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FIGHTLAND

Tampa mueve sus piezas

A pesar de los sobresaltos y las modificaciones de último momento que despertaron los fantasmas que vienen lastimando a UFC, Tampa acomodó sus piezas de la mejor forma que pudo.
Foto por Jeff Bottari/ Zuffa LCC

Tanto el total de 2015 como esta tercera parte ya transcurrida de 2016 no vienen siendo fáciles para UFC. A pesar del crecimiento notable que evidencia la promotora y las nuevas regiones descubiertas, existe un inconveniente que lo sigue azotando y no parece tener solución repentina: las bajas de último momento en las grandes carteleras. El Fight Night que se desarrollará este sábado en Tampa puede servir de claro ejemplo para analizar este asunto.

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El 16 de abril era la fecha agendada por los fanáticos para el tan esperado regreso del ruso Khabib Nurmagomedov. Invicto en 22 oportunidades, no peleaba desde 2014 por diversas lesiones y el mundo soñaba con verlo en acción ante un rival de nivel como Tony Ferguson, quien llegaba con una racha alcista. Sin embargo, a diez días del evento, "El Cucuy" Ferguson explicó que no estaba en condiciones físicas para competir y se bajó de la contienda, dejando la pelea estelar al desnudo. La desesperación se hizo rey entre los mandamases de UFC, que primero intentaron reprogramar al europeo en una nueva cartelera pero éste se negó, ya que no iba a dejar pasar la chance de pelear una vez que había podido completar un campamento sin lesiones.

Rápidamente saltó Donald Cerrone (¿cuándo no?) y se ofreció para enfrentarlo. La promotora no dio le dio luz verde y solucionó el asunto contratando repentinamente al estadounidense Darrell Horcher, quien con muchas agallas, y a pesar de ser consciente de que lo estaban mandando directo a la jaula de los leones, aceptó el desafío. La pelea pasó de ser estelar a ocupar el tercer lugar del evento, y sin dudas la cartelera perdió un peso notable. "No me importa en qué lugar salga, hace mucho que no tengo acción y ahora sólo me interesa ganar", aseguró el ruso durante los entrenamientos abiertos, dejando el asunto en segundo plano.

Hasta ahí, el golpe había sido duro pero al conservar a Khabib en el evento UFC había logrado al menos amortiguar la caída. Me trasladé hasta Tampa entre las ganas de volver a ver sobre un octágono a mi compatriota Santiago Ponzinibbio y la posibilidad de entrevistar y disfrutar de la acción del resto de las estrellas. Las quince horas de viaje no afectaron una cabeza en la que sólo reinaba el anhelo de gozar de una cartelera importante, digna de un evento numerado. Sin embargo, la mayor decepción llegó a poco del arribo a Tampa.

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El día de medios en un evento con poca prensa acreditada y en una ciudad que está innovando en el mundo UFC. Lyoto Machida se prestó al mano a mano, como pocas veces pasa con una estrella de este calibre, y no dudé en aprovecharlo. Más allá de las clásicas preguntas de MMA también se permitió hablar de fútbol, vivir las clásicas chicanas entre Argentina y Brasil y despertar las risas de los presentes cuando el brasileño dudaba si elegir entre Messi o Neymar. Exceptuando el intenso calor, todo fue color de rosa en aquella terraza del Hotel Satira. Sin embargo, horas después, recibí el aviso de que la entrevista no iba a salir… "Machida reconoció el uso de una sustancia prohibida y no participará de la cartelera de Tampa", rezaba el comunicado oficial de UFC. Ante el poco tiempo para buscar reemplazo, el coletazo también golpeó al maduro Dan Henderson, que se quedó sin nada.

Nuevamente hubo que acomodar piezas y ahora el cruce entre Rose Namajunas y Tecia Torres será el que secunde al principal entre Glover Teixeira y Rashad Evans. Si nos ponemos a comparar con lo prometedor que era el primer afiche, sin dudas vamos a caer en la decepción absoluta. Una lesión y un dopaje trastocaron la ilusión de un evento soñado y le quitaron brillo. Tal vez la baja de Ferguson resulta inevitable, pero lo de Machida es una desprolijidad (acusó que no estaba al tanto de que esa sustancia había sido prohibida en 2016) que debería ser sancionada fuertemente para que otros peleadores no se refugien en la misma excusa.

Últimamente el asunto de las lesiones viene siendo la constante mancha en las grandes carteleras. Me tocó vivirlo en carne propia cuando ya con pasaje en mano conocí la noticia de que Caín Velásquez se bajaba del fatídico UFC 196 y al otro día Fabricio Werdum siguió el mismo camino. Si bien las dolencias son inevitables, y sabiendo que los entrenamientos se intensifican en las semanas previas a los combates, tal vez una solución posible radique en que UFC ya maneje alternativas antes de encontrarse con la bomba en la mano. Resulta difícil pero este tipo de accidentes terminan desilusionando al fanático y más aún al que había adquirido su ticket con antelación. El sancionar los casos de dóping con mayor dureza fue una buena decisión que empezó a reducir los mismos, aunque esta vez Machida no fue el mejor ejemplo.

De todas formas, y a pesar de los golpes recibidos, Tampa tiene todo para brindar un buen espectáculo. Contará entre sus platos más destacados con la presencia de Santiago Ponzinibbio para el público latinoamericano y su idea de vencer a un experimentado Court McGee para así escalar posiciones entre los wélter, un picante duelo con revancha incluida entre dos mujeres de nivel como Rose Namajunas y Tecia Torres, más las presentaciones de atletas siempre lindos para ver como Cub Swanson, John Dodson (bastante abajo en la cartelera teniendo en cuenta que viene de pelear por título) y Michael Chiesa. Además, la ahora estelar promete ser una guerra que seguramente no llegará al campanazo final.

A pesar de los sobresaltos y las modificaciones de último momento que despertaron los fantasmas que vienen lastimando a UFC, Tampa acomodó sus piezas de la mejor forma que pudo y tiene todo para ser un evento recordado en 2016. Ahora, estará en los que quedaron vivos en la cartelera cumplir su tarea y darle al público la acción que vino a buscar.