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El fin del anonimato y la búsqueda de nuevos gadgets

El espionaje del gobierno de EU contra sus ciudadanos es de armas tomar.

¿El software de reconocimiento facial es buena onda, cierto?

Si usas las redes sociales, tienes una licencia de conducir, compras en tiendas y caminas en público es probable que una huella de tu cara sea asignada a tu identidad, y usada diariamente para construir tu perfil a un nivel de detalle que no creerías que fuera posible. El reconocimiento facial está preparado para ser algo grande, y ya permite a todos, desde principiantes hasta programas de agencias de gobierno estadunidenses, recolectar información sobre a dónde vas y lo que haces. El resultado final, al menos por el momento, son bases de datos biométricas flexiblemente reguladas que amenazan el concepto de anonimato.

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Quizá hayas escuchado de la tecnología de reconocimiento facial (FRT, por sus siglas en inglés) últimamente en un contexto de identificación de sospechosos en videos de seguridad, como los disturbios en Londres y Vancouver de 2011, las protestas en Irán en 2009, e incluso la falta de uso de éste como lo visto en la búsqueda de los sospechosos del bombazo en Boston. También puede que lo conozcas por el sistema de seguridad semifuncional en tu teléfono Android, o tal vez te haga pensar inmediatamente en el Xbox One, donde se requiere una cámara de Kinect que estará ahí viéndote en tu sala, mientras espera identificar a quien se siente en tu sofá.

La FRT ha logrado avanzar lo suficiente para que haga sentido empezar a integrarla en todo, desde infraestructura de seguridad nacional hasta los productos de los consumidores. Aún hay algunos obstáculos que librar —como mala iluminación, imágenes indirectas y rasgos faciales oscuros aún pueden engañar esta tecnología— pero hay tanta gente trabajando duro en estas cuestiones que su ubiquidad es inevitable.

Además del reto de perfeccionar la tecnología, aún existe la traba de la percepción y aceptación pública. El CEO de Google, Eric Schmidt, dijo en 2011 "construyeron la tecnología y la retuvieron…” Y agregó que le preocupa la unión de rastreo móvil y el reconocimiento facial. No es muy común que el jefe de la compañía que tiene más dinero que Dios por crear publicidad basada en tus mails e historial de búsqueda, diga que le preocupe la tecnología que le ayuda a saber más de ti.

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Google parece aferrarse a su posición: hace unos meses la compañía emitió una declaración en la que pedía no hacer aplicaciones de reconocimiento facial para Google Glass. Aunque la firma no está completamente fuera del juego.

Google adquirió la compañía de software de reconocimiento facial PittPatt en 2011, y logró hace un mes hacer expresiones faciales únicas para desbloquear celulares. Tomando en cuenta la adquisición de Google y su historia de patente, ambos movimientos parecen hechos para prevenir que la competencia tenga acceso a la tecnología, pero la firma parece interesada en el reconocimiento facial a un nivel básico, al menos para los controles y contraseñas biométricas basadas en gestos de Android.

Muchas compañías trabajan en tecnología de reconocimiento facial para la policía y automóviles, pero el mayor progreso se ha hecho por los gigantes tecnológicos para productos de consumidores.

Claro, con las inmensas posibilidades y la plataforma abierta en Google Glass, otros programadores pueden aportar información al juego de FRT por su cuenta. Eso incluye que Lambda Labs' recientemente sacó la versión beta de una app de reconocimiento facial para Google Glass, hecha posible con la ayuda de un sistema operativo casero, aún así otro primero de una larga línea de primeros de Glass.

De hecho hay muchas compañías que trabajan específicamente en tecnologías de reconocimiento facial y las hace disponibles a clientes como policía y el departamento de tránsito, pero tal vez el mayor progreso se hace tras los escenarios de gigantes tecnológicos para ser incluidos en productos de consumo.

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Incluso si no estás en el tren de Google, puede que estés en Facebook, que adquirió Face.com el año pasado. Facebook intenta mejorar sus algoritmos de reconocimiento facial para sugerir nombres a la gente que será etiquetada en la foto incluso más precisamente que Google, y esa investigación seguro ayudará a reducir la influencia de la pose, oclusión y la resolución que entorpecen las FRT. También es de notar que Facebook actualmente tiene una base de datos de caras, con al rededor de 1.15 miles de millones de usuarios activos mensualmente, muchos de los cuales usan su cara actual en sus perfiles.

Es fácil asustarse por los intentos del gobierno de controlar las FRT, pero es fascinante saber que la tecnología es empujada por compañías enfocadas en tecnologías para el consumidos como para mejores consultas cosméticas.

¿Deberíamos estar preocupados? Actualmente hay poca evidencia del gobierno abusando la información recolectada, y no es como que ya cedimos cantidades masivas de datos personales a entidades privadas que han creado perfiles nuestros para su beneficio financiero. ¿Es tan malo que un gobierno deba tener la misma clase de base de datos en nombre de la seguridad y organización?

