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Tecnología

Qué nos dice Napoleón y la opera sobre los derechos de autor y la creatividad

Investigadores descubrieron que el número de nuevas operas aumentó cuando Napoleón llevó las leyes de derechos de autor francesas a Italia.

Cuando el ejercito de Napoleón se propagó por Europa, no sólo llevaron crema de leche y artillería: el reinado de Napoleón también propagó las leyes de derechos de autor. Para los fanáticos del Bittorrent que encuentran retrogradas a las leyes de derechos de autor esto puede parecer apropiado, pero también es un interesante caso de estudio sobre qué pasa en las artes cuando introduces leyes de derechos de autor.

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La idea tras las leyes de derechos de autor, al menos como lo explica la constitución de Estados Unidos, es "promover el progreso de la ciencia y las artes" al asegurar que las personas que escriben libros o crean obras de arte sean compensadas por su trabajo. Ya que la era digital ha forjado reproducciones de obras sin fin y sin esfuerzo, la línea entre la creatividad y el robo es borrosa y las leyes de derechos de autor se han rescrito de acuerdo a los caprichos de Disney. Las personas se preguntan si las leyes de derechos de autor todavía sirven para su propósito inicial o si alguna vez lo hicieron.

Los investigadores de Stanford, Michela Giorcelli y Petra Moser, encontraron el momento en que el mundo pasó de ser un lugar sin derechos de autor a un lugar con, al ver lo que las leyes de Napoleón hicieron en la opera italiana. De acuerdo a ellos las leyes sirvieron para hacer mejor arte, mientras las extensiones de derechos de autor (parte del debate actual en el tema) no sirvieron para nada.

En 1770 ninguno de los 8 estados italianos que los investigadores inspeccionaron ofrecía protección a los derechos de autor de los compositores. Las empresas teatrales funcionaban como una suerte de productor ejecutivo: buscaban una historia interesante, adquirían un libreto y le pedían a un compositor que creara la música. "Una vez que la opera estuviera completa, el compositor transfería todos los derechos de su música al teatro y su dueño" dice el paper, lo que le permitía al teatro montar la opera cuantas veces quisiera sin compensar nuevamente al compositor.

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Pero la conquista de Lombardía y Venecia por parte de Napoleón cambió esto al introducir en los estados del norte de Italia las leyes de derechos de autor de Francia, escritas el año 1793. En vez que el empresario y el teatro se llevaran los derechos, el autor y compositor tenían derechos exclusivos durante toda su vida y por una década para sus herederos. La introducción de esta ley de derechos de autor, argumentan los investigadores, fue una bendición para el arte de la opera.

Así se lee en el paper:

Comparando el número de nuevas operas en Lombardía y Venecia después de 1801, los compositores respondieron a la introducción de leyes de derechos de autor incrementando la producción de nuevas operas. Lombardía y Venecia produjeron 2.12 operas más al año después de 1801, comparado con otros estados italianos que no adoptaron los derechos de autor.

De acuerdo a las 1.41 operas por estado y año a lo largo de los ocho estados italianos, entre 1780 y 1801 se produjeron 150 por ciento más de nuevas operas.

A medida que las leyes se propagaban por lo que después sería Italia, los compositores produjeron 2.68 más de operas en estados con leyes de derechos de autor que los compositores sin protección. Esto es un 121 por ciento de aumento.

Estas obras protegidas también demostraron ser más duraderas que aquellas sin protección, o sea tuvieron más oportunidad de entrar en los anales de la historia de la opera, fueron puestas en escena más seguido y están disponibles hoy para ser escuchadas.

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El estudio encontró que después de 1801 los compositores comenzaron a migrar hacia Lombardía y Venecia y a montar sus operas ahí. "Entre 1801 y 1821, 43 compositores nacidos fuera de Venecia mostraron sus obras por primera vez en esta ciudad" dice el estudio, "En comparación, los otros estados italianos, reunidos, sólo mostraron obras de 5 compositores que hubieran nacido en estados sin leyes de derechos de autor".

Esta propagación desigual de los derechos de autor a través de Italia es un excelente caso de estudio. Le pregunté a Peter Moser, uno de los coautores, sobre otros factores que podrían explicar este pequeño incremento en nuevas y duraderas operas.

"Los cambios políticos -el incremento del nacionalismo por ejemplo- afectaron a todos, pero sólo los estados que estuvieron bajo el reino de Napoleón obtuvieron derechos de autor" me dijo Moser. La permanencia de la música de este período no es exclusivo de la opera, todo sucedió justo cuando Mozart murió y la carrera de Beethoven estaba despegando, para citar dos ejemplos que no son italianos, pero los incrementos en operas en general se vieron sólo en los estados con derechos de autor.

Las extensiones no le importan mucho a los compositores siempre y cuando posean una protección básica

En el mismo período los investigadores no encontraron ninguna razón para la extensión de los derechos de autor en los herederos del compositor.

"Las extensiones no le importan mucho a los compositores siempre y cuando posean una protección básica" dice Moser. "Esta protección es crítica porque permite a los compositores y autores recibir algo de financiamiento por sus creaciones artísticas. Los beneficios adicionales que extienden las leyes de derechos de autor, para así monopolizar los derechos más allá de la vida del compositor, son insignificantes".

Quizás todo hace sentido al verlo a través de unos binoculares. Por ejemplo a los personajes de La Bohème no les interesaba mucho el trabajo duradero dado que debían quemar todo lo que estuviera a su alcance para calefaccionarse.

Por supuesto que hay ejemplos contrarios a los derechos de autor y la creatividad en el mundo de la música, desde el desvergonzado robo de Handel a otros compositores con la idea de elaborar una opera barroca de categoría, o los samples que hicieron posible Paul's Boutique. La campaña italiana de Napoleón nos enseña que profanar las tumbas es mejor que robarle a los vivos.