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Música

"Soy un buscavidas como cualquier otro": una entrevista con Kevin Johansen

Hablamos con el argentino antes de su concierto el próximo jueves en Medellín y el viernes en Bogotá.

“¿Por dónde quieres arrancar?”, le pregunto al tipo que minutos antes se servía un café junto a mí. “Hablemos de mí”, ríe. Es un chiste que le contó el músico brasileño Paulinho Mosca, continúa: “Se cruzan dos músicos brasileños y uno le dice a otro ‘bueno, me voy de vacaciones con la familia, vengo de ganar 5 grammys, ahora voy a ir a tocar en el Carnegie Hall, pero bueno basta de hablar de mí, ahora tú habla un poco de mí", se ríe aún más duro.

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Lejos de la pedantería de la broma, Kevin Johansen es esa clase de personas que te abrazan apenas te conocen, que esperan más una charla que una entrevista, que disfrutan del ingenio, de la broma. Su música también es eso, es un cruce entre fronteras y una reinvención constante. Todo lo que toca lo convierte en un folclor que con solo escucharlo ya tiene su firma latente, es capaz de crear una bachata que no suene a Romeo Santos sino a él, y eso hablando únicamente del sonido. Cuando se habla de letristas, es sin duda un malabarista con una agilidad impresionante para jugar con las palabras, juntarlas, espaciarlas, mezclarlas, crearlas.

Hace algunos meses lanzó su disco Mis Américas Vol 1/2, un recorrido que va desde el folk norteamericano hasta el folclor suramericano, una suerte de viaje intencional que no solo reúne géneros a lo largo del continente, sino voces de punta a punta. Es una reunión de amigos con paradas en Nueva York, Río de Janeiro y Buenos Aires. A propósito de esto y de su presentación en Medellín el 8 de septiembre en el Teatro Pablo Tobón y en Bogotá el 9 de septiembre en el Teatro Julio Mario Santodomingo, nos sentamos a charlar sobre su afinidad con Colombia, la cumbia, su recientemente adquirido “oído obsoleto”, el humor en sus juegos de palabras y su relación con Les Luthiers.

Arranquemos con la afinidad y la relación con Colombia, mi experiencia personal con tu música de hecho arranca con "Oh my love my love" junto a Andrea Echeverry hace muchos años, pero ¿cómo empieza tu relación con el país?

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Siempre digo que a Colombia costó llegar. La primera vez fue hace seis años y la sensación fue que entramos por la puerta grande. nos recibían en el Julio Mario Santodomingo con un lleno total. Fue inesperado realmente. Pero la verdad es eso, la linda sensación de sentir que había un público que te interpretaba, uno se sentía interpretado por ese público. Cogían todos los guiños, cachaban todas las ideas, estaban entusiasmados con las temáticas y con las canciones, así que fue lindísimo.

¿Hubo alguna relación musical en tu niñez con Colombia?

Sí, en un nivel más profundo si se quere, mi madre tenía muchos casetes y entre ellos uno en particular que se llamaba Black Music Of South America, un disco antropológico de estudio de la raíz negra en latinoamérica. Está bien bueno, lo averigüé y se vende en Amazon y es como un tesorito. Hay desde música brasileña hasta canciones así ritualescas. Entre estas canciones del casete, había una que decía "río arri, río aba, San Antonio ya se va" y entraban unas gaitas o algo que yo pensaba que eran unos clarinetes (imita el sonido de los clarinetes). Me parecía medio jazzero pero de la selva, era como una mezcla rarísima (imita las voces) iba incrementando en cressendo. Yo no sabía que eso era cumbia colombiana cuando era niño, solo tenía un hit en mi casa.

Después se convirtió en una búsqueda musical de buscar esa frescura, esa forma de delirar con las armonías y a la vez que sea canción. Así que te podría decir que tengo una conexión musical con Colombia desde muy chico.

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¿Qué te apasiona a parte de la música?

Bueno, creo que está dentro de la música porque la música lo contiene todo, por eso creo que me apasiona. Pero aparte me apasiona nuestra forma de aprender, me apasiona lo que somos, la especie que somos los humanos. Me da mucha curiosidad cómo somos, cómo nos manejamos, cómo nos movemos con dificultad o como pez en el agua entre nosotros mismo. Machaco mucho sobre eso en las canciones, la psicología del ser humano, su espíritu, su forma, y después en la eterna sorpresa de estar vivo y tratar de trasladarlo a la música. Ayer pensaba que hay veces uno no quisiera ser músico y vienen ideas y dices como "noooo, ahora voy a tener que trabajar sobre esto", te persiguen unas ideas y muchas veces las ideas que me persiguen no tienen nada que ver con la música, lo que pasa es que las traduzco en eso, porque es lo que sé hacer más o menos bien.

¿Eres músico de profesión?

