FYI.

This story is over 5 years old.

Música

el tipo que chateaba con Amy Winehouse desde el año 2000

Nunca se conocieron y este tío escuchó su voz antes de que triunfara y antes de que se destruyera a si misma

Amy caminando con estilo. Tituló la foto: “Sacada fuera del pub hace unos cuatro meses. No tengo ni idea de qué hacía allí”.

En el 2000, Amy me dijo “Recuerdo que me dijiste que no bebías. Últimamente he conocido a mucha gente que dice lo mismo, como si fuese una cosa de a todo o nada, y no me gustaría ser así, pero me atrae…”.Conocí a Amy en Internet hace ya una década. “¿Eres judío?”, me preguntó. Fue en una web de citas, cuando Internet aún era algo nuevo. Ella era joven. Yo mayor. Si hubiésemos sido franceses no habría sido una buena idea. Para mí no era más que un flirteo adolescente e inocente. Los hombres solían huir de sus mujeres y correr en brazos de gordas desconocidas por culpa de internet. Me envió un par de cartas juguetonas en las que incluía fotos, y una vez hasta me envió una demo. Su voz era real.

Publicidad

Su primer disco, Frank, era una locura. Era ella, era la chica que había conocido en los mails. Back to Black fue un punto de inflexión. También era un intento de negar la realidad. Podía cantar a pesar de estar borracha perdida, y la gente seguía ovacionándola y le pasaba bebida y porros.

Amy y un músico de la gira. Envió esta foto tras ir a los estudios de grabación cuando iba a negociar un contrato. Debe de ser del 2002 o del 2003. Había escrito: “… la hice cuando cumplí los 19 años, hace cosa de una semana, antes de ir a cantar a una boda”.

Hablábamos mucho de Elmore Leonard y de Tarantino. De Mos Def y de Frank Sinatra. En cuanto se casó, desapareció del mapa. Reapareció tiempo después, despechada. El último año se volvió de ese tipo de personas a las que los periodistas responsables ya les tienen preparado el obituario. Empezó a llamarme por Skype, casi inconsciente. Nuestras conversaciones eran unilaterales. No pronunciaba bien y no pillaba mis respuestas. Flirteaba conmigo cuando estaba sobria, y la siguiente vez que hablábamos estaba borrachísima. Cuando estaba borracha se quitaba el top. Me parecía muy triste. Era jodido escucharla hablar. Quería skypear cuando yo quería dormir, y solía minimizar la pantalla para no tener que verla. Balbuceaba palabras sueltas, cosas que no tenían nada que ver con la conversación.

Cuando estaba lúcida me preguntaba que por qué nunca nos habíamos conocido, por qué nunca pasó nada. Le gustaba decir que yo la había condicionado para depender de mí. Luego empezó a parecer más sana, como si hubiese dejado de meterse y hubiese empezado a comer. Pero su corazón andaba mal, ella lo sabía. Nuestra última conversación fue sobre Jamaica. Dijo que quería ponerle a su banda Los Judaicanos.

Y ahora está muerta. Amy, la que ponía en copia a las agencias de noticias. Amy, la que hizo todas las cosas que se rumoreaba que hacía. Amy, la que no quise conocer en Londres porque tenía novio. Amy, la que aún se creía atractiva, a pesar de su incoherencia y del daño que se hizo a sí misma. Amy, la que no entendió qué estaba pasando. Amy, la que tenía esa voz, esa sensibilidad, esa habilidad para escribir canciones que la hacían tan excepcional. Amy, la que se volvió un chiste. Amy, mi única amiga de Internet.

¿Es sensiblón decir que para algunos no tiene ninguna gracia lo que ha pasado? ¿Que la adicción mata?

ANÓNIMO