Solo porque puedan, no significa que deban, como se ha evidenciado en otros países que han intentado ese camino. El año pasado, la Asamblea Nacional de Francia pasó una ley que pedía una nueva tarjeta de identificación biométrica para toda su población. Más de 45 millones de individuos habrían tenido sus caras y dedos digitalizados y guardados en una masiva base de datos centralizada. Esta iniciativa fue inmediatamente denunciada por muchos, incluidos 200 miembros del parlamento francés quienes protestaron contra esta medida, aludiendo que era incompatible con los derechos fundamentales de privacidad y presunción de inocencia, y otros, de los ciudadanos europeos. El senador francés François Pillet resumió bien la controversia cuando se refirió a las leyes como una bomba de tiempo para libertades civiles.

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El Reino Unido ha estado construyendo una Base Nacional de ADN desde 1995, y tiene, hasta marzo de 2012, un estimado de 5,950,612 individuos en su archivo. Claro que esto ha ayudado a resolver bastantes crímenes, pero también pone tu información biométrica única en riesgo de ser usada y distribuida sin tu consentimiento.

En México tenemos algo igual de escabroso con ya la de por sí escabrosa Secretaría de Hacienda. Todos los contribuyentes deben sacar la Fiel (firma electrónica), que recoge sus datos biométricos, como el escaneo del iris y las huellas digitales de los DIEZ dedos de la mano.

Se han hecho investigaciones genéticas usando esta base de datos, compañías comerciales que hacen investigaciones de ADN tienen información grabada en sus computadoras, y en 2007, cinco funcionarios fueron atrapados robando información de ADN para crear una firma rival. Shami Chakrabarti, director de la organización de libertades civiles Liberty, se refirió a esta base de datos y a la propuesta para expandirla a todo hombre, mujer y niño en el Reino Unido como una propuesta escalofriante, desarrollado para la indignidad, el error y el abuso.

Obviamente no podemos discutir la cultura de la vigilancia e identificación biométrica sin considerar el caso de China. Como lo explicó Mara Hvistenhad en Science, el país está en una misión manifiesta de instalas 30 millones de cámaras de seguridad (si no lo han hecho aún), o al rededor de una por cada 45 ciudadanos, en ese punto se espera que la industria alcance los 500 billones de yuanes (79 mil millones de dólares). No debería ser una sorpresa que tanto las universidades como las compañías desarrollen infraestructura de videovigilancia inteligente que ayudará a la policía a buscar rasgos específicos, como un hombre en una camisa roja, y finalmente incluso caras específicas, mejorando drásticamente el periodo de tiempo comparado con el sistema anterior en el que los oficiales buscan manualmente en el video.

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Mientras la tecnología de análisis de imagen china mejora, también lo hace el sistema masivo de instalación de cámaras de seguridad y puntos de seguridad biométricos dentro de sus fronteras para mantener etiquetas en los disidentes políticos y su población en general. Como dijo a Hvistenhad Nicholas Bequelin, un investigador de Human Rights Watch en Hong Kong, el implemento y uso de estas tecnologías debe ser monitoreado "por una sociedad civil fuerte o un sistema político que responda a las preocupaciones de los ciudadanos". En China, sin embargo, eso "simplemente no está ahí".

La meta futura propuesta por el FBI es identificar sujetos en "bases de datos" tomadas de fotografías de acceso público de fuentes como Facebook e internet en general.

Estos escenarios cuestionables en el exterior no han detenido la tendencia de hacer un gran avance en Estados Unidos, pero hasta ahora las FRT no ha sido aplicada en un modo que impacte tu vida cotidiana sustancialmente. Puede que veas algunos cambios pronto, sin embargo, tu información biométrica única es lentamente amalgamada en una base de datos nacional.

El FBI ha trabajado en el programa de Identificación de la Siguiente Generación con ayuda de sus amigos de Lockheed Martin, IBM, Accenture, BAE Systems y otros. El sistema NGI es una base de datos biométrica que podría ser la más grande de su clase en el mundo, incluirá datos de ADN, iris, voz y reconocimiento facial sumado a información biométrica más común. Las fotos que serán incluidas vendrán de una variedad de fuentes de bases de datos de departamentos de vehículos motores a cámaras de seguridad.

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La meta futura propuesta por el FBI es identificar sujetos en "bases de datos" tomadas de fotografías de acceso público de fuentes como Facebook e internet en general. El FBI ya ha sido demandado por la falta de transparencia en este proyecto, que se suma a las demandas contra la NSA.

El programa NGI no debe llegar por sorpresa a otros programas del gobierno, como Stellar Wind y PRISM, que han salido a la luz, y es otro desafortunado ejemplo de cómo el gobierno de EU etiqueta a todos sus ciudadanos incluso a los inocentes. Como lo explicó el abogado de Electric Frontier Foundation, Jennifer Lynch, por teléfono: "Yo creo que hemos visto en regímenes opresivos de otros países e incluso de las prácticas del FBI que el gobierno no puede tomar toda esa información y usarla contra gente en maneras que no podemos anticipar ahora. Por eso debemos limitar los programas de recolección incluso antes de que empiecen".

