Jammz es la fuerza que mantiene encendida la llama del grime

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Música

Jammz es la fuerza que mantiene encendida la llama del grime

Escupe fuego, produce beats, dirige su propio sello y actúa con más frecuencia que un actor del West End. Es hora de que conozcas a Jammz.

Es viernes por la tarde y Jammz esta terminando su desayuno inglés en un bareto desierto de Hackney Wick. Todavía le queda media loncha de beicon frito en el plato y por la expresión de su rostro algo me dice que le habría gustado acabarlo antes de verme entrar por la puerta. A pesar de la hora, lo que está comiendo es literalmente su desayuno, pues no se fue a la cama hasta las 6 de la mañana.

El MC de 25 años estuvo en una rave en Leeds la noche anterior y la pegatina de 'artista' todavía cuelga de su sudadera negra. Ahora le toca pasar toda la tarde conmigo, luego tiene una cita con otros ocho MC para un Boiler Room y para acabar el día volverá al estudio a grabar más música. Su teléfono vibra mientras estoy con él y cuando por fin se acaba la batería saca otro de reserva. Parece cansado, no tiene ojeras pero habla y se mueve como si estuviera bajo el agua.

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Desde que empezó a ganar más atención en 2015 con su  Hit Then Run EP, Jammz se ha convertido en uno de los MC más desafiantes y enérgicos de lo que se conoce como la 'nueva ola' del grime (junto con gente como AJ Tracey, Novelist, Elf Kid y otros). Dirige su propio sello, ha sacado cuatro EP, produce todas sus canciones, actúa con más frecuencia que un actor del West End y escribe unos versos inteligentes y llenos de furia.

El año pasado, gracias a su tenacidad consiguió (junto con otros pocos MC) sacar de las cenizas la radio estilo pirata y conseguir que volviera a ganar relevancia. En una buena semana, le podíamos escuchar hasta seis veces en emisoras de todo Londres; en ocasiones desafiando las normas del tiempo y del espacio, como cuando se presentó en una misma tarde en Flex FM, Rinse FM y Mode FM. Básicamente, si fuese un jugador de baloncesto sería de esos que cuando llega a casa después del entrenamiento se pasa la noche en la calle perfeccionando el tiro libre bajo la luz de una farola.  "Solo me faltaba dormir allí", bromea,  "algunos DJ me confiaban incluso las llaves de la emisora y me pedían que cerrara".

Es difícil hablar de un MC de grime sin hablar de su procedencia. Desde que empezaron las llamadas guerras de los códigos postales, el grime ha estado estrechamente ligado a la idea de representación de un lugar. Nació del sonido del Bow y luego se convirtió en el sonido de Londres. En los últimos años, ha resurgido en otras partes del país, como Birmingham, Glasgow e incluso Blackpool, y esa obsesión y orgullo por la región y procedencia todavía se plasma en el estilo y versos de los nuevos MC. Teniendo un tema en su nuevo EP titulado "It's A London Thing" –un retrato de la ciudad fiero y agridulce– parece más que adecuado que Jammz me hable de sus orígenes.

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Me cuenta cómo su primo le hizo empezar a rapear y que de niño la radio era su mejor amigo. De adolescente, solía pillar bootlegs de grime en el mercado local de los domingos, y me asegura que tiene  "una buena colección de grime de los viejos tiempos. Pregunta a quien quieras, si quieres algo, yo lo tengo". Pero su herencia musical no acaba aquí. Su padre fue músico de jazz profesional y en su casa sonaba cualquier cosa desde Fleetwood Mac hasta A Tribe Called Quest. De niño, Jammz solía matar el tiempo en casa trasteando con cajas de ritmos Akai y utilizaba disquetes para cargar samples con los que experimentar. El ordenador de la familia, un Compaq negro, permanecía conectado durante días porque su padre utilizaba Kazaa para descargarse software de música sin parar.

