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Throwback Thursday

LA COPA MUNDIAL DE RUGBY LLEGÓ A GALES HACE 16 AÑOS

En 2015, la Copa Mundial de Rugby llega a Inglaterra, pero hace 16 años, Gales también tuvo la suerte de ser la sede del evento.

Cualquier observador casual, al ver la reacción de todo el país la noche del sábado pasado, sería perdonado por pensar que la victoria de Gales sobre Inglaterra fue en la final de la Copa Mundial de Rugby.

En realidad, las celebraciones solo confirmaron que no hay cosa que los galeses amen más que derrotar a Inglaterra en el rugby. Tal vez no todos los galeses y galesas lo sientan, pero si hicieras una encuesta seguramente el tema estaría en los primeros lugares. Es una mezcla de camaradería bien intencionada y una antipatía más oscura hacia los ingleses —particularmente hacia la clase alta que su equipo de rugby representa—. Por un lado, suena como algo justo, pero por otro es anticuada y absurda; como galés, me es difícil decidirme por alguna de las dos.

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El hecho que la victoria haya llegado en suelo inglés —y tal vez haya echado a perder su Copa— fue, para muchos, la cereza en el pastel. Si te vas a deshacer de tu vecino, ¿qué mejor que enterrarlo en su propio jardín y no en el tuyo, no?

Sin embargo, hace 16 años, Gales se encontraba en casa preparándose para albergar la Copa Mundial de 1999. Honestamente, habría sido más exacto describirla como la Copa Mundial de Cinco Naciones, en donde Gales compartió sede con sus rivales Inglaterra, Escocia, Irlanda y Francia.

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Pero había un sabor galés distinto en el torneo, a pesar de su naturaleza nómada. El Millennium Stadium —hoy en día un inmueble establecido del repertorio deportivo de Gran Bretaña— fue construido para la Copa del 99, y eclipsó a su predecesor, el Cardiff Arms Park, sobre la ribera del Río Taff. El nuevo recinto para 74,000 espectadores albergó el encuentro inaugural y la final, al igual que los juegos de fase de grupos, un partido de cuartos de final y el juego por el tercer lugar.

Por supuesto, no todo fue un éxito. La mascota del torneo era Dewi Dragon, una idea que a lo mucho les tomó siete segundos para concretar, seguida de varias horas de celebración con cerveza en la cantina más cercana

Desafortunadamente, este es Dewi Dragon. Foto por PA Images

Además de los partidos disputados en la capital, unos cuantos otros encuentros valiosos se realizaron en Gales —algo que tal vez dejó ver que Cardiff tenía la primera opción para las cosas buenas, mientras el resto del país se conformaba con las sobras—. El Racecourse Ground en Wrexham —más famoso por ser casa del club de futbol local— acogió un juego de fase de grupos, donde Japón derrotó a Samoa 43-9. El Stradey Park, como casa del Llanelli RFC desde 1879, representó un recinto mucho más histórico para el rugby. También albergó un juego de fase de grupos, donde Argentina le ganó a Samoa 32-16.

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A lo mejor actualmente la situación sería diferente. Una serie de nuevos estadios han sido construidos desde el torneo del 99, entre ellos el Liberty Stadium de Swansea, el Cardiff City Stadium, y el reemplazo del Stradey Park en Llanelli, Parc y Scarlets.

A pesar de carecer un poco en variedad, el torneo fue significativo, ya que se dio en una época donde Gales despertaba ante un reconocimiento nacional. La lengua galesa continuaba con el renacimiento que había comenzado a mediados del siglo XX, y en 1997 los votantes galeses habían apoyado la creación de una Asamblea Nacional para Gales, una forma alterna de gobierno concebida unos meses antes de la Copa Mundial.

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La llegada de un evento deportivo de grandes magnitudes al país ayudó a formar la idea de que Gales era un lugar distinto, y no una región glorificada de Inglaterra. El Millennium Stadium fue clave para lograrlo: el estadio no solo empequeñecía todos los recintos en Gales, también ponía en vergüenza a los gigantes de Inglaterra. Esta era un época donde no existían los súper estadios de la Liga Premier, y en comparación el viejo Wembley se veía anticuado. Gales estaba a la vanguardia.

Desafortunadamente, la escuadra nacional de rugby —siempre los queridos de la nación galesa— no alcanzaron su mejor forma.

Inauguraron el torneo con una victoria de 23-18 sobre Argentina, un arranque sólido pero poco espectacular (aunque como nos habían dado la tarde libre en la escuela para ver el partido, el resultado nos fue un tanto irrelevante).

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Nada que ver aquí, solo unos cuantos ex jugadores de rugby cargando a Shirely Bassey como un pescado. Foto por PA Images

Después Wales vapuleó a Japón 64-15, pero tropezó al perder 38-31 ante Samoa en el juego final de fase de grupos. Aún así avanzaron como ganadores —por puntos anotados— y, por ende, recibieron un pase automático hacia los cuartos de final.

Pero había poco esperanza de que siguieran avanzando por el incremento en la calidad de los oponentes, y el 23 de octubre fueron derrotados 24-9 por Australia en el Millennium Stadium. De hecho, todas las naciones anfitrionas fueron eliminadas en los cuartos de final, donde Sudáfrica venció cómodamente a Inglaterra, y Escocia sucumbió ante Nueva Zelanda. No obstante, Gales podía estar tranquila al ser eliminada por quienes serían los campeones del torneo: Australia vencería a Francia 35-12 en la final.

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Dieciséis años después los australianos son de nuevo la clave para las aspiraciones de Gales en la Copa Mundial. Mañana, los Wallabies se enfrentan a Inglaterra, donde una derrota podría terminar con la participación de los anfitriones del torneo. Sin embargo, una victoria inglesa pondría una gran presión sobre Gales para su encuentro final en fase de grupos ante los australianos. Las festividades del sábado pasado estuvieron justificadas, pero de ninguna manera estaban festejando un lugar en los cuartos de final.

@jimmy_weeks