Zoë Kravitz habla sobre las políticas de la fama y el racismo en Hollywood

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Zoë Kravitz habla sobre las políticas de la fama y el racismo en Hollywood

La cantante, actriz e ícono de estilo Zoë Kravitz ha logrado escaparse de la sombra de sus padres y se convirtió en alguien a quien vale la pena admirar por sus propios méritos.

Brasier Alexander Wang. Anillos Repossi.

Este artículo fue publicado originalmente en i-D, nuestra plataforma de moda.

Zoë con una camiseta Off-White c/o Virgil Abloh. Briefs Araks.

Brasier Alexander Wang. Shorts Calvin Klein Jeans (intervenidos por el estilista). Aretes Delfina Delettrez. Collares Jennifer Fisher. Anillos Repossi.

Brasier Yeezy. Jeans vintage de Levi's de What Goes Around Comes Around NYC. Aretes Delfina Delettrez. Collares Jennifer Fisher. Anillos Repossi.

Top hecho por la misma Zoë.

Chqueta y vestido Saint Laurent by Hedi Slimane.

"Creo que a todo mundo le pasa", nos dice Zoë Kravitz por teléfono desde su casa en Los Ángeles, con la claridad que solo le llega a quien logre conquistar algunos demonios internos. "Es natural sentirse incómodo en tu propia piel. Lo que no creo que sea natural es la presión por ser perfecto". Zoë Isabela Kravitz siempre se ha sentido diferente a los demás. Cuando tenía 5 años sus padres, la actriz Lisa Bonet y la estrella de rock Lenny Kravitz, se divorciaron. Vivió con su mamá en Los Ángeles hasta los once años y luego se mudó a Miami para vivir con su padre: "Solía recogerme en el colegio en un carro deportivo y todo el mundo se acercaba corriendo hacia él, parecían locos", recuerda.

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Mientras que la fama de sus padres le permitió tener una vida cómoda, también creó una especie de tensión a lo largo de sus años de adolescencia: "Cuando eres niño solo intentas encajar ––dice––: entraba a un colegio nuevo y todos sabían siempre quién era porque sabían quién era mi papá". Mientras que algunos niños solo querían ser amigos de ella por interés, otros la excluían. Por lo mismo. De cualquier manera, la gente siempre se hacía una idea de Zoë basada en quiénes eran sus padres: algo difícil para una joven que aún no sabía quién era ella misma.

Sobresalir no era una cuestión exclusiva de tener padres famosos: ser judía y afroamericana en un colegio predominantemente caucásico también era otra cuestión que la hacía popular. "Ha sido todo un trayecto poderme sentir a gusto en mi propia piel. Al crecer, todos se sienten incómodos. Te sientes diferente, sientes que hay algo mal en ti. No eres lo suficientemente alta o rubia o delgada". Quizá fue esa sensación de no encajar lo que causó que desarrollara un problema alimenticio durante la adolescencia.

Las cosas mejoraron cuando Zoë cumplió 15 y se mudó a Nueva York, donde se enamoró del teatro. Un año más tarde, consiguió representante y comenzó a hacer audiciones para distintos papeles. Una vez más, sus antecedentes con la fama jugaron un papel importante en toda su biografía: "No lo puedo negar, hay cosas que fueron más fáciles gracias a mis padres, pero todo eso, también, me hizo trabajar mucho más duro".

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Cuando tan solo tenía 17, Zoë consiguió su primer papel significativo junto a Jodie Foster en The Brave One de Neil Jordan. Ahora, con 26 años, su nombre aparece en muchas películas: van desde las de gran presupuesto a las de cine indie. Está X-Men: First Class, la serie de Divergent, Dope, del año pasado, y, por supuesto, el remake épico de George Miller de Mad Max: Fury Road, en donde hace el papel de una de las esposas cautivas de Immortan Joe.

"George tenía una visión muy específica de lo que quería que hiciéramos", nos explica Zoë, hablando de la filmación del éxito taquillero apocalíptico. "Tuvimos que prepararnos en medio de la nada durante meses. ¿Sí sabes? La cosa es que realmente te vuelves parte de ese mundo, no creo que nadie lo pueda entender sin haber vivido esa experiencia". Ya a esta altura de su vida, toda inseguridad que Zoë pudo haber tenido en cuanto al nepotismo había desaparecido: "A George Miller no le importa quién soy yo. No existe beneficio alguno para él al contratar a la hija de Lenny Kravitz. Espero que la gente vea que he trabajado muy duro".

A pesar de ser muy joven, Zoë no está cegada sobre la manera en la que Hollywood opera: "es una versión más sofisticada de los últimos años del colegio", se ríe. Aunque los papeles que ha hecho son variados, es muy selectiva en cuanto a los roles que acepta. Por ejemplo, rechaza los papeles que tengan que ver con su raza; tampoco se conforma con ser la mejor amiga de la protagonista principal, ni tampoco la mujer negra de relleno en la película.

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Lo anterior hizo que obtener el rol de Chloe en The Brave One fuera tan significativo, pues originalmente se pensó en una mujer blanca rusa para ese papel. Pero no todo ha sido fácil: no pudo obtener una audición para un pequeño papel en The Dark Night Rises, pues la consideraron demasiado "urbana".

