduce no acabe estrellando la furgoneta contra un poste con tal de no escucharte más. Esto puede ser un grandísimo foco de discusiones y futuros repelos, así que lo mejor es que todo el mundo pierda unas horas en escoger unos cuantos discos para que no haya problemas. En ningún caso optes por el "yo conduzco, yo decido" porque lo lamentarás.

Capullos

En algún momento, tarde o temprano, vas a tener que demostrar alguna de las siguientes cosas:

  • Que sabes cómo funciona un ampli.
  • Que compones las canciones de tu grupo.
  • Que sabes conectar un micro.
  • Que no eres la novia de uno de los del grupo.
  • Que no eres la novia de uno de los del grupo y que tocas esa noche.
  • Que no estás allí para follarte a ninguno de los del grupo.
  • Que no estás en el grupo por ser la hermana, novia, hija, madre, tía, sobrina, abuela de uno de los del grupo.

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Drogas

Ten en cuenta que la perspectiva de un concierto diario genera tensión y respeto, que vas a tener que cargar y descargar cada día el material y que probablemente no tengas demasiadas horas para descansar entre concierto y concierto. Así que, antes de convertirte en un despojo humano y que tus compañeros de grupo te odien porque se te haya olvidado tocar, plantéate si esa diversión realmente va a merecer la pena. A no ser, claro, que duermas en hoteles de 5 estrellas y lleves una comitiva que monte y desmonte por ti, si es así: sí a todo.

Exuma

Si llega la discusión por la música -llegará- esta es siempre la mejor solución.

Fronteras

Las fronteras entre países pueden ser un verdadero problema -unas más que otras-. Todo el mundo sabe que si los policías fronterizos se ponen gilipollas pueden obligarte a abrir hasta el forro de la chaqueta, pero lo realmente jodido es lo que simbolizan. Esas casetas roñosas y esa gente mustia son tristes y un recuerdo incuestionable de la crueldad a la que puede llegar un ser humano con un poco de poder.

GPS

Es probable que creas que sabrás guiarte por carreteras nacionales extranjeras, pero no, no sabrás. Te perderás, gritarás y culparás a tus compañeros de grupo por algo que deberías haber hecho antes de salir: bajarte los mapas de Polonia la última vez que tuviste wifi.

Hoteles

Vas a dormir en sitios infectos que no vas a poder explicarle a tu abuela, así que si tienes la fortuna de dormir en una casa acogedora, hostal, hotel, Airbnb… Aprovéchala. Duerme y desayuna bien. El alojamiento es siempre una lotería y nunca sabes cuándo volverás a un sitio así.

Ir bien equipado

Todo el mundo se ríe de las típicas personas que van muy equipadas cuando se van de viaje: toallitas, líquido de lentillas, pañuelos, frutos secos, chicles, tenedores, agua, una almohada para el coche… Plantéatelo cuando haya ocho vídeos tuyos en Instagram balanceando el cuello de lado a lado con la boca abierta y los ojos en blanco o tengas que cagar en medio de una carretera nacional croata: "¿Alguien tiene un pañuelito?".

Juicios de valor

Estamos muy acostumbrados a criticar con vehemencia y crueldad por aquello que hemos pagado si no satisface nuestras expectativas. Nos han enseñado que como consumidores debemos reclamar lo que es nuestro y, aunque pueda parecer algo superado en determinados ambientes, muchas personas van a actuar de esta manera contigo y con tu grupo si no cumples con la idea que tienen de ti. Obviamente nunca vas a satisfacer a todo el mundo. Vas a tocar en sitios muy diferentes y probablemente no todos tengan demasiado que ver con la música que haces o la manera que tienes de entender la vida; en esos lugares la gente juzgará con mayor dureza porque, comúnmente, la gente critica aquello que no entiende.

Kate Bush

Hay pocas experiencias en la vida más verdaderas que conducir de noche con el Hounds of Love en repeat.

Lavandería

La vas a necesitar después de haberle dado la vuelta a las bragas cuatro veces.

Menstruación

No importa

Vas a pasar días enteros encerrada con gente con la que normalmente no compartes demasiado tiempo y puede que afloren todas y cada una de vuestras manías. Un consejo: nada es tan importante.

baÑo checo

No siempre vas a tener la oportunidad de ducharte, así que aprovecha los lavabos de las gasolineras, las fuentes, los ríos o cualquier grifo que se ponga en tu camino porque nunca sabes cuándo va a ser la próxima vez.

