FYI.

This story is over 5 years old.

Tecnología

Según un estudio, tener hijos es de las peores cosas que te pueden pasar

Según algunas cifras, los nuevos padres sufren más que las personas en duelo por sus parejas muertas.
Photo via Flickr user Bradley Gordon

Un terrible estudio publicado la semana pasada en el diario Demography sugirió que ser un nuevo padre puede hacerte miserable. El estudio, llevado a cabo por la demógrafa Rachel Margolis, entre otras personas, es titulado "Parental Well-Being Surrounding First Birth as a Determinant of Furher Parity Progression" (algo así como: "Bienestar parental del primer nacimiento como determinante de una posterior evolución igualitaria"). La investigación se realizó en Alemania, país que recientemente superó a Japón como la nación con la tasa natal más baja del mundo.

Publicidad

Los investigadores se propusieron a entender la diferencia entre el número de hijos que la gente quiere, y el número que terminan teniendo. Los alemanes, en particular, dicen que quieren en promedio dos hijos, pero suelen tener uno y medio. Esta estadística sugiere que una gran porción de la gente que quiere hijos lo reconsidera después de tener al primero. ¿Por qué sería esto?

El estudio culpa a "una caída en el bienestar tras el primer nacimiento". A esto también le podemos llamar simplemente "desdicha".


Lea también:


Para recopilar la información, el estudio le preguntó a las personas sobre su "bienestar general" en el transcurso de cinco años; que incluyeron tres años antes del nacimiento de un primero hijo, y dos después. No se les preguntó a los encuestados directamente por los temas de crianza, ya que está el "tabú" de admitir que los hijos succionan la vida de sus padres.

La caída en la presunta felicidad de los nuevos padres está más allá del nivel que uno esperaría, de noches en vela, y de lidiar con pañales sucios. De hecho —y preocupante, de alguna manera—, la desdicha no se asienta sino hasta el primero o segundo año de nacimiento. Y cuando lo hace, es muy miserable.

El Washington Post señaló que este no es el único estudio en el que se le pide a la gente que califique su nivel de felicidad de 1 a 10 en un momento particular de su vida. Y, al existir otros, podemos hacer unas comparaciones rápidas. Por ejemplo, se reporta una caída promedio de 0,6 tras un divorcio, y una de un punto completo después de quedar desempleado o de la muerte de una pareja. ¿Y después del nacimiento del primer hijo? Arrasa con todo y cae con un promedio de 1,6.

Publicidad

El estudio reunió las fuentes de tristeza en tres categorías. La primera y segunda consisten en todo lo que conlleva concebir, estar embarazada, y dar a luz: problemas de fertilidad, vomitar y cosas como esas. La tercera categoría trata de "la naturaleza continua e intensa de la crianza infantil en el primer año", que incluye problemas como "depresión, aislamiento doméstico, y deterioro en la relación".

Así que prepárense para la depresión, la soledad y las peleas con sus parejas, si planean tener hijos en el futuro cercano.


Lea también:


Los autores, sin embargo, aclaran que esto solo cubre las presiones de ser nuevos padres, no las de los padres de niños de primaria, o de personas adultas —que podría resultar en un estudio muy divertido. Y esto sucedió únicamente para intentar entender lo que pasaba con el tamaño de las familias en Alemania. Añaden que estudios posteriores podrían significar la única forma de "abordar las que las experiencias de crianza a lo largo de la vida afectan positiva o negativamente la fertilidad".

Sigue a Mike Pearl en Twitter.