Relaciones

Cómo lidiar con tus vecinos y compañeros de piso según un experto en resolución de conflictos

Le preguntamos a un conflictólogo cómo solucionar los líos que algunos de nuestros lectores se han encontrado durante el confinamiento.
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Imagen vía usuario de Flickr Will Favel

Los humanos, por naturaleza, somos proclives a los conflictos. La convivencia, antes o después, nos lleva al lío, a la gresca, a las “diferencias de parecer”. En ocasiones son tonterías, cosas ridículas, ese tipo de discusiones de las que dices “algún día nos reiremos de esto” y tienes razón.

Otras veces, sin embargo, las cosas se pueden ir de madre y llevar a enfrentamientos físicos o simplemente provocar situaciones completamente inesperadas, como aquella vez en la que mi vecino de arriba salió a echarles la bronca a unos albañiles que estaban subiendo ladrillos en el ascensor porque lo estaban ensuciando y le acabó dando un ataque al corazón, para regocijo de toda la planta de cardiología del Hospital Clínic de Barcelona.

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En estos momentos de confinamiento, la convivencia en nuestros pisos y comunidades de vecinos ha provocado infinidad de problemillas, disputas y enfrentamientos. Así que decidimos pedir a nuestra audiencia que nos contaran a través de Instagram qué problemas estaban teniendo en sus casas y pedirle a Xavier Pastor, profesor del programa de Gestión y Solución de Conflictos de la UOC, que nos ayudara a aconsejar a esta gente que lo está pasando regular.


CASO 1

Rompí con mi ex exactamente una semana antes de que empezara el confinamiento. Llevábamos 3 años compartiendo piso, un piso de 60 metros, y fue imposible organizar que uno de los dos se fuera de casa.

Además, hubo un poco de orgullo por parte de ambos, ninguno de los dos quisimos ceder, dejamos la responsabilidad de irse en manos del otro. Al final nos quedamos los dos, él en una habitación y yo en otra. No acabamos nada bien y prácticamente no nos hemos dicho ni "hola" en las últimas semanas. La situación es insostenible y estoy pasando muchos nervios. ¿Qué podría hacer?

Xavier Pastor: De entrada, si habéis decidido aunque sea implícitamente que los dos vais a vivir en el piso durante el confinamiento, tendréis que hablar, en concreto de los espacios comunes y de quién los puede o va a ocupar durante qué hora sin que el otro esté. Si esto es lo que queréis.

La otra cosa que yo recomiendo es averiguar qué ocasionó la separación. Cuál fue la causa, no las consecuencias de las riñas o las peleas, sino el hecho de decidir qué cosa o cosas ocasionaron la ruptura. Si sabéis las causas, sabréis qué es lo que os molesta al uno del otro, así que podréis pensar conjuntamente qué se debe hacer para evitar que aparezcan esos pensamientos y se den esas acciones que os molestan y os hacen enfadar mientras estáis en el piso.

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"No se trata de volver a ser pareja, se trata de ser compañeros de piso"

Lo que funciona bien estos casos es establecer unas normas, unos horarios y unos criterios de funcionamiento y convivencia. No se trata de volver a ser pareja, se trata de ser compañeros de piso. En este sentido, va muy bien imaginar que nos os conocéis de nada, que sois desconocidos y por tanto actuar como lo haríais en estas circunstancias, saludando cordialmente y siendo respetuosos el uno con el otro, y preguntando antes de realizar alguna acción que pueda afectar a la otra persona evitando la aparición de conflictos. Este ejercicio debe estar acordado previamente.

Sería conveniente proponer, junto a la normas de convivencia, alguna actividad que podáis compartir juntos, aunque sea de entrada poco rato, por ejemplo estar en el comedor viendo los informativos, escuchando la música que os gusta, y poco a poco poder compartir más tiempo los espacios.

Una cosa final, si os cuesta poner orden en vuestro protocolo de funcionamiento, buscad a un amigo o amiga de ambos que sepáis que puede mediar entre vosotros. Esta persona sería vuestro punto de encuentro y de comunicación.

CASO 2

Vivo en Sevilla, en un edificio pequeño, en total somos 4 vecinos, casi todos mayores. Durante la Semana Santa, los vecinos de uno de los pisos estuvieron poniendo todo el día en el balcón marchas de Semana Santa a mucho volumen y como se ve que les gustó la cosa, esta semana han seguido poniendo a tope Radiolé. Yo estoy teletrabajando y la verdad es que es complicado. En Semana Santa no me podía quejar mucho pero, ¿ahora?

