Martellus Bennett podría ser el nuevo Aaron Hernandez de los Patriotas

Bill Belichick es el actual estandarte de la diabólica genialidad de la NFL. Cuando piensas en esa combinación de palabras, es probable que te vengan a la mente dos de sus legados más famosos de la liga: "SpyGate" y "DeflateGate". Pero si la NFL quisiera iniciar una investigación para saber porqué los Patriots son tan buenos, tal vez debería empezar con sus contrataciones enseguida.

En una liga donde los intercambios de jugadores son algo raro, a Belichick le encanta apostar por talentos establecidos de la NFL. Su mayor logró se dio cuando se robó a Randy Moss de Oakland en una cuarta selección del draft. Pero Corey Dilon, Wes Welker, y Aqib Talib también fueron encontrados en el basurero de la NFL.

Tradicionalmente, los intercambios de jugadores son un herramienta poco utilizada a la hora de armar un plantel, principalmente porque la fuente primaria del equilibrio son las selecciones del draft. Los equipos van con la esperanza de encontrar un sólido jugador bajo contrato cuatro años en la escala de novatos, incluso por encima de veteranos establecidos con un sueldo decente. Pero casi nunca las segundas y terceras selecciones poseen ese valor.

La otra razón es que los jugadores disponibles en el mercado de intercambios llevan consigo cierto riesgo implícito. En cuanto a su carácter son demasiado esquemáticos, piden sumas absurdas de dinero, o son considerados fuera de los límites por las normas tradicionales de la NFL. A los equipos les parece atractivo cambiar a un volátil veterano por una selección en el draft. Es por esto que Brandon Marshall ha recorrido cuatro equipos diferentes a pesar de ser claramente un receptor abierto de primera.

Esta dinámica la podemos ver en el intercambio más reciente de los Pats, donde otorgaron una selección en cuarta ronda a los Chicago Bears a cambio del ala cerrada Martellus Bennett y una selección en sexta ronda. Bennett fue un ala cerrada extremadamente productiva para Chicago, incluso cuando el año pasado se perdió gran parte de la temporada por una lesión. Con 29 años, no es un jovencito, pero sigue estando en su apogeo físico.

Este fichaje tiene sentido, en teoría, para Nueva Inglaterra. Los Patriots no han contado con un ala cerrada que complemente a Rob Gronkowski desde la partida de Aaron Hernandez. Juntos, Gronkowski y Hernandez, destrozaron la liga sistemáticamente. La combinación era suficientemente poderosa para bloquear safeties y linebackers no muy grandes en jugadas por tierra, pero también lo suficientemente rápida para vencer a linebackers más grandes en el arranque. La defensivas se vieron en problemas para lidiar con ese tipo de versatilidad.

Entonces, ¿qué puede aportar Bennett? Tuvo algunos problemas con el staff de John Fox en Chicago, y también es todo un personaje: es el tipo de jugador que puede decir cualquier cosa en una conferencia de prensa:

Martellus Bennett (re: trade): "I knew possibility it was coming. Like everything in life…[blow] where wind goes, try to be a dandelion."
— Mike Reiss (@MikeReiss) March 17, 2016

"Sabía que la posibilidad estaba cerca. Como todo en la vida…[sopla] a donde vaya el viento, trata de ser un diente de león."

Aunque no lo creas, existe personal y evaluadores en la NFL que se enfadan al escuchar hablar abiertamente a jugadores como Bennett. Suena estúpido, pero hay mucha presión con la cual lidiar en el ambiente de la NFL. Jugadores como Bennett destacan, en especial cuando el cuerpo técnico y el gerente general a cargo no son quienes lo obtuvieron.

Nueva Inglaterra realizó una extraordinaria tarea al canjear a Chandler Jones a Arizona por una selección de segunda ronda. Fue un fichaje favorable en todos los sentidos, ya que Jones es el pass-rusher que los Cardinals necesitan, y la selección en segunda ronda reemplaza el castigo de el caso "DeflateGate". Chris Long, a quien recogieron del basurero, es una aproximación razonable del físico de Jones, incluso cuando Jones solía jugar con más de lo que tenía.

Pero para mí, el fichaje de Bennett es el más convincente. Los Patriots han jugado bien sin Hernandez y Moss en la ofensiva. Así es la vida cuando cuentas con Tom Brady y Rob Gronkowski. Pero no han tenido un arma ofensiva que sea capaz de presentar un desafío para las defensivas con excepción de Gronk.

Al apostar por Bennett, los Patriots tiene la esperanza de encender la ofensiva que pueda apabullar a sus oponentes de nuevo. A lo mejor Bennett termine convirtiéndose en un Randy Moss, o tal vez se una al club de Chad Ochocinco. Todo lo que Belichick tiene que hacer es seguir así mientras Brady siga vivo; es difícil decir que, en teoría, este fichaje no ayudará a los Pats.