Fotomontaje: VICE Colombia
Seamos sinceros: el problema de la corrupción no es un problema de procedimientos, falta de marcos normativos o artilugios formales que van a hacer que desaparezca. En los últimos días, el tema de la corrupción ha estado en la agenda del país una vez más con intensidad. Esto gracias al conocido caso de corrupción de un funcionario anticorrupción de la Fiscalía, por un lado, y el escándalo de la firma Odebrecht, por el otro.Esta columna es parte de la alianza de contenidos entre VICE Colombia y Corpovisionarios. Vea más aquí.
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¿En serio? ¿Esto de dónde sale? ¿En qué sociedad funcionó? ¿Realmente la intención de utilizar los recursos públicos en beneficio de particulares se frena con esto? Esto supone que este tipo de trampa nace, principalmente, de la relación entre los intereses privados y la política. Permítanme cuestionar este supuesto.
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¿El problema es de unos pocos 'corruptos'?
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Sobre la ilusión formal
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Eso explicaría por qué razón una persona que incumple normas de tránsito en Colombia con facilidad, cuando viaja a EEUU es muy respetuosa de las normas. Es la misma educación, los mismos valores, la misma cabeza, ¡pero se imagina entre distintos! Lo que imaginamos de nuestro entorno y lo que le atribuimos a las personas que conviven en nuestra sociedad estructura un marco de acciones posibles que seguimos (consciente o inconscientemente). En últimas el problema es de desprecio y valoración peyorativa de la sociedad en la que vivimos.Lo que llamamos corrupción no es un tema del orden administrativo. Lo que llamamos corrupción es una forma de vivir que se alimenta en el desprecio por la sociedad en la que vivimos. Como si la consigna nacional dijera: "me importa mi vida y la de mis cercanos, pero el resto de la sociedad no cuenta". Cuando hablamos de "nosotros" realmente estamos hablando de "algunos de nosotros" y se ha diezmado la capacidad para pensar en aquellos que no se parecen o no son cercanos.Finalmente, si queremos resolver estos temas de los que tanto se habla, debemos re-pensarnos como sociedad y ver de qué manera empezamos a querernos. Pensar en una nueva narrativa de lo que es el colombiano que se aleje de las burdas representaciones de las "colombianadas". Este problema social no se resuelve con una "campaña" o una nueva ley; lo que se requiere aquí es más parecido al Renacimiento que a un mero acto administrativo.
* Director Ejecutivo de Corpovisionarios.** Esta es una columna de opinión. Por tanto, no representa la postura de VICE Media Inc.