Qué partidazo en Stamford Bridge. Hubo una cantidad desproporcionada de drama: Zlatan fue expulsado, Diego Costa lo podría haber sido (dos veces), y Edinson Cavani se pasó todo el partido haciendo cosas raras con una belleza fuera de lo común. Y todo esto antes de que a Thiago Silva se le fuera totalmente la pinza primero y después guiara al PSG a cuartos de final de la Champions League. Hizo falta una prórroga para eso.
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Primero, Gary Cahill abrió el marcador después de un córner en el que el balón se paseó por dentro del área hasta que Diego Costa remató alocadamente y la mandó sin querer al defensa inglés para que fusilara la red de Salvatore Sirigu. David Luiz anotó el gol del empate apenas cuatro minutos más tarde, en el 85, con un remate de cabeza que a ti y a mí seguramente nos rompería las cervicales.
Habían pasado unos diez minutos cuando la cosa volvió a irse de madre. En la prórroga, y por alguna razón que ignoramos, Thiago Silva decidió pasarse al baloncesto e intentar agarrar un rebote dentro de su propia área. El árbitro, que no tenía constancia de ningún cambio de deporte, pitó penalti. Eden Hazard tomó la responsabilidad y mandó el balón a las mallas para recuperar la ventaja para los locales. Fue entonces cuando Thiago Silva se centró, recordó que había olvidado las zapatillas de baloncesto en el recibidor de su casa y se redimió con un cabezazo espectacular desde el punto de penalti.
Pocos segundos después de que Thibaut Courtois detuviera un remate de Thiago Silva tras un córner, el Chelsea concedió otro y el zaguero brasileño le sacó partido con un cabezazo por alto al que ni los casi dos metros del portero belga pudieron hacer frente. El PSG, que llevaba jugando con diez hombres desde la primera mitad, se clasificó para los cuartos de final gracias al mayor valor de los goles en campo contrario.[FS1]