Pero Hackney Wick es un lugar bastante extraño para pasar la infancia. La familia de Jammz fue la primera que se mudó al bloque de edificios de nueva construcción donde sigue viviendo, y él también estrenó junto con otros niños la nueva escuela en la que estudió. Incluso hoy, sigue siendo uno de los lugares más extraños de Londres. Está rodeado de dos grandes carreteras que lo mantienen aislado y parece un microcosmos de la esperanza y miseria de la ciudad. Por una parte está la modernización del Parque Olímpico y un ambiente único creado por una mayor concentración de artistas y salas de estudio por metro cuadrado que en ningún otro lugar del Reino Unido. Pero por otra parte está la segregación y las inmobiliarias agresivas que intentan limpiar el lugar atrayendo a tipos creativos para darle un look más 'atractivo' –con nuevas cafeterías cool y sitios de pizzas artesanas–, para poder vender a los ricos y echar a la comunidad local original por no poder pagar los precios.

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Jammz apunta con el dedo hacia una iglesia a la que solía ir de niño. A los lados y por detrás han construido apartamentos y áticos multimillonarios que la rodean como si fueran tumores arquitectónicos. El panfleto que encuentro dentro me dice que la iglesia fue establecida en 1880 para llevar a cabo obras caritativas en la zona. Ahora, según dice su página web, es un "centro cultural" que cuenta con "26 apartamentos de lujo de nueva construcción".

Son historias que Jammz suele tratar en su música, ilustrándolas con una claridad que le diferencia de otros MC. "Nunca me propuse escribir canciones sobre la gentrificación", dice,  "pero solo hay que mirar a tu alrededor. Por aquí todo es casi lo contrario de lo que parece. Estamos al pie de estos apartamentos de lujo en los que viven tipos con pasta, pero dos calles más abajo tenemos el gueto. Es de locos pensar que ambas cosas puedan coexistir. Pero mi canción "It's a London Thing" también tiene la intención de motivar… Esta ciudad es una gran parte de mi identidad cultural. Me ha dado una perspectiva sobre el mundo".

El mes pasado publicó su nuevo  Warrior EP con cinco temas, y decir que contiene una fuerte carga política es como decir que una pizza margarita con doble de queso de Dominos lleva queso. El grime siempre va ligado a la política, pero Jammz tiene una forma de tratar estos temas que da mucha fuerza a su sonido. "Right Now" (con la colaboración de Shemzy), por ejemplo, es un ataque furioso al malestar existencial que se apoderó del 2016 y dejó a la esfera política británica sin saber hacia dónde mirar. Theresa May incluso se lleva unos palos, porque no puedes ser la primera ministra de Inglaterra hasta que no te hayan puesto a parir en unas rimas de grime. Pero hay una letra especialmente emotiva que se me ha quedado grabada en la mente desde que la escuché por primera vez: "Es irónico, si quieres mantener tu cordura / Ahora mismo tienes que ser un insensible".

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"Si vives en un sitio como Hackney, no paras de ver mierda por todas partes", dice Jammz cuando le pregunto por esa letra. "Los políticos no paran de soltar mierda por la tele, pero no se refleja en lo que vemos en la vida real. Presté mucha atención a cómo se fue desarrollando todo el asunto del Brexit. El problema no fue tanto la frustración de que saliéramos de la Unión Europea sino la forma en la que se comporta la gente". Para un tipo cuyas rimas parecen estar alimentadas por un sentimiento de rabia, ha estado bastante calmadito durante todo el día, pero ahora parece empezar a animarse y me habla de cómo empezó a ver aumentar la discriminación racial durante el verano mientras iba en el metro.  "Ahora vivimos en un mundo donde tienes que desensibilizarte si quieres mantenerte cuerdo. La gente ya ni si quiera quiere ver las noticias. La ignorancia es la felicidad, ¿no? Así es como la gente ha logrado sobrevivir estos días".

Nos subimos a un Uber y partimos rumbo hacia Wapping para el Boiler Room de esta noche. Jammz ha preparado un  cypherque se podrá ver online en directo para celebrar el lanzamiento de su EP, y podemos esperar ver también a otros jóvenes MC y DJ como Mak10, Capo Lee, Coco, Mez, Blacks, Jack Dat, Slickman y Grandmixxer.

Subimos al ático del Boiler Room para prepararlo todo. Por el camino, veo por la ventana del edificio de enfrente a una chica con una sartén llena de comida  que nos mira fijamente: una panda de jóvenes encendiendo luces, probando micrófonos, bebiendo cervezas polacas, partiéndose el culo, poniendo música a todo trapo y dando saltos. Me pregunto que pensará que está pasando aquí, aunque seguramente ya está acostumbrada a ver estas escenas cada viernes desde que el Boiler Room se trasladó a este edificio.

