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Igor Vovchanchyn podría regresar al MMA en Japón

Cuando se trata de una leyenda de Pride, toquen la campana y quítense de su camino.

A los peleadores les encanta contar historias sobre lo salvajes que eran cuando niños. Sus ojos se iluminan cuando hablan de que los suspendieron por pelearse en el receso o después de la escuela y cuentan su historia como si contaran un mito: Claro que terminé haciendo de las peleas mi trabajo, siempre fui cabrón.

La mejor de esas leyenda es la de el expeleador de Pride FC, Igor "Ice Cold" Vovchanchyn, especialista en kickboxing que alguna vez tuvo una racha 37 peleas sin perder y apaleó a muchos durante ese tiempo. La historia cuenta que Vovchanchyn era un pequeño tirano tan temido en Ucrania, en un pueblo en el que los ciudadanos tocaban una campana cuando él estaba de mal humor como advertencia del caos que se iba a desatar. Quieres creer la historia ya que es impresionante, pero no es verdad. "No, eso era broma", dijo Vovchanchyn durante una entrevista un año después. "Pero si existía la campana".

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A juzgar por sus publicaciones en redes sociales, Vovchanchyn puede regresar a destruir personas una vez más. En Instagram, el Presidente de Rizin Fighting Federation, Nobuyuki Sakakibara publicó tres imágenes de Vovchanchyn entrenando, junto con una frase que destacaba su interés por tener al ucraniano peleando de nuevo en Japón.

La publicación ocurrió después de que el peleador de UFC, Alexey Oleynik publicara una fotografía con Vovchanchyn después de que lo visitara.

Como Bas Rutten o Mario Sperry, Vovchanchyn es uno de los héroes de antaño del MMA, hombre enorme con un absurdo poder de nocaut, mismo que lo llevó más allá que la mayoría de los pesos completos que no habían sido los típicos luchadores de la NCAA. Era como un Tank Abbott refinado con cara de niño y sin la misma reputación. También nos dio algunos de los momentos más emocionantes del MMA en los 90: en 1995, Vovchanchyn avanzó al torneo de 32 hombres de Absolute Fighting Championship noqueando al mismo oponente dos veces en dos peleas consecutivas antes de ser derrotado.

Pero Vovchanchyn salió victorioso en varios torneos, apareciendo en eventos en Israel y Brasil antes de pelear en Japón en 1999. En Pride, su logro más grande llegó en el Grand Prix de 2000 donde derrotó a tres oponentes de manera sucesiva —incluyendo al ícono japonés, Kazushi Sakuraba— antes de que Mark Coleman le ganara en la final. De cualquier manera, Vovchanchyn nunca fue un oponente fácil durante los seis años que duró en la promotora. Derrotó a Mark Kerr cuando estaba en su mejor momento y sus golpes contra Enson Inoue lo volvieron en un peleador temido. "Me fracturó la quijada, un dedo, se inflamó mi cerebro y pasé dos días en terapia intensiva", dijo Inoue después de la pelea.

Dicho combate marcó el declive de Vovchanchyn. Aunque no había terminado con Pride entonces y siempre se mantuvo siendo una amenaza para cualquier oponente, fue derrotado por Quinton Jackson, Heath Herring y Mirko "Cro-cop" Filipovich. Para 2005, después de 63 peleas de kickboxing y 65 peleas de MMA, Vovchanchyn dejó el deporte para entrar al negocio restaurantero. Hubo rumores que nunca se volvieron realidad, como una pelea contra Wanderlei Silva durante los últimos años de apogeo de Pride.

Varias lesiones le impidieron regresar, incluyendo una grave en la mano derecha. Incluso si regresa ahora, será nada más por la nostalgia: para noquear a alguien como cuando lo hacía hace once años.

Aquí es cuando decimos que es una mala idea. Aquí es donde lamentamos que el pasado del MMA regrese para recordar viejos tiempos en lugar de ver hacia el futuro, donde decimos que el MMA en Japón está estancado, donde recordamos que el atractivo de ver leyendas tiende a desaparecer con el sonido de la campana inicial. Pero si Igor Vovchanchyn quiere pelear en Japón, tal vez es mejor tocar la campana y que los demás se quiten de su camino.