Creo que a los vecinos les gusta mucho esta música y creen que a los demás también y que no solo les gusta sino que quieren gustar. Y esto último es el problema. Sin embargo, pienso que la mejor forma de resolver este conflicto es que hables con ellos y les preguntes por qué ponen la música tan fuerte y en el balcón.

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Con tu mascarilla y manteniendo la distancia de seguridad llama a la puerta de su casa y pregúntales por la música, el volumen y el lugar dónde la ponen. Sólo pregunta. No les digas que no te gusta o que crees que no deben hacerlo. Sólo pregunta. Escucha y escúchalos. Hay una teoría que dice que las personas mayores hacen ruido para que les hagan caso, pues cuando no lo hacen, cuando se comportan bien, son ignorados, se vuelven invisibles.

"No les digas que no te gusta o que crees que no deben hacerlo. Solo pregunta"

A partir de allí, de la conversación que surja con ellos, explícales que tú tienes que trabajar y que si pueden por favor bajar la música o no poderla durante tu horario de trabajo, estaría muy bien. Y sobre todo, cuando hables con ellos, ten una actitud positiva, de ganas de saber de ellos, de saber si se encuentran bien, y también de preguntarles cosas sobre la Semana Santa y de cómo la han vivido. Piensa que es mejor dedicar un poco de tiempo a tus vecinos que perder mucho y estar enfadado durante días y días.

Si además conoces lo que les gusta a tus vecinos y les puede traer algo o regalar algo que les gusta, estarán encantados de hacerte el favor que les vas a pedir. Porque a nadie le amarga un dulce.

CASO 3

Por las mañanas pega mucho sol en mi balcón y salgo a tomar el sol. En mi empresa han hecho un ERTE y tengo tooodo el tiempo del mundo. Todos los días me hago algún porrillo y mi vecina de arriba, aunque nunca me dice nada directamente, empieza a gritar y a hacerse la indignada diciendo que “qué asco la gente fumando”, que “por qué tiene que cerrar ella el balcón por los que fuman mierda”. No quiero renunciar a mi porro al sol, no hago mal a nadie. ¿Cómo lo podría hacer?

De entrada, parece que el momento en el que fumas es el mismo que la vecina abre las ventanas, imagino, para ventilar la casa. Por este motivo, te propongo que modifiques el horario en el que fumas, y esperes o adelantes el momento en el que lo haces.

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Entiendo por lo que cuentas que te importa la opinión de tu vecina y que no te gusta lo que comenta. La pregunta importante es si le molesta que fumes, imagina si fuera tabaco, o lo que le molesta es que te fumes un porro. Sería interesante saber qué es lo que le molesta a la vecina. Por lo que comentas y de otros casos de conflicto como este, lo que le molesta es el humo en general, de los porros o del tabaco, porque le entra en casa y le queda en casa metido.

Si tuvieras una relación cordial con la vecina, valdría la pena preguntárselo y hablar con ella para proponerle una solución de modo que los horarios que ella abre la ventana y los que tú fumas no coincidan.

"La mejor solución es aquella que sale de las personas implicadas en el conflicto pues es suya y se harán responsables de ponerla en práctica y que se mantenga"

CASO 4

El vecino del último piso de mi edificio tiene un perro y normalmente se pasa el día con él por la calle, pero ahora con el confinamiento no lo saca tanto. Entonces el bicho se pasa el día en la terraza y casi cada día se mea. El pis nos cae a los balcones de todos los vecinos. A mí no me molesta muchísimo, pero realmente huele mal y me da pánico que me caiga encima cuando me asomo, que ahora es bastante a menudo. ¿Cómo podría encarar este tema? Tampoco quiero que el perro lo pase mal.

Pienso que de entrada sería importante saber cuál es el motivo por el cual el vecino ya no saca tanto como antes al perro a la calle. Es posible que la persona propietaria del perro sea mayor o colectivo de alto riesgo en la infección de coronavirus. Si es así, sería interesante ver la salida del perro a la calle como una oportunidad para todas las partes.

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Me explico: si el propietario tiene miedo a salir, los vecinos afectados por los orines del perro en el balcón os podrías poner de acuerdo para proponer al propietario sacar al animal a la calle para que el perro no tenga que orinar en el balcón. Esto permite al propietario no tener que salir, a los vecinos os da la posibilidad de hacerlo y evitamos las molestias de que el perro se orine en el balcón y caiga en los otros balcones.

Esta propuesta debería hacerla al propietario del perro aquel vecino o vecina que mantenga la mejor relación con él. Poneros de acuerdo los vecinos afectados y dispuestos a sacar al perro, hablar con el propietario y, si accede, que diga a qué horas debe salir el animal. Con esta información, redactar un calendario con los días y horas que le toca a cada vecino y al propietario. Antes de salir la calle, debemos pedir al propietario que redacte y firme un documento en el que asume la responsabilidad de lo que ocurra con el perro si lo saca alguno de los vecinos.

