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Un uppercut de la justicia noquea a Rousimar Palhares

El excampeón de WSOF y villano del MMA ahora tiene un récord de 0-2 en su odisea por Europa.
Photo by Jason Silva-USA TODAY Sports

La última vez que escribimos sobre Rousimar Palhares —el excampeón de World Series of Fighting y excontendiente de peso mediano en UFC— estaba lamiéndose las heridas. En mayo perdió en 45 segundos ante Emil Weber Meek en Venator FC. the deposed World Series of Fighting welterweight champion and feared former UFC middleweight contender—he was licking his wounds. Back in May, he lost in 45 seconds to UFC-bound Emil Weber Meek in Italy's Venator FC. Impávido, su plan era continuar su gira por Europa con una pelea programada en Zielona Gora en KSW 36.

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"Toquinho" enfrentó a Michal Materla en la pelea estelar de la noche. Después de un primer round poco memorable, Materla lanzó un uppercut que hizo a Palhares caer de rodillas como si tratara de sentarse, atar sus zapatos y vomitar al mismo tiempo, y Materla bien pudo haber apuntado a la nuca de Palhares para conectarle un golpe de martillo después. El réferi dio por terminada la pelea al minuto 1:27 del segundo asalto.

Ya sea que Palhares se quejara por el golpe ilegal —se quejó de los golpes a la nuca cuando enfrentó a Emil Weber Meek— pero las infracciones no son lo suficiente como para ganarle simpatía al brasileño, no después de lo que ha hecho durante los últimos años. Recordemos la razón por la que Palhares se fue a pelea a Italia en primer lugar: la Comisión Atlética del Estado de Nevada lo suspendió de las competencias por dos años y debido a que todas las demás comisiones honran los castigos de sus contrapartes, eso significó que efectivamente no tendría permitido pelear en los Estados Unidos.

La gota que derramó el vaso fue cuando sostuvo el brazo de Jake Shields durante demasiado tiempo cuando defendió su título de WSOF a finales de agosto de 2015. Antes de eso, Palhares tuvo varias suspensiones de y al final fue castigado de por vida en UFC por torcer demasiado las llaves a los tobillos e ignorando a los réferis hasta que se aseguraba de que su oponente necesitaría muletas para salir de la arena. Todavía hay algunos que consideran ciertas técnicas de jiu-jitsu con gi como técnicas peligrosas de entrenar, y Palhares es el tipo de sociópata musculoso que hace que la creencia se vuelva real al hacer que sus oponentes griten.

Tal vez Materla era un vehículo para el karma, entregando un poco de justicia a la barbilla de Palhares. Pero hay un poco de melancolía en esto, también. son tiempos difíciles para el peleador de 36 años, que se encuentra en la segunda racha de dos derrotas de su carrera, las cuatro siendo derrotas por nocaut. A juzgar por su demostración contra Materla, se está quedando sin capacidad para recibir golpes. E incluso si desprecias a Palhares por sus actuaciones contra Mike Pierce, Tomasz Drwal y otros, debes sentirte aunque sea un poco mal por alguien que no puede detenerse en camino a sabotear su carrera. Perder contra Materla y Meek no es obra del universo cobrándole cuentas pendientes y restaurando un poco el equilibrio. Son cosas que le ocurren a un peleador que está en la parte final de su carrera.

En sus días con UFC y WSOF, Palhares era un individuo único: en un campo lleno de luchadores-boxeadores estadounidenses, él era un cinturón negro de jiu-jitsu que intentaba atrapar las piernas de sus oponentes con el mismo propósito que nos encontramos en un torneo de sambo. Cuando lograba calmar sus impulsos por destruir ligamentos sus victorias eran impresionantes. El gancho al talón que usó para quitarle el título wélter a Steve Carl llegó al final de una larga cadena de llaves a las piernas ejecutada con tal excelencia que la sumisión era inevitable.

Dos peleas y cero victorias en su odisea por Europa después, ahora el futuro de Palhares es incierto. Tal vez es un obstáculo en el camino antes de resurgir y apilar tantas victorias en el extranjero para que los promotores puedan dejar de lado sus malos momentos y su desobediencia histórica y darle la bienvenida de regreso con los brazos abiertos, pero muy al tanto de no exponer sus piernas. Tal vez entre más viaje Rousimar Palhares peores cosas se encontrará en el camino, y cada una se convertirá en venganza por las cosas que ha hecho.