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Música

El rey del rave en Wall Street tiene 66 años

Más sabe el diablo por viejo.

Mientras camino hacia la oficina de Bob Sillerman en su oficina en Park Avenue, no hay duda de cuál es su palabra favorita. Está deletreada en una esfera de nieve en su escritorio. Está representada en globos metálicos con el acrónimo FYYFF – Fuck You, You Fucking Fuck (Jódete, jodido de mierda) – que se mueven en frente de sus ventanas, sin duda visibles para los transeúntes seis pisos abajo. "Odio está jodida oficina", dice. "Nos vamos a mudar a la veinte con Broadway".

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Aún así, la abundante palabra con F no es molesta para los moradores de Manhattan, como decir jódete al sistema financiero americano, el cual ha atraído a Sillerman y su peculiar ramo empresarial – conglomerados de música en vivo – para tocar en los recintos para conciertos más grandes del mundo y el mercado de valores.

Decir que Sillerman es descarado sería como contradecir su sentido del humor (se burla de la edad de nuestro joven fotógrafo al preguntarle inmediatamente en qué año se graduó de la preparatoria). Decir que es un empresario sería ignorar la diversión que claramente disfruta cuando hace su trabajo. A la edad de 66 años, Sillerman es un ejecutivo musical maduro, habiendo sido pionero del modelo de su empresa actual, SFX, con un negocio previo del mismo nombre. Esa empresa es lo que eventualmente se convirtió en Live Nation (e, irónicamente, el archirrival de Sillerman).

También es un sobreviviente del cáncer y habla a través de una traqueotomía, típicamente escondida por un cuello de tortuga o una camisa con cuello alto. Para nuestra entrevista coloca un micrófono discreto en su oído, el cual amplifica su vos a través de una bocina pequeña que coloca en la mesa frente de él (bromea acerca de cómo también recibe sus flatulencias). Es un pequeño recordatorio de la mortalidad, la cual incluso un billón de dólares no pueden alterar.

En los últimos años, Sillerman se ha vuelto una figura notoria en la industria de la música dance al comprar un grupo de promotoras rave independientes y compañías de servicio afiliadas para formar la segunda encarnación de SFX y una empresa que cotiza en NASDAQ (SFXE) a partir de octubre de 2013. A través de la adquisición de ID&T en Amsterdam, Made Event en Nueva York, Reac Presents de Chicago, Disco Donnie Presents y Beatport (la pionera tienda digital de música electrónica), SFX ha llevado la cultura del underground a Wall Street.

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"Parte del crecimiento fue incorrecto", afirma Sillerman, en alusión pero sin mencionar algunas compras de SFX que podrían haber sido precipitadas. "Los eventos en vivo son muy energéticos e increíbles, pero es una industria donde la gente va a los festivales una vez al año, pero escuchan música todo el año. Cuando compramos Beatport, la idea era crear una comunidad de trescientos sesenta y cinco días al año. Estaba interesado en proteger la experiencia de los fans y no hacer lo que todos pensarían que haría, lo cual es corporizar las cosas".

En la industria, por supuesto, la experiencia de los fans se convierte en algo secundario a la experiencia del accionista. Al llegar a un año de la Oferta Pública de Venta de SFX, el precio de las acciones decayó de sus $13 iniciales por debajo de los $5 (y brevemente por debajo de los $4). El CEO sigue impávido.

"No digo esto de forma arrogante, pero esta es mi décima empresa pública y la vigésima sexta que he fundado" declara de forma rotunda. "Si la gente es impaciente y quieren más (resultados inmediatos), no necesitan comprar las acciones. Para eso está la liquidación. Y está bien.

"Tengo la buena fortuna de tener la capacidad de comprar acciones" continúa, mientras reconoce que ya que él era rico debido a sus empresas anteriores, en su posición actual su salario nominal es de un dólar al año.

El cetro que se cierne más allá de los precios de acciones en la música dance es la realidad de las enfermedades y muertes relacionadas con drogas en los eventos. Un mes antes de la Oferta Pública de SFX en 2013, Electric Zoo de Made Event canceló su tercer día de música después de que dos ravers murieran por causas relacionadas con las drogas en el Festival en la Ciudad de Nueva York. En 2014, los festivales a través de Norteamérica estaban siendo azotados por incidentes similares a pesar de los esfuerzos realizados por algunos en la industria para incrementar las medidas internas de seguridad.

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"No seamos ingenuos", dice Sillerman. "Los chicos harán lo que hicimos todos. Van a tomar decisiones, algunas de las cuales podrán ser malas decisiones respecto al uso de alcohol y drogas. Intentar regular eso es imposible. Puedes educar, pero lo más importante, lo que puedes hacer es proteger a los chicos de sus malas decisiones".

En algunos eventos de SFX, como Tomorrowland, fuera de Atlanta, los promotores se han asociado con DanceSafe, un grupo de concientización de reducción de riesgos, para proporcionar información específica con respecto a sustancias in situ, a través de folletos y acceso para que los profesionales de la salud pública respondan las preguntas, aunque no vendan ni distribuyan los controversiales kits para probar las drogas. Para Sillerman, la educación es algo más inteligente que las tácticas de miedo, y la inversión en servicios médicos extensos en los festivales de SFX (en Norteamérica, al menos) son una prioridad indiscutible.

"Al pensar en mi generación donde tomar estaba tan denigrado, la gente que tenía problemas con el alcohol eran aquellos que no tenían experiencia con él", dice. No estoy haciendo una declaración moral. Quiero que los chicos estén informados, quiero tomar buenas decisiones, pero sé que no siempre lo harán".

Sillerman se detiene y nos advierte que no responderá en continuación acerca de lo que va a decir.

"Perdí a mi hija hace dos años, ella tenía dieciocho. Ningún chico que pueda ser ayudado o salvado sufrirá bajo mi supervisión. Pararemos todo".

Se detiene, y luego reenfoca su atención.

"Vamos a animarnos un poco", dice pícaramente. ¿Cómo te tiñes el cabello?

Zel McCarthy es el editor en jefe de ​THUMP.