La otra posibilidad es hablar con el propietario, comentarle la situación (sin hacerle sentir culpable) y que sea consciente del agravio como resultado de los orines del perro hacia los vecinos. Si el propietario del perro no sabe qué hacer, se le puede proponer que cuando el perro se orine, lave el balcón enseguida o bien que compre arena o serrín en el balcón para evitar la caída del orín hacia abajo. Aunque lo más importante es que sea el propietario quien proponga una solución y que los vecinos le ayudéis. La solución mejor es aquella que sale de las personas implicadas en el conflicto pues es suya y se harán responsables de ponerla en práctica y que se mantenga.

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CASO 5

Comparto piso con una pareja y llevamos aquí encerrados desde el principio del confinamiento. Yo me llevo bastante bien con ellos y todo eso, el problema es que ellos se llevan fatal y cada día discuten más y más fuerte. La cosa se está poniendo muy incómoda. Ha habido momentos en los que he estado a punto de intervenir, porque discuten ahí delante de mí, pero realmente no sé qué podría pasar si yo me meto. ¿Qué podría hacer?

Creo que como compartís piso debes decirles que te preocupa la situación entre ellos, porque te afecta a ti. Diles lo que nos cuentas, que has estado a punto de intervenir. Pregúntales si quieren que lo hagas, porque a lo mejor necesitan ayuda.

Si finalmente intervienes o te piden que lo hagas, sobre todo no tomes parte en el conflicto por ninguno de los dos. Se trata de que ellos expongan cuáles son sus problemas. Para ello deberás preguntarles y que ellos te lo expliquen a ti. Escúchalos y que se escuchen. Pídeles que se respeten, que no se insulten ni se agredan verbalmente. Una vez que te hayan explicado el problema, deberás pedirles que te digan cual es la solución y que esta solución integre o tenga en cuenta los intereses y necesidades de la otra parte. No vale una solución en la que sólo uno salga beneficiado, se trata de que todos, incluso tú, también estés satisfecho. Se trata de soluciones que integren a todas las partes en conflicto y sus necesidades.

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"Pídeles que piensen qué puede ocurrir en el futuro cuando acabe el confinamiento si se continúan peleando, gritando y no escuchando"

Va muy bien, si al explicar verbalmente les cuesta explicar el motivo de la riña, que lo escriban en un papel, que lo redacten, pues al hacerlo el relato es más estructurado, las cosas se entienden mejor y hay explicaciones que al hablar pasan inadvertidas y que al leer se perciben como lo que son y se clarifican entonces las causas del problema, evitando o solucionando malentendidos producto del habla y de las emociones.

También es muy importante que se hable desde la tranquilidad y la serenidad. Por eso cuando hablen que lo hagan cuando estén tranquilos y serenos, sin gritos. Tú les avisarás de que lo están haciendo y que no es así como deben hacerlo, que tienen que cambiar su comportamiento, pues debéis vivir juntos.

Si la cosa se pone mal, pídeles que piensen qué puede ocurrir en el futuro cuando acabe el confinamiento si se continúan peleando, gritando y no escuchando. Lo que pierden de continuar así. El coste de este comportamiento a todos los niveles.

Recurre a algún juego o actividad, por ejemplo, decidir juntos una música a escuchar que les guste a ellos dos o a los tres, o mirad fotos de cuando eran más jóvenes o de cuando se conocieron. Que las miren, que se vean, que recuerden. Haz algún comentario divertido para que todos os podáis reír juntos. Se trata de buscar un recuerdo del pasado que vaya asociado a una emoción positiva y genere buenos sentimientos.

Si nada de esto funciona, es el momento de plantear unas normas de funcionamiento en la casa, especialmente en los espacios comunes, en los que no pueden pelear, y en los que deben respetarse y hablarse bien, incluso como si fueran unos desconocidos. Estas normas se deben respetar al 100%. Piensa que se trata de crear un hábito de relación cuando discuten, por tanto en los espacios comunes no se puede discutir.

También puede ocurrir que si todo esto no sale bien, la pareja acabe cansada de ti. Esto significará que la pareja se habrá cohesionado, aunque tú serás el blanco de sus ataques. Así que si te propones hacer cualquier cosa meditala antes y trata siempre de conseguir su acuerdo y sobretodo no propongas soluciones, que lo hagan ellos, ya que son ellos quienes tienen el conflicto.

@juanjovillalba