La evolución radical de la fotografía de música

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Música

La evolución radical de la fotografía de música

Los medios impresos están en declive, la red va en aumento y el mundo visual de tus artistas favoritos no podrá volver a ser el mismo.
Hannah Ewens
London, GB

Este artículo se publicó originalmente eni-D.

Estamos viviendo en una era post-Internet en la que la producción y la distribución de las imágenes están disponibles para cualquier persona. Las preguntas que rodean qué cosas cuentan como fotografías "reales" se han discutido constantemente en la última década, pero el género que ha pasado por el cambio más radical es el de la fotografía de música.

La iconografía visual de la música sedujo y documentó a una generación en el NME y Rolling Stone, pero, ¿cuál es la situación actual con la circulación de los medios impresos en declive? Es una pregunta interesante que planteará We Want More: Image Making and Music in the 21st Century esta semana en The Photographer's Gallery, en Londres. La exposición examinará el papel más amplio que tiene la fotografía en la definición de la cultura musical actual al presentar una variedad de obras desde la serie de fotos UKG (1999-2000) de Ewen Spencer, que muestra a multitudes en noches de bodega en el Reino Unido, hasta Trash Talk (2013) de William Coutts que se enfoca en la violencia del mosh pit, hasta You and My Friends 6 (2013) de Ryan McGinley que muestra los primeros planos de los asistentes al festival. Tanto la industria de la música como la de la fotografía han vivido una gran reorganización después de la digitalización y estas imágenes son la prueba de ello.

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Inez van Lamsweerde y Vinoodh Matadin Lady Gaga / Dope - Artpop, 2013 © Inez van Lamsweerde & Vinoodh Matadin cortesía de los artistas

El Internet permitió una economía de intercambio que ha cambiado por completo las ideas de propiedad y de curaduría. Puedes desplazarte por Instagram después de un concierto y ver decenas de tomas en vivo hechas por fans; ¿su valor es menor que aquellas tomadas por un profesional? Incluso las revistas que en otro tiempo habrían enviado a un fotógrafo a tomar las fotos ahora le están entregando sus redes sociales a las bandas para takeovers, eliminando al intermediario por completo.

La fotografía en la música fluye. Ahora todos son colaboradores y los límites de lo que se puede hacer en cada nivel —fan, artista y fotógrafo—se mueven y se renegocian constantemente. Un actor clave en este juego es el artista. En un mundo en el que los fans y los paparazzi toman y distribuyen las imágenes a nivel mundial, los artistas han tenido que reclamar la propiedad de su imagen. La manera más significativa en que han hecho esto es a través de reconocer el poder del Instagram. Piensa en alguien como Rihanna. Tiene 22.1 millones de seguidores a quienes les comparte una versión dirigida y seleccionada de sí misma. Presenta su cuerpo de la forma en que quiere que lo veas —medio desnuda en la alberca o en un barco o adornada con más cristales que un candelabro— y es íntimo y perfecto. Ella y otros artistas, en especial mujeres, han acaparado su marca personal y mejorado la invasión de las fotos que postean. Como dice el fotógrafo londinense Dan Wilton acerca de las cuentas de Instagram de los artistas: "Son la máxima sesión de fotos con un acercamiento privilegiado".

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Roger Ballen. Gooi Rooi, 2012 © Roger Ballen cortesía del artista

Conforme la tecnología avanza, los artistas de todos los géneros la están utilizando al instante. Los DJs y los músicos de dance se encuentran entre los que han adoptado plenamente Snapchat. Basta con hacerte amigo de Calvin Harris, Diplo o Dillon Francis para ver su estilo de vida con fiestas extravagantes cargadas de champaña.

Ya que los artistas le dan a los fans una visión desde dentro de sus vidas y de sus giras, ¿cuál será el impacto que esto tendrá en el papel del profesional de la fotografía de música? La propia obra de Dan Wilton ha cambiado hasta cierto punto. Cada vez menos bandas me piden tomar fotografías en sus giras. No sé si eso es porque las bandas actuales lo pueden hacer por sí mismas», dice. «Muchas de las fotos las tomo con un rollo fotográfico, algo que probablemente no tenga mucho sentido para las bandas. Quieren el producto inmediatamente.» La inmediatez es lo mínimo que un fan joven puede esperar.

Ryan McGinley You and My Friends 6, 2013 © Ryan McGinley cortesía del artista y team Gallery

No obstante, en lugar de simplemente ser un fotógrafo redundante de música, los fotógrafos han tenido que adaptarse y evolucionar. «Cada vez hay menos fotógrafos de música dependientes de comisiones,» dijo Diane Smyth, curadora de arte de la exposición We Want More y subeditora de la revista British Journal of Photography. «Hay muchas más casas editoriales pequeñas y es fácil publicar tus propias cosas así que es más sencillo hacer un proyecto personal y hacer circular las imágenes después.»

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Mientras reunía la obra, descubrió, en primer lugar, que los fotógrafos están haciendo trabajos más emocionantes que nunca. Los artistas con visiones creativas sólidas están colaborando con los fotógrafos para crear mundos que trascienden una idea básica de la "fotografía de música", a la par que expropian su imagen. Estos son los tipos de obras que decidió incluir.

Dan Wilton. Mikaiha Cannot Swim. De la serie STOB EHT, 2012 © Dan Wilton cortesía del artista

Además, ya sea que se trate de Die Antwoord colaborando con Roger Ballen, o Lady Gaga con Inez y Vinoodh; la fotografía artística es cada vez más importante para un artista que busca diferenciarse de otros músicos en un mundo saturado de música e imágenes de calidad promedio.

Otra razón por la que los fotógrafos están cada vez más dispuestos a embarcarse en sus proyectos personales es para alejarse de las restricciones del marco de la industria y para crear una verdadera relación con un artista. Este fue el caso durante el rodaje de la revista de Dan Wilton, STOP EHT, en el que siguio a The Bots por una gira de diez días en Europa. «En verdad estaba buscando a una banda con quien hacer este tipo de cosas», dijo. «Yo quería salir de gira y hacer algo personal donde no tienes a alguien de relaciones públicas observándote para decir que algo es tonto o a una marca que quiere obligarte a tomar una dirección determinada. Es por eso que fue agradable hacerlo». El acceso a los artistas sigue siendo lo que mantiene viva a la fotografía de música profesional. Eso es lo que siempre distinguirá a las fotografías profesionales de aquellas tomadas por los fans.

Pero el cambio de actitud hacia la fotografía de música como una forma de arte está abriendo todo un mundo para los fotógrafos. El hecho de que la Photographer's Gallery presente una exhibición sobre la fotografía de música durante ocho semanas es revelador. «Las galerías de arte aceptan cada vez más a la fotografía y la cultura popular, no como antes», dijo Diane. «Es muy interesante que una institución como el MoMA abriera sus puertas para la exposición de Bjork y a una estrella de la cultura popular en lugar de restringirse a la cultura de elite».

En última instancia, la fotografía de música evoluciona, todos los fans, los artistas y los fotógrafos tienen cabida. La tecnología avanzará y los artistas encontrarán nuevas maneras de jugar con y distribuir su imagen, la relación entre los fans y la imagen va a evolucionar y el trabajo de los fotógrafos se verá obligado a ser más audaz e innovador.