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Cómo me uní a la masonería

A los masones les gusta mantener los detalles de su sociedad secreta en secreto, pero según un masón con el que hablé hace unos días, el grupo ha ganado popularidad entre los jóvenes desde principios de la década pasada.

Foto cortesía de Cécile.

A los masones les gusta mantener los detalles de su sociedad secreta en secreto, pero según un masón con el que hablé hace unos días, el grupo ha ganado popularidad entre los jóvenes desde principios de la década pasada.

Según la persona con la que hablé, hay varias razones para ello. La gente de entre 25 y 35 años de hoy en día no tiene el mismo sentido de pertenencia a un colectivo que tenían nuestros abuelos, debido al desgaste al que se ven sometidas la iglesia, los clubes sociales o incluso los trabajos estables. Con este panorama, no es de extrañar que una sociedad bien asentada como la Masonería atraiga a muchos con su infinidad de símbolos y tradiciones.

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Conozco a una diseñadora de moda francesa, a la que llamaré Cécile, que, a sus 34 años, pertenece a esa nueva generación de masones. Según ella, los rituales masónicos le dan la "satisfacción de compartir algo verdaderamente profundo con otras personas". Me senté con ella para hablar sobre su condición de hermana en la logia masónica.

VICE: ¿Qué te atrajo de la masonería?
Cécile: Es un viaje personal, una búsqueda. La curiosidad no siempre se puede explicar racionalmente. Se me ocurrió unirme cuando tenía unos 25 años, aunque sabía que entonces no tenía nada que aportar. Carecía de seguridad en mí misma. Más tarde conocí a un miembro integrado de la logia y me sentí muy atraída por su forma de ser y de hablar. Me absorbió.

¿Cómo te unes a una logia masónica?
Para entrar, tuve que redactar una declaración personal. Después, me hicieron una prueba para determinar mi grado de tolerancia y mi catadura moral. Es también una forma de detectar el potencial de las personas y de comprobar si sus valores son compatibles con los de la comunidad.

El espíritu de comunidad de la logia es muy fuerte. Es un aspecto que me gusta porque me permite conectar con personas con las que comparto deseos similares. Nunca me he sentido atraída por la masonería por ser una red de personas. El concepto de ayudarse unos a otros debería existir más allá de los límites de una comunidad concreta y ser un denominador común en toda la sociedad.

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Interior de una logia masónica de Canadá. Foto vía Wikimedia.

¿Cómo es la gente de tu logia?
Tienen orígenes sociales muy diferentes y son de edades muy diversas. El tejido de la logia lo forman la conducta, los gustos y el modo de vida de cada uno de ellos. Diría que la media de edad es de unos 47 años. La mayoría de mis hermanos y hermanas son mucho mayores que yo. Cuando me uní, vi que había muy poca gente de mi edad. Yo sigo siendo la más joven y tengo 34 años.

Actualmente, las logias son más eclécticas y están más abiertas a muchos más ámbitos. Pese a que pueda haber muchas confesiones religiosas y alineamientos políticos, aquí todo el mundo debe respetar "las reglas del juego". Como se suele decir, nunca hay que discutir sobre política ni religión en una reunión de amigos.

¿Qué crees que buscan los jóvenes de la masonería?
Supongo que podría decirse que tengo cierto grado de intimidad espiritual con mis hermanos y hermanas. Dejo mis problemas fuera de la logia. De igual modo, nunca hablo de mi faceta masónica con amigos o familiares.

¿Ha cambiado tu relación con las personas que saben que perteneces a una logia masónica?
En absoluto. Lo que sí ha cambiado es mi estilo de vida y mis intereses. Cada vez me llaman menos la atención las noches de borrachera y discotecas. Me he relajado un poco y me he centrado en otras cosas. Sigo teniendo los mismos amigos, solo que hacemos cosas distintas a las que hacíamos antes. Ahora me mueven otros deseos, deseos que me aportan serenidad. Pero solo llevo un año en la logia, lo mejor está por llegar. Lamentablemente, no puedo contarte mucho más, porque todo forma parte del secreto masónico.

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¿Puedes decirnos qué haces allí? ¿Con qué frecuencia acudes a la logia?
Todo es muy ritual. Pasamos el tiempo debatiendo varios temas filosóficos. Estudiamos los símbolos. Mi logia se centra básicamente en todo lo filosófico. Otras estudian la sociedad.

Yo participo en el ritual dos veces al mes, que es el número mínimo de visitas. Es bueno para desarrollar la diligencia, tanto para uno mismo como para los demás. La asistencia regular es uno de los pilares sobre los que se sustenta la masonería.

Bien. Y ¿qué hay del tópico que dice que todos sus miembros son superinteligentes?
Parece que mucha gente cree que la masonería está conectada de forma compleja con un intelecto o una inteligencia muy elevados. Pero yo tengo un trabajo muy material: creo ropa con las manos. No estoy entregada a la escritura ni a los estudios académicos, ni tampoco formo parte de ninguna élite de intelectuales.

¿Alguna vez has tenido que lidiar con opiniones que no compartes en la logia?
No más que en cualquier otro sitio, supongo. Posiblemente yo me sitúe más a la derecha en términos políticos, mientras que la mayoría de mis hermanos o hermanas son más de izquierdas. Pero todos esos pequeños matices desaparecen por completo en la logia. Respetamos a los demás y sus diferencias. No estamos obligados a querernos, pero cuando estamos juntos, debemos escucharnos y tolerarnos. Forma parte de nuestros valores.