Odio

Puede que a pesar de que te esfuerces por no discutir, todo acabe explotando y llenándose de mierda en algún momento. Puede que esto pase dentro de la furgoneta en mitad de un viaje de 7 horas o puede que pase en el centro de Berlín y tengas que largarte del lugar en el que estéis cenando y para el que te habías reservado los últimos 10 euros que te quedaban. Trata de manejarlo lo mejor que puedas y recuerda que enfadarse durante tres días porque alguien se ha acabado el último plátano, en realidad, sólo te perjudica a ti.

Paciencia

Todos podemos llegar a pensar que somos personas sosegadas y tranquilas, no sé, tal vez lo seas, pero hasta el más apacible puede resultar irritante tras 8 horas de carretera. Una prolongada tos leve, un estornudo aguantado, el sonido de los dedos al crujir… Y un sinfín de mortificantes pequeñas acciones más pueden acabar con tu paz mental y tu trabajada serenidad. La paciencia, la flexibilidad y el silencio son tres cosas fundamentales para que quieras volver de gira algún día con esa gente.

Quejarse

Esta es una de las actitudes más irritantes cuando se está de gira. Puede que tengas ganas de llorar, hambre, sueño o una suma de las tres, puede que nadie te escuche cuando, obviamente, decidas que tenéis que conseguir tenedores para comeros la ensalada de pasta que habéis comprado en la última gasolinera y que os tendréis que comer con las manos pero, realmente, quejarse es siempre la última opción; sólo añade más leña al fuego y consigue que el resto del grupo te odie. A veces cuesta no hacerlo, pero si consigues, en la medida de lo posible, estar por encima de tus plañidos, la armonía y la concordia del grupo te lo agradecerán.

Rituales

Sean del tipo que sean. Crea tus propios rituales, individuales o grupales, aquellos que te sirvan y te ayuden y utilízalos siempre que quieras y necesites. Son una poderosa forma de reconexión cuando vas de gira y especialmente útiles en momentos de desesperación, tristeza, enfado, confusión, hastío, desmotivación, odio etc. Las Oblique Strategies de Brian Eno son un oráculo perfecto que te ayudará en momentos de angustia extrema, artística o de cualquier otro tipo.

Silencio

Probablemente esta sea la clave para que reine el buen ambiente: fundamental.

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Técnicos de sonido

Sé amable: muchos de ellos están hartos de sonorizar a grupos que no les importan una mierda y son bordes, altivos o unos amargados. Algunos de ellos serán simpáticos. En cualquier caso harán lo que les dé la gana, de manera que trátalos bien si no quieres sonar como una mierda porque, al final, sólo están haciendo su trabajo o un favor a la persona que te ha montado el concierto.

Ubícate

Tú llevas muchos días de gira y estás cansada y harta de los que te rodean, pero la gente que te está montando el concierto no tiene la culpa. Probablemente se ha esforzado mucho para conseguir que vayan 20 personas a ver a tu grupo y en hacerte un montón de hamburguesas vegetarianas para sacarte de la dieta basura que llevas, así que trátalos bien. De hecho, trátalos bien aunque sean unos capullos. No hay nada más insoportable que un grupo poco agradecido o desagradable.

Voz

Esto es algo sobre lo que nunca nadie te advierte hasta que no tienes unos nódulos como mesetas y te has comprado siete cajitas de pastillas para la voz. Hasta que no la pierdes no eres consciente de lo mucho que la usas. Vas a hacer muchos conciertos seguidos, así que cuídate. Si, además cantas, vas a tener que pasar muchas horas en silencio y controlar lo que bebes, lo que fumas y lo que ingieres para poder acabar la gira con algo de voz.

WIFI

Puede que ya lo sepas, pero ir de gira hace que aflore de manera implacable lo absolutamente enganchada que estás a internet.

seXo

Estás cansada, sudada, afónica, tienes que cargar y dar 20 vueltas a una ciudad que no conoces para aparcar o encontrar un aparcamiento en el que quepa la furgoneta. La perspectiva nunca es muy favorable, pero si aun así conoces a una persona que te gusta y que te ayuda a cargar, te acompaña en la furgoneta y a la que no le importa compartir un saco de dormir sobre el suelo: willkommen.

Yacer en tu cama

Volver a casa tras una gira de un mes y acostarte en tu cama por primera vez da mucho gusto. Pero se pasa; a la semana siguiente se te han olvidado todas las incomodidades y sólo quieres volver a meterte en esa furgoneta que huele a local y conducir durante horas.

laZos

Las giras son muy intensas. Puede que esa intensidad se transforme en lazos inquebrantables o en rupturas inevitables. De cualquier manera, ir de gira genera unos vínculos humanos muy bestias y te permite conocer a un montón de gente interesante y aprender muchísimo sobre ti misma. Así que, disfrútalo, porque realmente no existe nada igual.