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"Por el modo de transporte y el modo de enredar la tortilla les llamaron mulas o burros. Con el paso del tiempo, se degeneró el término a burrito y después surgió la variación de ponerle queso o asadero al platillo. De ahí le nombraron montado", platica.Mientras en otras partes del país, un platillo "montado" consiste en la colocación de un huevo estrellado encima, por ley, los montados de Chihuahua se constituyen al servir el guisado sobre una cama de frijol y asadero, se coloca sobre la tortilla de harina y al contacto con el guiso caliente produce hebras de queso.Esta herencia culinaria ha permitido que el negocio de Arturo Moreno prospere durante más de 34 años, pues se encuentra ubicado en una zona estratégica comercial, a un costado del complejo industrial de la ciudad de Chihuahua.El negocio también lo trabaja doña Blanca Marrufo, quien junto a otras cocineras prepara a las cinco de la mañana los alimentos del día. Su especialidad por más de 50 años han sido las tortillas caseras, pues desde que tenía nueve años las preparaba para su familia, en el rancho que la vio nacer, en la comunidad de Labor de Terrazas.
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Asegura que las ventas de burritos y montados son "intermitentes, porque la comida es un negocio noble pero hay meses muy buenos y meses en que baja el consumo, sobre todo cuando hay carestía por el regreso a clases. Vendes más en tiempo de frío por la necesidad calórica natural del cuerpo".