FYI.

This story is over 5 years old.

Motherboard

La misión para clonar al mamut lanudo

Desde que los científicos descubrieron que era posible clonar ovejas y perros, la tecnología para rescatar de la extinción al mamut lanudo prehistórico ha estado al alcance de la mano. ¿Deberíamos hacerlo?

Desde que los científicos descubrieron que era posible clonar ovejas, perros, vacas e incluso zorros, la tecnología para rescatar de la extinción al mamut lanudo prehistórico ha estado al alcance de la mano. La pregunta sencilla es si realmente es posible clonar un mamut. La gran pregunta es: ¿deberíamos hacerlo?

El calentamiento global está acelerando el deshielo de la Tierra, dejando al descubierto los restos íntegros de mamuts congelados en el permagel de Siberia. Una vez descubiertos, se descongelan y se recupera su sangre, que ha permanecido perfectamente conservada, lo que ofrece a los científicos una posibilidad para hallar una célula de mamut viva. Si se encontraran células viables, podría introducirse el núcleo de una de ellas en una elefanta asiática para que diera a luz a un elefante-mamut.

Publicidad

Algunos dicen que no se logrará hasta 2045, otros dicen que tardará incluso más. Otros opinan que nunca ocurrirá. Para llegar al fondo del asunto, viajamos a Seúl, Yakutsk y Moscú siguiendo los pasos del mamut hacia su resurrección potencial y para conocer a los principales posibles artífices de la clonación de esta especie.

En poco menos de un mes, viajamos por todo el planeta y regresamos. Nos detuvimos en lugares en los que había robots que averiguaban cómo hacías tus necesidades y otros en los que las pieles de oso no son solo un artículo de moda, sino una necesidad.

De Seúl viajamos a Yakutsk, en Siberia, un lugar conocido por sus gulags, el vodka y por sus habitantes, duros como el hierro. Una ciudad muy remota cerca de la cual yacen congelados los mamuts lanudos de la Edad del Hielo. Ser canadiense no sirve de nada para soportar las temperaturas de hasta -60 grados Celsius.

El choque cultural que íbamos a vivir se anunció cuando, al subir al avión en dirección a los páramos rusos, una cordial azafata yakutia nos preguntó (en ruso): "¿Por qué coño queréis ir a Yakutsk?".

Al final resultó ser un sitio maravilloso, con gente muy hospitalaria que vivía en una jungla congelada. De hecho, me recordó mucho a Canadá. La visita a un mercado de pescado lleno de criaturas de aspecto prehistórico, el sushi de lucio congelado y los perros salvajes me ayudaron a decidirme: voy a mudarme allí.

Publicidad

Por supuesto, fuimos en busca de los mamuts. Pronto supimos de la existencia de un mercado gris desde el que pequeños grupos mafiosos enviaban marfil de mamut a China y otros lugares de Asia, donde lo convertían en souvenirs para tiendas de regalos. En algunos de esos talleres de talla de marfil, en los que se respiraba cierto ambiente de explotación, había artistas que trabajaban de sol a sol destrozando piezas que deberían estar en el Smithsonian.

Por otro lado, los cuerpos de mamut que encuentran los buscadores de colmillos en las zonas más remotas de la Tierra están tan intactos que los científicos surcoreanos los utilizan para avanzar en su empeño por clonar esta enorme bestia y devolverla a la vida. Tuve la oportunidad de cortar un trozo de carne de lo que parecía una baqueta tamaño mamut de los dibujos de los Picapiedra. ¿Por qué se suponía que estaba cualificado para manipular un espécimen de hace más de 40.000 años? Pues porque estábamos en Rusia, por eso. No preguntes.

El viaje a Corea del Sur también fue increíble. Si Rusia me puso los nervios a prueba, Corea del Sur me dejó flipado. En un día vi siete terneros que eran todos el mismo ternero, a un hombre meterle la mano a una vaca para inyectarle embriones de clones y a dos cachorros de pomerania llamados Michael y Jackson, ambos idénticos genéticamente.

Entre toda esa locura, tuve ocasión de disparar una escopeta en la cuneta de una autopista rusa, intoxicarme comiendo cerebro de cangrejo crudo, bailar en un bar museo del vodka cerca del cual había un rinoceronte lanudo intacto (sí, existen) pudriéndose, y presenciar cómo un perrito clonado recibe los cuidados de una madre que no era del todo la suya.

En resumen, ha sido toda una experiencia y espero que disfrutéis el documental que ha salido de todo esto. Tal como demostraban Michael y Jackson, la clonación está aquí y ha empezado a comercializarse. Pero una cosa son los perros y otra muy distinta es clonar un mamut. Lo que es seguro es que gracias a una cadena internacional de suministro de partes de mamut, hay muchos científicos que van a poder seguir intentándolo.