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Los idiotas coinciden: Dos Anjos está evitando a McGregor

La lesión del campeón peso ligero que lo hizo retirarse de UFC 196 tuvo una consecuencia muy estúpida.
Photo by Ralph Freso/Zuffa LLC

Decirle cobarde a un peleador es un privilegio peculiar. Es parte del abismo que hay entre los fans y los atletas. Claro que dudamos de ellos. Claro que les decimos cobardes y más. Después de todo, hay una pantalla, aparatos y mucha distancia que separa nuestras experiencias de las suyas.

Probablemente ya sabes que la pelea estelar original de UFC 196 entre el campeón de peso pluma Conor McGregor y el campeón de peso ligero Rafael dos Anjos se canceló. En su lugar, Nate Diaz —eterno contendiente en varias divisiones y uno de los principales antagonistas de McGregor— cubrió el lugar que dejó dos Anjos en la pelea estelar enfrentando al irlandés en 170 libras, un sustituto agradable aunque le falte la historia del campeón subiendo de división para enfrentar a otro campeón. Ese cambio llegó debido a la lesión que sufrió dos Anjos: su entrenador, Rafael Cordeiro, le dijo a MMA Fighting que el campeón fracturó su pie después de patear a un compañero de entrenamiento en la rodilla la semana pasada. La noche del martes, dos Anjos compartió una imagen de su pie hinchado.

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Los efectos colaterales de la lesión de dos Anjos continúan una tradición tan predecible como estúpida: acusaciones de que un peleador que está lesionado en realidad está fingiendo sus lesiones por miedo.

Vean la fotografía de dos Anjos en Instagram que precede el moretón en el pie, en la que el campeón supuestamente sano se prepara para la sesión de sparring en la que pudo suceder la lesión. Mientras se quedó callado en redes sociales durante la búsqueda de su reemplazo, los comentarios debajo de la imagen se convirtieron en una serie de maldiciones sobre todo tipo de mierda que pudieras decirle a la gente sin estar frente a ellos. Y los comentarios impulsivos, mal informados y quejas obscenas es el propósito de las secciones de comentarios en 2016.

Pero los ataques idiotas sobre que dos Anjos está esquivando a McGregor y que su lesión solo es una farsa no solo no tienen fundamentos sino que ignoran lo que un peleador profesional —en este caso, un campeón— hace para ganarse la vida. Dos Anjos ha enfrentado personas a cambio de dinero desde hace doce años, y en este momento, es mejor para golpear personas por dinero que cualquier otro peleador en las 155 libras.

Para volverte tan bueno, las lesiones en el camino se vuelven inevitables. Son frustrantes, para nosotros y para los peleadores. Si has pasado tiempo en un gimnasio de peleas, sabes lo que es capaz de hacer un peleador para entrenar a pesar de su dolor, mantenerlo en secreto y llegar a su pelea para conseguir su paga. Las lesiones pueden ser síntomas de programas de entrenamiento mal diseñado, pero no de cobardía. Al alcanzar la cima de peso ligero, dos Anjos aprendió a lidiar con la ansiedad de hacerse daño hace mucho tiempo. Pero debido a que su silencio era una pobre defensa, hizo lo que cualquier otro peleador hubiese hecho: dio evidencia fotográfica y esperó que los comentarios tontos no aparecieran.

Tal vez decir que dos Anjos está asustado es una manera poco considerada de expresar decepción. La cancelación de McGregor vs. dos Anjos a menos de dos semanas es una decepción, y es más fácil culpar a aquel cuyo estatus de salud cambió debido a un error. Y aunque dos Anjos básicamente tiene un récord limpio (hasta ahora) de mostrarse a las peleas como lo planeado, no es como si los peleadores nunca se hubieran retirado con lesiones no tan comprometedoras —en los últimos días de Strikeforce cuando la promotora fue comprada por UFC, su sus campeones supuestamente estaban haciendo lo mismo cuando rechazaron peleas. El mes pasado, Fabricio Werdum, campeón de peso completo y compañero de entrenamiento de dos Anjos, provocó sospechas al anunciar que sufrió lesiones que retrasarían su pelea contra Stipe Miocic. (Ahora se espera que la pelea encabece UFC 198). Y claro, el pasado verano hubo criticas —incluyendo a los jefes de UFC— que dijeron que la costilla de Aldo no estaba tan lesionada, a pesar de que el peleador presentó imágenes médicas testificando el daño.

Sin importar cuantas fotografías de rayos X o lesiones veamos, nunca sabremos con certeza cómo se siente una persona. Y es uno de los aspectos más raros de ser un fan del MMA: somos testigos de un desgaste físico que probablemente nunca experimentemos, pero siempre nos queda lugar para dudas.

Ese golpe no nos pudo noquear porque no podemos sentirlo. Si fuéramos nosotros los que lo recibimos, perderíamos el conocimiento en lugar de tapear. No podemos lastimarnos, y eso hace que sea más difícil concebir lo que le pasa a los demás.