Políticos que hoy son juzgados por corrupción y antes dictaban clase

Esta tarde, con votación de 55 a favor y 5 en contra, el Senado suspendió de su cargo como magistrado a Jorge Pretelt, dejando su juicio por concusión en manos de la Corte Suprema de Justicia. Es la primera vez que pasa algo así en la historia republicana de nuestro país. Más temprano, en la mañana, Andrés Felipe Arias, exministro de Agricultura asilado desde 2014 en Miami, fue capturado por agentes federales y espera la decisión de una jueza gringa para saber si tiene que volver a Colombia a pagar la condena de 17 años que quedó debiendo.

Ambos tienen algo en común (además de ser célebres perseguidos por la justicia): han sido ilustres catedráticos de algunas de las universidades más prestigiosas del país. Pero no han sido los únicos. Nuestras almas máter han estado plagadas de pillos y presuntos pillos, que parados sobre sus estudios se han sentado a dar cátedra a los futuros profesionales del país. Les presentamos un listado de algunos de los más tristemente famosos profesores que han tenido que dejar sus clases para ir a declarar a un juzgado.

El magistrado Pretelt, desde 2015, dio el apellido a uno de los escándalos más grandes de la Corte Constitucional. Un fallo judicial había ordenado a Fidupetrol pagar 22.500 millones de pesos al Casanare. Todo apunta a que, a través del abogado barranquillero Víctor Pacheco, cercano a Pretelt, la empresa ofreció 500 millones al magistrado para que seleccionara una tutela que, de haber sido fallada a favor, habría evitado a Fidupetrol el pago multimillonario.

Aunque el fallo fue en contra de la tutela, las declaraciones del abogado Pacheco untaron a Pretelt, quien hoy fue suspendido de su cargo por el delito de concusión. Jorge Pretelt tiene ahora un camino pantanoso por delante: por fuera de su cargo en la Corte Constitucional, deberá enfrentar un juicio disciplinario ante el Senado y uno penal ante la Corte Suprema de Justicia.

Participó del nacimiento de la Universidad Sergio Arboleda, de la que fue Secretario General, Vicerrector General y Vicerrector de Gestión. En esa misma universidad, desde hace casi treinta años, Pretelt fue profesor de las cátedras de Introducción al Derecho, Organismos del Estado, Derecho Constitucional Colombiano, Legislación Electoral y Derecho Administrativo. También dictó clases de derecho en la Universidad Javeriana y en la Escuela Naval de Cadetes de la Armada.

Arias era el exministro de Agricultura de Álvaro Uribe. Una especie de ahijado político del expresidente. Brillante economista de la Universidad de los Andes con doctorado en la Universidad de California. Su carrera parecía enrutada hacia grandes cosas, hasta que en 2010, después de perder la candidatura a la presidencia por el Partido Conservador con Noemí Sanín, se destapó el escándalo de Agro Ingreso Seguro (AIS): un programa del Gobierno para subsidiar el campo, que habría terminado favoreciendo a sectores pudientes en vez de al campesinado.

En 2011, el Procurador lo destituyó y lo inhabilitó por 18 años. En 2014, la Corte Suprema lo condenó a 17 años de prisión por su participación en los delitos de peculado por apropiación a favor de terceros y celebración de contratos sin el cumplimiento de los requisitos legales. Arias se fue del país y se exilió en Miami. Había desaparecido del mapa político colombiano hasta que hoy fue capturado en Estados Unidos por agentes federales, quienes le informaron de una solicitud de las autoridades de Colombia para que vuelva al país a cumplir con su condena. El próximo viernes, una jueza estadounidense definirá su situación jurídica.

El exministro también había hecho carrera como docente. Dio clases de Economía Internacional en la los Andes, de Economía Monetaría en la Javeriana, de Historia de la Economía Colombiana en la Sergio Arboleda. Tras terminar su periodo en la cartera de Agricultura, y mientras se destapaba el escándalo de Agro Ingreso Seguro, Arias también fue profesor en la Universidad Católica de Colombia.

Nacido en San Onofre, Sucre, Meléndez forjó una carrera académica y política que muchos aplaudían. Durante la alcaldía de Samuel Moreno, fue subdirector jurídico y técnico del Instituto de Desarrollo Urbano de Bogotá (IDU). Allí, relativamente en la sombra, fue una ficha clave para lo que luego se conoció como el "carrusel de la contratación". Utilizó sus influencias en el IDU para favorecer a los hermanos Nule y por eso fue el primer condenado de ese caso. Cuando cayó, sus revelaciones se volvieron esenciales para descifrar el entramado del desfalco multimillonario que se había cometido.

Meléndez aceptó cargos por los delitos de interés indebido en la celebración de contratos, contrato sin cumplimento de requisitos legales, prevaricato por acción y por omisión. Su condena fue rebajada a poco más de siete años. Hace dos años, por buen comportamiento y por haber estudiado en prisión, le fue concedida la libertad condicional.

Su hoja de vida dice que, por más de 16 años, fue profesor de Derecho Constitucional, Derecho Administrativo, Contratación Administrativa, Derecho Procesal, Procedimiento Administrativo, Contratos en Obras Públicas y una veintena más, en 14 universidades distintas del país, entre las que se destacan los Andes, la Javeriana, la Nacional y el Rosario.

Desde su columna semanal en El Espectador y su frecuente aparición en programas de Caracol Radio, Yamhure se convirtió en una de las voces más fuertes de la derecha. En 2011, el periódico Un Pasquín, del caricaturista Vladdo, reveló que, en una memoria entregada por el paramilitar alias HH a la Fiscalía, aparecía un correo de Carlos Castaño, exlíder de las AUC, dirigido a Yamhure, donde entre otras cosas le sugería cambios en sus columnas. Otro exparamilitar, alias Doblecero, también había dicho que se había reunido al menos un par de veces con el columnista. Yamhure renunció a El Espectador y salió sin despedirse de Caracol Radio. No dio entrevistas ni declaraciones. Se desapareció, a tal punto que incumplió cuatro citas con la Fiscalía en Montería. Luego, sin embargo, la Fiscalía precluyó la investigación en su contra.

Yamhure estudió Ciencia Política en la Universidad del Rosario. En 2011, tras el escándalo con Carlos Castaño, renunció a seguir dictando su clase de Política, de la especialización en Gobierno de la Universidad Católica. Antes de eso había dictado cátedras sobre temas afines en otras universidades.

Durante diez años como perito del Instituto de Medicina Legal, Herrera emitió casi 1.900 dictámenes médicos. Su nombre era respetado dentro de la institución y sus compañeros decían que muchas de sus decisiones eran determinantes. La élite de la psiquiatría lo avaló con el tiempo, hasta convertirlo en un hombre prestigioso dentro de esa rama. Pero en 2012 se descubrió que todo lo había construido sobre mentiras. Los diplomas que sustentaban su trayectoria resultaron ser falsos. Sólo había aprobado tres semestres de Medicina en la Universidad Nacional. A finales de ese año, Herrera, que fue conocido luego como "el falso psiquiatra", fue condenado a siete años y cinco meses de cárcel por falsedad ideológica y material en documento público y privado, fraude procesal y falso testimonio.

Con sus títulos de mentiras Camilo Herrera se presentó a la Universidad San Buenaventura como médico cirujano, especialista en psiquiatría y con conocimientos en geriatría. Allí fue admitido como docente y abrió las puertas para luego dictar cátedras en la Universidad Antonio Nariño y en la Universidad de Boyacá.