No, yo aprendí guitarra clásica unos años, también mi madre tuvo muy buen tiro de mandarme a estudiar guitarra. Tocaba prolijo, no me sentía un virtuoso porque no tocaba con demasiada velocidad, solo tocaba limpio. Mis profesores querían que probara ser concertista, y para ello yo tenía muchas condiciones, tengo oído absoluto y bueno, tenía cosas a favor. Me vi imbuido por la canción desde una edad temprana, movido por el cuento, por lo que es la narrativa de la canción.

¿Nunca estudiaste nada más?

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Para desazón de mi madre no estudié. Fui muy claro, le dije "yo quiero ser músico, cancionista, sé lo que quiero". Pero ella me acompañó, le gustaba mucho que yo fuera mucho. Lo que pasa es que le aterraba la inseguridad laboral, pero llegó a ver mucho de la primera parte y estaba feliz. Aunque a la vez, sobre todo cuando uno es adolescente y está empezando y un hijo te dice "quiero ser músico" es como "oh no. Sí, es talentoso, ojalá le vaya bien", eso era.

¿De qué vivías?

Enseñaba inglés para vivir. Mi madre era profesora de inglés, lenguas y filosofía y letras y ella me metió a estudiar un poco. Trabajé brevemente y también fui empujado a trabajar en el negocio de medias de mi tío, que lo había heredado de mis abuelos, pero mi tío me tuvo que echar porque me dormía en el depósito (jajaja). Después trabajé en algunas otras cosas en Nueva York, paralelo a encontrar al maravilloso Hilly Cristal en CBJB que fue como un mentor grande para mí a los 25, 26 años cuando llegué. Ahí sí tuve hacer desayunos en un hotel, trabajé en las Naciones Unidas como guía turístico porque manejaba el inglés y el español. Un buscavidas como cualquier otro.

Me contabas antes que eres oído absoluto y también leía que ahora tienes hipoacusia…

Ahora soy oído obsoleto, jajaja.

Se me ocurren dos cosas respecto a esto. La primera: Es que Jorge Drexler fue otorrinolaringólogo antes que cantante, ¿ te examinó?

Jajaja, sí. Me recomendó a su hermano que tiene un problema mucho más grave que el mío. Tiene como una semi-sordera, creo. Tengo que hablar con Daniel, estoy a la espera de hablar con él. En realidad soy muy negador, soy lo contrario de un hipocondríaco, soy como un happy go lucky, como "todo va a estar bien", no escucho los graves nada más. Con Matías Cella, el productor de Mis Américas, yo le pedía más agudos, y entonces cuando le cuento esto me dice "ahora entiendo por qué pedías más agudos, hijo de tu madre, estás medio sordo". Pero no es grave, es una hipoacusia moderada.

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Lo segundo que se me ocurrió después de esto, fue ver que el título de este disco es Mis Américas Vol 1/2 , inmediatamente lo relacioné con tu problema de oído, ¿tiene algo que ver?

Jajajajajaa, está bueno. No, fue guiño para gente atenta como vos, que se dan cuenta de esas huevadas que a mí me divertiría también, por eso lo pensé. Pero es también una forma de decir "esto recién empieza, siempre quedan temas fuera". La verdad que fue una experiencia hermosa, hablando un poco del disco, el tema de que Matías me arengara para ir a Nueva York una semana a tocar con viejos amigos míos y a grabar con ellos, eso fue mágico. En un punto me volvió el alma al cuerpo respecto a ciertos momentos míos, encontrarme con dos parceros con los sigo siendo amigos y decir "vamos a grabar". Después ir a grabar a Brasil pasarla increíble y terminar en Buenos Aires con The Nada a cerrar el disco.

Aparte de las colaboraciones que tienes con varios artistas latinoamericanos la portada también tiene esta estética de Miss Universo y existe el juego de palabras del que también hablabas… ¿hay alguna otra connotación en este disco con el tema de las Américas?

Hace días hablaba con otro periodista en Argentina quien me decía que le llamó la atención cómo yo incluyo al norte en América y mencionó que es un disco atravesado por el folk del norte y el folclor del sur. También porque suena edípico hablar de mi madre tanto pero ella rasgueaba la guitarra y cantaba un poco a la Joan Baez y un poco a la Violeta Parra, entonces ella sin querer queriendo unía los folclores en casa.

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Siempre mencionó la cumbia como un género que es pre-colombino y va desde Alaska a la Argentina, ustedes tienen esa gran bendición de haber mezclado el indio con el negro y así se enriquece aún más. En el sur hubo negros pero se fueron o se murieron, en guerras o por enfermedades, entonces hay resonancias de lo negros en Argentina en el tango, la palabra Milonga, etcétera. A mí me parece que Mis Américas habla de eso: del sueño Lenoniano de que no haya fronteras, de celebrar las diferencias, no sufrirlas más. Somos diferentísimos y a la vez tenemos la enorme bendición de tener el mismo idioma en un terreno super extenso que nos unifica.