Hay algo más que a Zoë le gusta desafiar: la representación que las mujeres tienen en Hollywood. Por eso mismo, aceptó el papel de Roxxy en el próximo thriller de venganza de Gary Michael Schultz, Vincent-N-Roxxy, junto a Emile Hirsch. "Roxxy es un personaje femenino fuerte y de color que yo no había visto antes en el cine. Por eso quise el papel. Las mujeres en el cine siempre acaban siendo accesorios para los hombres, en especial si un hombre dirige la película: nunca ves un personaje completo y bien pensado que no sea solo una vagina".

Otro papel en el que destacó fue en el personaje principal de la película indie de 2014 The Road Within: se trataba de un escalofriante caso en el que la vida imita al arte. Al hacer el papel de Marie, una joven anoréxica, Zoë tuvo que bajar de peso hasta quedar de 40kg. Eventualmente, su sistema inmune dejó de funcionar y desarrolló herpes zóster. Desde ahí, algo en ella cambió: "Después de eso tomé una decisión consciente de aceptarme a mí misma", dice Zoë. "Simplemente me cansé de odiarme, de compararme a algo que no soy, algo que en realidad no quiero ser".

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Fue durante este periodo que Zoë comenzó a enfocarse en la música, grabando en sus ratos libres con sus dos mejores amigos, James Levy y Jimmy Giannopoulos, en su grupo llamado Lolawolf. "La música siempre fue mi salvación", dice con melancolía. "Cuando era más pequeña, oír cantar a alguien sobre cosas con las que me relacionaba me hacía sentir como si no estuviera sola. Luego, hace un par de años, cuando comencé a hacer mi propia música, verdaderamente mi vida cambió". En 2014 su grupo ––nombrado como su media hermana por el lado materno–– sacó su primer EP epónimo. "La reacción ha sido muy interesante", dice Zoë muy animada: "tenemos fans verdaderamente increíbles que van a todos nuestros shows y se saben todas nuestras canciones".

Ese año hicieron tours con Lily Allen y Miley Cyrus, quienes luego aparecieron en el video de la banda de la canción Bitch, mientras que el año pasado le abrieron a Twin Shadow, el actual novio de Zoë. "Como artista y ser humano, Zoë continúa creciendo, es muy inspirador ver eso", dice Giannopoulos, su compañero de grupo: "En el estudio siempre intento presionarla y ella hace lo mismo conmigo. ¡Es una guerra de empujones en el que ella generalmente gana!"

Zoë, como si lo anterior no fuera poco, encontró otras maneras de expresarse. La más notoria, su sentido del estilo. "Lo veo como otro medio", confiesa: "Es una manera muy interesante de reflejar lo que estás sintiendo y lo que quieres proyectar". En viva imagen de su madre, Zoë mantiene su pelo trenzado y hasta la cintura, pero es la herencia rockera de su papá la que parece habérsele pegado más. Piensa en botas de motociclista con vestidos largos y amplios, shorts rotos con un tank top, collares de los noventa con gafas oscuras. Es la síntesis de lo cool.

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Zoë también es asistente frecuente de la New York Fashion Week, y está continuamente forjando su reputación como un ícono del estilo, lo que su amigo Alexander Wang reconoció cuando la eligió para el show de primavera/verano 2016 de Balenciaga, y la campaña publicitaria que lo acompañó. "¡Sin embargo, no soy modelo!", interrumpe rápidamente.

Actualmente trabaja en el segundo álbum de Lolawolf. También saldrá junto a Nicole Kidman, Reese Witherspoon y Laura Dern en la nueva serie estrella de NBC, Big Little Lies ("¡es como una clase magistral todos los días!"). La luz de Zoë continúa brillando con más fuerza, habiendo salido, en su totalidad, de la larga sombra de sus padres.

¿Estará lista para la fama estratosférica? "Es muy importante reconocer lo absurdo de todo esto", señala: "Te puede afectar de maneras muy extrañas, te puede hacer sentir expuesto, e, incluso, hay momentos en los que te sientes aislado del mundo. Pierdes tu anonimato. Entrar a un café es diferente. ¿Sabes? La gente murmura sobre ti en la esquina, puedes escucharlo, pero intentas actuar como si nada".

Como figura pública, las redes sociales aún son algo con lo que Zoë batalla: "El otro día subí algo y a la gente no le gustó. Quise responder de manera agresiva o explicarles, pero luego recordé que esa persona no me habla a mí, le hablan a una idea de quien soy". Muy alejada de la "idea" que la gente tenga de ella, cuando se trata de Zoë Kravitz, no hay necesidad de pretensión: "No estoy aquí para ser la mejor, la más cool, o la más bonita", resume, "solo estoy aquí".

Eso suena como un muy buen lugar para estar.

Créditos:
Fotografía: Matt Jones
Estilo: Carlos Nazario
Peinado: Leslie Bennett usando Tara Smith Haircare
Maquillaje: Kara Yoshimoto Bua de Starworks usando CHANEL S/S 2016 y Rouge Coco Style
Asistente de Estilo: Julian Dartois
Sastre: Hasmik Kourinian
Locación: The Chateau Marmont, Los Ángeles