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Como soy una de las pocas personas en la sala que no es un artista, me refugio en un rincón para quitarme del medio y poder observar sin perderme detalle. Jammz empieza a hablar de cómo irá el set. Cada MC se comporta de forma diferente, algunos entran en una profunda concentración, otros estudian unas notas sobre un papel y otros empiezan a hacerse cubatas y a descojonarse. El aire está lleno de energía, incluso cuando nadie habla ni se mueve se sigue percibiendo algo intenso en la sala.

Entonces alguien grita que las cámaras están grabando en vivo y todos parecen tomar consciencia y poner su mejor cara. El foco de la cámara se convierte en un embudo para que cada uno pueda descargar su catarsis, ya sea escupiendo su rabia, humor, pasión o su cruda energía. Los MC esperan en círculo a que llegue su turno y la cámara se detenga en cada uno de ellos.

Jammz parece suelto pero sereno; como un corredor al principio de una maratón. Su cabeza asiente sin parar y la botella de agua que tiene en la mano no pierde ni un solo beat en los 60 minutos que dura la actuación. Más que inquieto, parece estar ardiendo. En situaciones como esta, parece que el grime tiene mucho en común con una dura disciplina como la de la música clásica o el ballet. No hay lugar para el miedo escénico o las inseguridades: es hacer o morir. Un guitarrista puede refugiarse tranquilo tras su instrumento y un DJ apenas tiene que levantar la cabeza durante una sesión, un rapero introspectivo puede mostrarse tímido sobre el escenario y un cantante elusivo puede parecer distraído entre canción y canción rodeándose de un aura de misterio, pero si un MC de grime no actúa como si fuera el dueño de la sala desde el momento en el que coge el micro, está muerto.

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Tres días después, un lunes por la noche, vuelvo a hablar con Jammz por teléfono. Le pido que me describa cómo fue actuar en el Boiler Room hace 3 noches, se esfuerza por explicarlo fielmente con palabras:  "No es fácil de describir. Actuar es una onda diferente. Siempre me introduzco con calma en el lugar. No sé que es lo que me pasa por la cabeza cuando estoy ahí, solo sé que todo el mundo encuentra lo suyo en la vida, y lo mío es actuar".

Durante nuestra conversación vuelve a parecer cansado, pero con un aire de un conejito de Duracell. Así es el grime, solo sobreviven los más aptos. Es un trabajo duro. No es una industria de un solo hit, y ya hemos visto lo que pasa cuando los grandes sellos intentan convertirlo en eso. Es una industria donde hay que engrasarse las manos, donde no hay éxito sin sufrimiento. Incluso ahora que está alcanzando un gran nivel de popularidad, sigue habiendo poco lugar para embusteros o medias tintas. Toda la filosofía del grime se basa en que el artista crea que su trabajo es mejor que el de cualquier otro. Jammz tiene todas las herramientas de su parte, pero sigue siendo, por ahora, un talento infravalorado. Es uno de esos artistas que podría saltar a la fama o caer desmerecidamente en una de esas categorías del "MC favorito de tu MC favorito".

En sus letras hay varias pistas que nos descubren que piensa más en su carrera que muchos otros artistas.  "Todo el mundo quiere progresar", dice, y tras una pausa añade:  "y hay ciertas cosas que ni si quiera quiero volver a repetir… algunos lugares o ciertas situaciones. Estos días, si no hago algún progreso siento como que algo no marcha bien". Llegamos al final de nuestra conversación, son las 9 de la tarde y le pregunto que planes tiene para la noche. Hoy ha estado trabajando con su sello, acabó una sesión de fotos antes de nuestra charla y ahora ha vuelto al estudio para grabar una colaboración con otro artista, luego se irá a Phonox en Brixton y luego se pondrá a trabajar en sus cosas. Solo es cuestión de tiempo que un mayor público se empiece a fijar en él, y algo me dice que no parará hasta que eso suceda.

Fotos de Ashley Verse.

Traducido por Rosa Gregori.