Esta mañana en el Parque de la Ciutadella

Sé que a estas horas ya estáis hartos de ver imágenes de indignados, antidisturbios y pancartas escritas a mano. Sin embargo, hoy me despertó un puto helicóptero a las 06:30 de la mañana y la manifa nos pillaba a 200 metros de la oficina, así que hemos bajado a ver qué tal.

Aunque la idea de acampar en el Parque de la Ciutadella suena bien en papel, ¿es que nadie se había dado cuenta de que alberga un cuartel de mossos enorme?

A eso de la 1.30h de la madrugada, ya estaban montadas las barricadas que taponaban todas las entradas al recinto del Parque de la Ciutadella. Incluso la puerta trasera del zoo.

Cuando llegamos esta mañana a eso de las 10h, todo parecía estar en orden. Y por "orden" quiero decir que había un cordón de anti-disturbios separándonos del bloque central de la manifa. Aun así, había unas 100 personas por los alrededores comiendo calipos y tomando el sol. Perdona, quería decir "manifestándose contra el sistema".

Aquí una foto de un antidisturbios. No me da vergüenza alguna admitir que verles así vestidos me la levanta un poco.

El incidente más nimio puede ser el desencadenante de unos disturbios bien majos y televisivos. Una señora mayor medio despistada que cruza el cordón policial, un mosso d'esquadra que la agarra del brazo, "eh, señora, que no se puede pasar", y ya tienes a 150 personas gritando "¡Vergüenza! ¡Dejad a la señora! ¡Cobardes!".

Y aquí un enfrentamiento entre una tía que se le había caído la zapatilla tras el cordón. Los mossos meándose de la risa mientras una vecina tenia que salir del edificio de detrás y devolvérsela. Todos aplaudieron. Y hasta aquí el drama matutino.

A estos chavales les voy a apodar Minindignats. Tienen 15 años, y si al principio parecía que sólo estaban allí por echarse unas risas, el chaval de la izquierda se mostró muy entregado a la causa. "Es una mierda, porque el año que viene va haber más alumnos en mi clase y eso me va a perjudicar, porque el profesor no podrá prestar tanta atención a cada uno". También le indignaba no poder quedarse a acampar porque "mis padres no quieren que me pase nada". ¡Qué mono, por Dios!

Y este tío paseando a su perro como si nada. Estoy convencido de que cuando los gays militantes se unan al movimiento indignado las cosas se van a liar de verdad. Ni protesta pacifista ni pollas. No tienen miedo de nada, la mayoría están musculados y tienen unas cuantas hostias que devolver al sociedad.

Aquí un conflicto entre indignados y los vecinos del barrio. Al retirarse, echaron abajo los contenedores de reciclaje. Unas abuelas que tomaban el café en una terraza empezaron a gritar "violencia no!", y curiosamente "yo os he apoyado en Facebook".

En menos de 2 minutos estaba todo recogido. El poder para el pueblo.

Otra forma de pasar el tiempo hasta que los parlamentarios salgan del pleno de presupuestos (se calcula que eso será hacia las 17h) es sentarse a fumar un porro a apenas dos metros de un antidisturbios tamaño Dwayne Johnson y, entre calada y calada, ir piropeándole "¡Hueles a mierda! ¡Eres mierda!". Mucho me temo que ambos, poli y fumeta indignao, se van a ir calentitos a casa.