¿Te consideras un turista desprevenido en la música? Lo digo porque en muchas canciones usas los lugares como excusa para contextualizar en el paisaje al oyente.

Sí, me gusta mencionar lugares. Hay algo de observador, pero yo nunca fui un fóbico que no se zambullía después. Cuando era niño y cambiaba de escuela y de entorno o en una mudanza, siempre observaba primero los códigos entre los compañeros nuevos y después me zambullía, una vez que entendía más o menos de qué iba. Todos queremos ser aceptados o ser queridos, entendidos, interpretados y todo eso, entonces por ahí eso es esa parte turística, pero después me zambullo, soy un turista que me hago camaleón, jejejeje.

¿Te sigues sintiendo el Hugh Hefner Aragonés?

Jajaja. No, bueno, eso es broma, pero sí a veces uno cuando se separa se siente así y era también muy en beneficio de la rima, pero el Hugh Hefner Aragonés sí fue una forma de decir "La vida te da sorpresas", como dice Blades. De una pérdida, se pueden abrir otras ventanas de la vida. "Desde que te perdí" es un tema que caló hondo y me alegro, pero como dicen los budistas, "el dolor es inevitable, pero el sufrir es opcional" jajaja. Es una buena frase, tiene que ver también con la canción, la capacidad que uno tiene de reírse hasta de sus propios dramas. De pronto catárticamente y hasta dolorosamente. Hay días que canto "Desde que te perdí" y me me estoy riendo y hay días en que la canto y estoy como medio adolorido.

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¿De quién heredaste ese juego con el humor?

Hay humor en la familia. Siempre había juegos de palabras. Tengo un tío que ahora vive en Torremolinos, España, que tiene mucho del humor que tenía mi madre. Él es director de teatro entonces es muy culto, ella también era muy leída, entonces era lindo y el desafío en casa siempre era hacerlos reír, entonces había que agudizar el ingenio, pensar en cosas que estuvieran buenas. En casa se escuchaba música que tenía connotaciones de humor, desde Tom Leader a Zappa, y después en Les Luthiers encontré, a los 13 o 14 años, unos grandes desgenerados con unos tipos que jugaban con la estética de la música clásica con frac y hacían desde Bach hasta el folclore, o de una cumbia a un rock, ahí también.

¿Cómo fue ese enfrentarte a tus ídolos? Porque los conociste a los 14 y trabajaste con uno de ellos en este disco.

Para mí son los Rolling Stones de nuestra generación. Son como que Charly García o Marcos Mudstock para mi es lo mismo. Llegué a la Argentina y escuché Charly García, Spinetta y Les Luthiers, y para mí fue hermoso porque fue muy natural como se dio. Yo me había olvidado que en el disco Citizen les dediqué "Ups", porque tenía esa cosa bolerística, como burlona y a la vez machacando sobre nuestras miserias humanas que tienen ellos desde el humor y tenía algo de su espíritu. Y en un avión me encuentro con Daniel Rabinovich que me agarra y me dice "gracias por la dedicatoria" y yo como "Uff, cierto que les dediqué un tema". Luego me invitaron al camerino y me dijo Daniel que a Les Luthiers les gustaba mucho mi trabajo y como "qué me está diciendo este tipo". Después de eso hubo muchas experiencias y agradecimiento con ellos, una admiración mutua aunque ellos son los maestros. De hecho la "Cumbia Epistemológica" de ellos fue inspirada, según el mismo Lopez Puccio, de mi “Cumbiera intelectual”.

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¿Qué cosas han cambiado en general en tu carrera discográfica y particularmente en este disco con el anterior?

Es tiempo, la música es tiempo todo el tiempo, entonces uno va mutando, va cambiando. Hay una esencia que está, hay que estar atento a si uno quiere ser fiel a esa esencia o si quiere traicionarla. Pero el hecho de tener a los The Nada hace 15 años conmigo tocando juntos te marca mucho. El sostener una cosa de la esencia, te ayuda a lograr ese círculo que estamos dando.

¿Qué es lo primero que se tiene a la cabeza con estas palabras?

Andrea Echeverry: Hippie Guerrera

Jorge Drexler: Inspiración

Barranquilla: Sueños

Bogotá: Calides

Familia: Esencia.

Liniers: Hermano

The Nada: Hermanos.

Folclor: Esencia pop

Argentina: Madre

Madre: Argentina.

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Kevin Johansen se presenta este jueves 8 de septiembre en Medellín en el Teatro Pablo tobón de Medellín y el viernes 9 de septiembre en el Teatro Mayor Julio Mario Santodomingo de Bogotá.