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Este artista se clavó los testículos en la Plaza Roja de Moscú

Petr es un artista político que es conocido por su doloroso arte de representación, anteriormente se envolvió a sí mismo en alambre de púas en protesta del "represivo sistema legal" de su país y se cosió la boca para mostrar su apoyo a Pussy Riot.

Petr Pavlensky en una protesta.

Cada año Rusia hace honores a su fuerza policiaca con una conmemoración de un día llamado Día de la Policía. En esta ocasión la celebración del evento de nombre tan creativo se realizó el domingo 10 de noviembre, y el público rindió tributo a las fuerzas de la ley viendo a Vladimir Putin llorar en público y a Petr Pavlensky clavar sus testículos en el piso de la Plaza Roja.

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Petr es un artista político que es conocido por su doloroso arte de representación, anteriormente se envolvió a sí mismo en alambre de púas en protesta del "represivo sistema legal" de su país y se cosió la boca para mostrar su apoyo a Pussy Riot. Esta vez, su automutilación fue para condenar "el descenso de Rusia a un estado policial". Le llamé para platicar sobre eso.

VICE: Clavaste tus testículos al piso de la Plaza Roja. ¿Me puedes contar un poco de eso?
Petr Pavlensky: No es el poder lo que tiene a la gente agarrada de los güevos, es la gente misma la que se tiene restringida. Muy pronto todos van a estar en la cárcel, pero no va a importar porque para entonces, el país se habrá transformado en un estado con un régimen carcelario.

Eres artista, ¿cierto? ¿Qué tanto se cruza eso con tu activismo?
Soy un artista que hace arte político. El activismo es importante para mí como principio de vida; es el efecto del razonamiento y la teorización primaria y secundaria; todo argumento tiene una acción. Sin embargo, el arte político y el activismo no son lo mismo. El activismo es la lucha y la agitación de la sociedad; el arte político apunta a la exposición y destrucción del aparato de poder. Bajo ciertas circunstancias, es un catalizador del proceso político.

¿En cuál de esos te enfocas?
Me enfoco en el arte político.

¿Dirías que Pussy Riot son artistas políticas?
Sí. Actualmente hay un gran despertar en cuanto a la importancia del arte y la política.

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Al gobierno ruso no le gustó el arte político de Pussy Riot. ¿Cómo han reaccionado todos a tus acciones?
Varía mucho, desde acusaciones de locura, amenazas e indicios de tortura hasta cartas de agradecimiento y apoyo.

Petr Pavlensky con las bolas clavadas a la Plaza Roja.

¿No te preocupan los policías?
Están interesados en lo que hago, si tengo agendas ocultas o si lo hago por dinero. Básicamente, quieren saber mis motivos. En la Plaza Roja, me cubrieron con una manta, diciendo que era para que mantenerme caliente, pero sólo fue para esconderme de los espectadores y de las cámaras. Me la quitaron cuando se disperso la multitud.

¿Por qué la automutilación es un tema en tu trabajo?
Quiero mostrar lo que el sistema está haciendo con el poder que tiene. Su poder es la violencia y yo sólo puedo imitarlo con ese código visual distinto.

¿Se debe confrontar la violencia con violencia?
No siempre. Pero la violencia dirigida a algo que es igual de violento es un método efectivo de eliminación. Eso es, hasta que alguien sea liquidado, hay una filosofía de una carnicería sin fin; es un mecanismo de violencia autosuficiente. Y si te puedes meter a ese mecanismo puedes llevarlo a un final estrepitoso. Y luego tienes la oportunidad de detenerlo para siempre.

¿Qué esperas lograr con tu arte?
Tengo dos prioridades: primero, quiero mostrar a todos la posibilidad y accesibilidad del activismo. Tus recursos pueden ser tu cuerpo y tu vivienda, no necesitas dinero para hacer una declaración. Sólo necesitas motivación y el deseo de superar las fobias impuestas por el poder. En segundo lugar, las acciones hacen que la gente reaccione y critique. Llamalo un reflejo social. Se cuestionan lo que pasa se dan cuenta del poder de la propaganda impuesto por las ideologías totalitarias.

¿Qué sigue? ¿Planeas protestar por la opresión homosexual?
Miembros de la comunidad LGBTIQ contestarían eso mejor. Yo estoy totalmente en favor de superar la represión sexual y el tabú, pero ellos son los que necesitan entender las especificidades de lo que está pasando; no tengo derecho a hablar por ellos. Y mi trabajo es orgánico. Se arma de la pluralidad de eventos y situaciones que le ocurren a la gente a mi al rededor. Todo lo que hago es un solo acto. No trabajo en una serie, así que no tengo planes futuros.