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Cultură

Observad el nuevo DNI catalán

Una tienda online ofrece algo insospechado: el sueño de una República de Cataluña por 7,50€.

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Se llama Marta Buixeda Garcia, nació el 26 de mayo de 1995 y no existe, o al menos eso espero. Su cara y sus datos personales forman parte del estampado ficticio que adorna la imagen publicitaria del nuevo DNI Catalán. En efecto, he dicho DNI Catalán. Quizás tendría que haber dicho el nuevo DNI de la República de Cataluña. En todo caso, es una pieza que tiene menos validez legal que el carné de un videoclub.

Pero empecemos por el principio. No es novedad que existen ciertas tiendas (tanto físicas como en la red) que ofrecen varios productos relacionados con los nacionalismos existentes dentro de esta gran España plural. Con el auge del catalanismo han proliferado muchas de estas webs que apoyan la causa catalana. Si bien es cierto que productos como el "SosténCat", la "Fragancia del Canigó" o las "VamCats" son un jodido torbellino emocional y moral no tenemos que olvidar que también existen mausoleos dedicados a otro tipo de tendencias políticas. Todos y cada uno de estos ejemplos suponen una taxonomía absurda; una enumeración de varios productos sin relación aparente más que la de estar amparados por el perenne manto del nacionalismo. Con el intento de darle valor a un sentimiento y a una opción política se está cayendo en la banalización del referente; la pasión trasladada a un ambiente doméstico y cotidiano. Cuando en una pareja el amor se aleja y solamente quedan esos desayunos tranquilos en los que uno lee el periódico y el otro el dominical. A algunos les va bien así, otros le piden algo más a la vida.

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Volvamos al DNI. La gente del "Racó Independentista" ofrece a sus clientes habituales la posibilidad de adquirir el auténtico DNI de la República de Cataluña por siete euros y medio. Evidentemente solamente se trata de un trozo de plástico con la foto de una persona por lo que la intención del creador de la tienda online no era la de dotar de cierta nacionalidad inexistente a un individuo sino la de crear una red de comercios en los que se ofreciera un descuento a todos los habitantes de esta ficticia Nueva República Catalana AKA "los poseedores de este nuevo DNI". La cosa de momento no está funcionando demasiado bien debido a que los comercios no se atreven a excluir a ciertos potenciales clientes por meras razones ideológicas, cosa que significa que, actualmente, estas ofertas no están en funcionamiento. En tanto que esto, el carnet no sirve absolutamente para nada, más que para ejecutar las funciones intrínsecas de cualquier tarjeta de un tamaño similar (utilizarse como punto de libro, por ejemplo). Es la plasmación de las pasiones y sueños de muchos catalanes aplastada dentro de un trozo de papel plastificado; el catalanismo envasado al vacío listo para ser consumido. La oferta de pechugas de pollo a tres euros.

Hay algo en todo esto del merchandising que me produce mucha tristeza. La crítica es evidente, la mofa casi obligada y es exactamente por esto que todos estos esfuerzos dedicados a apoyar una causa parece que consigan el efecto contrario que pretendían: convierten unos ideales en una caricatura, nos encontramos dentro del campo de la exageración, de lo grotesco y lo hiperbólico, cuando lo real se convierte en ficción, en puro entretenimiento.