No es solo el miedo lo que viene tras tu información biométrica. La nueva ley de inmigración del senado, enterrada en sus 800 hojas, llama a crear una base de datos centralizados de cada trabajador legal de Estados Unidos o trabajador potencial. Esta nueva evolución de E-Verify busca implementar sistemas de verificación biométrica para todos los trabajadores estadunidenses. En otras palabras: No hay foto, no hay trabajo, señor.

Un informante de Stellar Wind, Wolliam Binney, dijo en un video de New York Times el año pasado: "Sólo porque seamos una democracia no significa que seguiremos siendo así". Puede que tengamos libertades bajo nuestro gobierno, pero estamos perdiendo nuestra sociedad democrática mientras perdemos nuestro principio de máximo control sobre el gobierno, por la gente en el país en el que fue fundado. Es desconcertante darse cuenta que cómo la población peleamos contra las mismas preocupaciones de vigilancia que los chinos, cuyo gobierno no es famoso por un registro impecable de derechos civiles.

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Si queremos mantener alguna privacidad mientras nuestro gobierno lucha por seguridad nacional, vamos a tener que luchar por nosotros mismos. Incluso la Cuarta Enmienda, que protege de búsquedas irrazonables y capturas y que en principio protege la privacidad, puede no aplicar a alguna de nuestra información biométrica.

En una opinión de la Suprema Corte reciente, Justice Scalia indicó en su defensa que tomar una fotografía de alguien no implica a la Cuarta Enmienda. Como explicó Lynch, él "[discutió que] no fue una búsqueda o captura porque no involucraba el contacto físico. Es probablemente una de esas prácticas de recolección que serán reguladas por estatuto en lugar de principios constitucionales", un estatuto que aún no existe.

"Creo que la mayoría de la gente espera ser anónima en público", dijo Lynch. De acuerdo con ella, el anonimato es un elemento crucial de los espacios públicos y de la comunicación, y es lo que permite participar libremente en una sociedad democrática.

"[Cuando la gente] es vista" dice, "cambia su comportamiento, cambia sus asociaciones, sus acciones y su discurso. Esa no es una sociedad en la que quiero vivir o criar a mi hijo".

Es escalofriante, en efecto, pensar cómo vamos a ser identificados cada vez más por representaciones de nuestra cara en algoritmos en lugar de simplemente por nuestro nombre. La tecnología para identificarnos está lista para ser barata y lo suficientemente efectiva para ser usada en aparatos simples como en casetas de autopistas. No será mucho antes de que la policía la use tan comúnmente como la sirena o las esposas, o que los aparatos de todos los días requieran tu huella de cara para ser usados.

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FRT recibe asesoría de 60 Minutes. Es asombroso dónde se encuentra la innovación.

El obstáculo actual para expandir la adopción de las FRT es que aún es bastante difícil reconocer caras desde cada ángulo y cada condición de luz. Pero siendo el reconocimiento facial trabajado por toda gran compañía de tecnología, así como el gobierno, esos obstáculos se pasarán pronto. Inicialmente, la integración de las FRT sería opcional y algunas veces bastante útil, o al menos sin producir daños. Con la cámara de Kinect en tu sala y la cámara de tu smartphone en la palma de tu mano, tiene sentido que las compañías de tecnología quieran crear modelos precisos de tu cara en nombre de la seguridad y la interface.

Al menos poder saltar películas en Netflix con sólo guiñar un ojo a tu televisión es otra forma de anunciarse. Y es fácil imaginar un día en que la conveniencia de usar estos identificadores sopesará la molestia de probar tu identidad de otras maneras, como el exceso de sitios que te piden que inicies sesión con Facebook.

Te guste o no, tu cara es la próxima frontera de identificación. Este es el principio del fin del anonimato, mientras la huella de tu cara se amarra cada vez más a cosas como tu cuenta de Google, placa de tu carro, número de seguridad social y una lista interminable de otros identificadores.

Sin una legislación clara de cómo debe ser recolectada y usada la información biométrica pronto vamos a darnos cuenta que es imposibles ser anónimos. "El problema con las FRT o cualquier tipo de sistema de identificación, dijo Lynch, es que tiene la habilidad de identificar gente y recordarla años en el camino".

Actualmente sólo hay legislaciones para limitar el uso de tecnología biométrica en tres estados de EU: Illinois, Texas y Washington, y nada está en la mesa a nivel federal. En el caso de Illinois, la ley da explicaciones clara de qué información biométrica se recolecta y por cuanto tiempo se la quedarán, y en caso de una violación de seguridad, tu cara vale mil dólares si es por negligencia y cinco mil si se le da mal uso, intencionalmente o no, a menos que los daños mostrados sean mayores que eso. Texas tiene estipulaciones similares, aunque tu identidad es evidentemente un poco más valiosa, ya que los violadores pueden ser multados hasta con 25 mil dólares por incidente. Es de notarse que estas leyes no aplican a agencias del gobierno o a sus contratistas.

"Realmente parece que nuestro gobierno está extralimitándose y no haciendo todo lo que puede para proteger nuestra identidad", explicó Lynch. Entre leyes que permiten el uso incrementado de vigilancia y la falta de layes que controlen el uso de información biométrica, hay muy pocos límites en qué tanta información será recolectada de ti, quién la guardará y para qué será usada.