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Rio 2016

La curiosa relación entre la lucha olímpica y los muñecos de peluche

Para poder desafiar una decisión, los entrenadores de lucha grecorromana deben arrojar al centro una versión de la mascota de Río 2016.
Kirby Lee-USA TODAY Sports

La mañana del martes en la Arena Carioca 2, el luchador grecorromano de Georgia, Shmagi Bolkvadze, estaba recibiendo una paliza. El serbio Davor Stefanek tenía una ventaja de 4-0 sobre Bolkvadze, quien se retorcía sobre la colchoneta. Stefanek tenía casi el combate ganado y un lugar asegurado para disputar la final de lucha grecorromana en la categoría de los 66 kilos. Entonces el réferi señaló una penalización de Bolkvadze, lo cual provocó inmediatamente que su entrenador lanzara una versión de peluche de la mascota de Río 2016, Vinicius, sobre la colchoneta. El feliz muñeco de peluche voló por el aire, con los brazos sobre la cintura, hasta que rebotó sobre el piso y cayó junto a los luchadores. El réferi pateó ligeramente a Vinicius de vuelta con el entrenador, quien aún molesto lo volví a aventar al réferi.

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Para los Juegos Olímpicos de Río, Vinicius es el equivalente del pañuelo rojo utilizado en la NFL para desafiar jugadas. Hay dos versiones de Vinicius —uno con playera roja y el otro con playera azul— que se pueden ver sobre las colchonetas al lado del cuerpo técnico. Si uno de los entrenadores quiere desafiar la decisión del réferi, lo que hace es aventar a Vinicius hacia el centro del piso, creando el raro y gracioso espectáculo de un hombre molesto aventando un muñeco de peluche.

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En esencia, los entrenadores pueden desafiar cualquier decisión del réferi. Los entrenadores están limitados a un desafío por enfrentamiento, aunque pueden recuperarlo si la decisión termina a su favor. Si lo pierden, el luchador contrario recibe un punto. Después de un desafío los réferis se juntan frente a un monitor y revisan la repetición del movimiento. La decisión se hace rápidamente, por lo general en menos de 30 segundos.

En la lucha olímpica, a diferencia de la NFL, no existe un objeto estándar utilizado para señalar un desafío. De acuerdo con el órgano rector de este deporte, United World Wrestling, el desafío debe ser solicitado "aventando un objeto suave sobre la colchoneta". No se especifica el tipo de objeto, siempre y cuando sea suave. Coloquialmente, la lucha olímpica suele referirse a este objeto como "un ladrillo de desafío" porque los objetos más comunes por lo general son pedazos de espuma del tamaño de un tabique.

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Pero no a todos les gusta aventar ladrillos de espuma porque son muy ligeros como para formar un buen proyectil. El truco está en encontrar un objeto que funcione como tal, apropiado para que los entrenadores saquen su frustración. Como suele suceder, los muñecos de peluche son una opción común.

Jason Bryant, el anunciador de los combates de lucha en los Olímpicos de Río y de la NCAA en los Estados Unidos, dice que la evolución de los objetos de desafío "ha sido bastante divertida". Cuando entrenó a un amigo para las pruebas mundiales por equipos en 2008, el ladrillo de desafío era un tubo de espuma para nadar.

Tanto Bryant como el director de comunicación del equipo estadounidense, Gary Abbott, destacan el mismo instante en que los ladrillos de desafío se convirtieron en objetos graciosos: la eliminatoria olímpica de lucha grecorromana en Arlington, Texas. Los organizadores del evento le dieron a cada uno de los entrenadores una almohada con forma de mascota; la de los Rangers de Texas le correspondía al equipo rojo, y la de los Cowboys de Dallas al equipo azul. Bryant recuerda ver a los entrenadores del ejército sosteniendo mascotas de peluche y preguntándose, "¿Se supone que tengo que aventar esta cosa?"

Dos años después, en el campeonato mundial de Finlandia, los organizadores repartieron muñecos de Angry Birds como objetos de desafío; una de las aportaciones culturales más populares de Finlandia para el mundo. Mike Maliconico, productor asociado de FloWrestling.com, recuerda haber visto los mismos muñecos en los Estados Unidos poco tiempo después junto con "calcetines rellenos con otros calcetines". Pero no recuerda con exactitud cada uno de los objetos que ha utilizado para desafiar los movimientos porque dice estar "extasiado por la adrenalina de las competencias que la mascota de desafío pasa a segundo plano".

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Bryant, autoproclamado tradicionalista, no tiene ningún problema con los objetos chistosos, siempre y cuando tengan relevancia cultural con el lugar donde se realiza el torneo. "Debe tener sentido", confiesa. Pero tampoco le molesta que el tabique para los desafíos en los Olímpicos de este año sea el mismo objeto que le compró a su hija de cuatro años como recuerdo.

Sin embargo, a Bryant le parece un tanto sorpresivo que un evento tan serio y altamente controlado como los Olímpicos utilice un muñeco de peluche para ciertos procedimientos. "Escuchamos la palabra 'protocolo' todo el tiempo", comenta Bryant de su papel como anunciador. "Sigo preguntándome dónde entra Vinicius en el protocolo".

Pero al final del día, Bryant cree que no es esencial. "Podrían poner un flamenco rosa en la esquina y los entrenadores aun así lo utilizarían".

Maliconico, quien ha entrenado a campeones estatales y nacionales, no está del todo en contra de Vinicius y el tipo de objetos antropomórficos que se utilizan, pero tampoco cree que sean apropiados para un evento como los Juegos Olímpicos.

"Se trata de nuestro maldito Super Bowl. No, mejor todavía, nuestra Copa del Mundo. Sólo pasa cada cuatro años. El destino de uno de mis atletas que ha estado entrenando durante cuatro años para este momento en específico cuelga de un hilo por los errores de un réferi, y lo único que tengo en mis manos es un muñeco de peluche".