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El diseño del placer: muebles para tener sexo

Platicamos con Andrés Amaya, diseñador industrial mexicano que fabrica muebles eróticos pensados exclusivamente para coger.

Andrés Amaya explicando una de sus piezas. Foto por José Luis Martínez.

"No podemos seguir recluyendo la sexualidad humana al uso exclusivo de la cama", nos dijo Andrés Amaya, diseñador industrial mexicano que, además de piezas artísticas, fabrica muebles diseñados para tener sexo. "Lo natural sería que en las mesas de regalo de las bodas hubiera mobiliario erótico".

Su primer diseño fue la Silla Barbarella, que presentó en el Salón del Mueble en Milán en 2003. "Permitía la realización del cunnilingus a la mujer con el hombre abajo. La mujer queda como en una especie de trono", recuerda el diseñador. "Fue muy emblemático en esa época porque detonó un gran interés".

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Silla Barbarella. Foto cortesía de Andrés Amaya.

Aunque Andrés no es el primero en hacer muebles eróticos, sus piezas son de las más reconocidas en el género y se llegan a vender hasta en 3,200 dólares. Entre sus piezas predilectas están la Barbarella, el Felatio y el Montao, que funcionan para diferentes encuentros sexuales: heterosexual, homosexual, oral y swinger.

Visitamos a Andrés en su despacho en Coyoacán, en el sur de la Ciudad de México, para conocer más sobre su trabajo, su mobiliario erótico y sobre la ambigüedad moral con la que se aborda el sexo en México.

Andrés Amaya con su

Pinocho Rojo. Foto por Camila Lara.

VICE: ¿Tus muebles ayudan a la gente a mejorar sus experiencias sexuales?
Andrés Amaya: Primero que nada, creo que ayudan a establecer un tema que se tiene que tocar. Creo que la Silla Adela (uno de sus muebles más vendidos) ayuda mucho a mejorar la experiencia sexual: el impacto pélvico es mucho más fuerte que en cualquier otra silla.

Uno no está inventando el hilo negro. El problema son todos los tabús y el mundo judeo-cristiano que jodió al ser humano con su sexualidad y su erotismo, haciéndolo una práctica económica y política.

¿Qué se necesita para que los tabús se minimicen?
Tenemos que darle apertura a los temas. Hay que tocarlos, discutirlos, leerlos y verlos con cierta naturalidad. En el momento en el que ni siquiera estamos conscientes de nuestro propio cuerpo, y lo que habitamos no lo conocemos, desde ahí ya estamos mal. Los tabús se caen en el momento en el que se abordan correctamente los temas. Ver un par de tetas no es interesante porque ya las conoces y las viste. No te dice más que son glándulas mamarias con las que también puedes convivir.

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¿Tus piezas son heterogéneas?
Sí. Hay que ser incluyentes y tolerantes con todos. Hay que entender que cada quien puede vivir el erotismo y la sexualidad como mejor le parezca, siempre y cuando sea de una manera madura, correcta y con un alto nivel de consciencia.

¿Pruebas tus muebles antes de venderlos?
Sí, todos los muebles son probados. También se los presto a mis amigos y vemos qué es lo que hay que cambiar, desde el diseño, hasta el tamaño. Aunque hay veces que tenemos que modificar desde el molde.

¿Cuánto cuestan tus muebles?
Si los comparamos con el salario mínimo en México, son caros. Aunque si lo comparamos con lo que cuestan en mueblerías, son baratos, considerando que es un mueble con número de serie, que tiene acabados hechos a mano y que te va a durar toda la vida. En las galerías los puedes comprar en 3,200 dólares, más o menos.

¿Cuánto tiempo toma fabricar un mueble?
El proceso de elaboración puede tomar desde ocho meses, hasta un año, todo dependiendo de la complejidad de la pieza.

¿Qué opina tu familia sobre lo que haces ahora?
Mi familia no es un parámetro muy normal porque es familia de artistas. Mi padre es escultor y desde que tengo memoria, cuando iba a su estudio siempre había una modelo desnuda. Mayormente no establecen ningún juicio sobre eso. Lo ven como algo normal.

Gracias, Andrés.

Sigue a Camila en Twitter:

@campelrod