FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

Humoristas, vuestras fotos apestan

Las fotos promocionales de los cómicos intentan ser tan graciosas que se convierten en canalizadores de tristeza.

Los humoristas son un colectivo de gente cuyo objetivo principal es hacernos reír. Como profesionales de la risa tienen que tenerlo todo en cuenta, cada detalle es importante para catapultar su espectáculo hacia la carcajada masiva. No hay lugar para el azar y aún menos para el error, el humor es una maquinaria muy precisa que funciona con unos códigos muy concretos y ellos lo saben. La temática es importante, la cadencia verbal es importante, la transición entre chistes es importante y la expresión corporal también es importante. Teniendo en cuenta el tiempo que le dedican a todo esto —practicando los monólogos en voz alta delante de un espejo y apuntando observaciones y chistes de mierda en sus cuadernos de "ideas"— entonces, ¿por qué sus fotos promocionales son tan patéticas?

Publicidad

Estas instantáneas son su carta de presentación, con ellas están transmitiendo la idea de que su espectáculo es una orgía ancestral de risas. Con ellas tratan de buscar lo gracioso, la representación gráfica de la carcajada. De hecho, ahora que lo estoy describiendo, me doy cuenta de que palabras como "risa", "carcajada", "diversión" y "humor" son realmente penosas y se encuentran a kilómetros de distancia de su propio significado. Esto es exactamente lo que pasa con las fotos de los cómicos: existe un abismo muy generoso entre significado y significante. Para convencer al cliente potencial estas fotos tienen que demostrar en pocos segundos que los modelos retratados son seres realmente "desternillantes". Toda esta información concentrada hace que muchos monologuistas pierdan la cabeza y se fotografíen en posiciones lamentables. Un cubata no es mejor por tener cantidades indecentes de alcohol y unos testículos no son coronados como "los reyes de las pelotas" por poseer litros y litros de semen. El exceso nunca ha sido un buen compañero, ¿verdad? Ese es el punto débil de los humoristas, el jodido regador regado. Esta búsqueda exagerada y prostituida del humor consigue todo lo contrario de lo que en un principio pretende: todo el esfuerzo en querer demostrar simpatía se invierte y se convierte en un sentimiento abismal de pena, temor y rechazo. El humor es un ser extraño y amorfo y no todos consideraremos las mismas cosas igual de graciosas pero si esa es su idea de "humor" hay alguien que tiene un jodido problema y hasta donde yo sé, el que lleva perilla y una corbata con un estampado de la rana Gustavo no soy yo.

Es sorprendente ver como casi todas estas fotos promocionales son iguales, todas tienen elementos coincidentes por lo que podemos deducir que están retratando al mismo tipo de persona, una persona con gustos pésimos. Analicemos lo que, según estos tipos, significa una "persona hilarante". Empecemos por la indumentaria. Según ellos (los profesionales) es de máxima importancia llevar camisetas chillonas con pretensiones "indie" —camisetas de colores insoportables con mensajes divertidos o iconos reconocibles (y trillados) de la cultura popular (Superman)—, prendas que pretenden vender a toda costa las ideas de "juventud" y "simpatía". Tristemente, lo único que consiguen es demostrar un distanciamiento total con la realidad, algo que hasta cierto punto puede llegar a ser realmente preocupante. Para sumar puntos muchas veces apuestan por llevar calzado deportivo, unas Converse siempre funcionan. Tienen ese punto "rebelde" que un cómico siempre debe tener. Luego están los cabrones esos que ya directamente se ponen una chaqueta americana con una camiseta debajo como queriendo decir "hago chistes pero también estoy preparado para penetrar vaginas". En la mayoría de casos son como treintañeros pesados disfrazados de pre-adolescentes.

También está el típico humorista fiestero pasado de vueltas. Algunos van de malotes y enseñan sus tatuajes tribales, muñequeras chungas, cadenas en la cartera y gafas del futuro, es gente muy desfasada. Está claro que el rey de esta movida es Toni Moog, cuando la coca se convierte en humor para toda la familia.

Otro puto mundo es todo el tema relacionado con la expresión corporal. Claro, un tipo con los brazos cruzados mirando de forma natural a cámara no puede funcionar, el humor se plasma con alguien que señala constantemente en direcciones aleatorias, cuantos más dedos extendidos se muestren más diversión se transmitirá. Y no nos olvidemos de la cara: un cómico que no haga muecas es un payaso muerto. Es también bastante esencial dejarse perilla y patillas. De hecho cualquier tratamiento excéntrico del bello facial es bienvenido y, sobre todo, no intentes ser un monologuista de éxito si no tienes laca en el pelo. Simplemente no funciona. Embadúrnate el pelo de laca y ponlo de punta. El aspecto resultante será el de la "persona divertida", o al menos según los propios gestores del humor. ¿Debemos entonces confiar en las capacidades humorísticas de estos tipos? ¿Todo este esfuerzo extremadamente mal canalizado para comunicar divertimento significa que son unos humoristas pésimos? Puede que yo esté confundido y que gran parte de esta sociedad se "tronche" con la imagen de estos chavales pero si este es el caso que se pare este mundo que yo me bajo.

Es por todo esto que las fotos de promoción de los cómicos son, probablemente, la cosa más triste del mundo. Hacer reír es una enorme responsabilidad y estos tipos son las personas a las que les hemos encomendado esta difícil tarea. Por favor, dejad de intentar ser graciosos todo el puto rato.