La voz de mujeres negras es el sonido del Rock n’ Roll

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Música

La voz de mujeres negras es el sonido del Rock n’ Roll

Amor y aprecio interminable es lo mínimo que podemos ofrecer a pioneras como Big Mama Thornton y Tina Turner.

De todos los géneros musicales, el rock n' roll ha permanecido como el más desafiante y experimental. Fusionado con el blues, el gospel, el jazz y el country, en la raíz misma de su creación se encuentran los sonidos y los ritmos de la voz femenina afro-estadounidense. Con un impacto no reconocido por la historia, las espaldas de mujeres negras sostienen historias que los libros nunca han tenido la fuerza de contar. Y dentro de las páginas de estas enciclopedias, hay una narración que rinde homenaje al legado fundacional de las mujeres negras que moldearon el cuerpo del rock 'n' roll.

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El legado de mujeres negras en el rock, cuando es investigado y estudiado correctamente, aparece de manera omnipresente. Sus nombres, sin embargo, son borrados del primer plano porque el sexismo y el racismo anti-negro te hacen creer que el rock n' roll fue creado por un modesto hombre blanco de voz ronca. Elvis es ampliamente reconocido como el "Rey del Rock n' Roll", Eric Clapton ha sido inducido al Salón de la Fama del Rock n' Roll tres veces, y Freddie Mercury de Queen es un nombre que muchos ponen en la mesa de discusión por su incomparable tono, control y rango vocal, complementado con su inigualable presencia escénica. Aún antes de estos hombres, al menos dos décadas atrás, Big Mama Thornton y Sister Rosetta Tharpe jammeaban en la guitarra eléctrica, y Bessie Smith encaminaba el blues que se convertiría en uno de los pilares fundamentales del rock. Estas mujeres negras hacían olas mientras el mundo las hubiera preferido ver ahogarse.

Como el hijo nacido de una innovadora mezcla entre estilos musicales africanos y americanos, el rock n' roll está formado por muchos otros géneros. "Rocket 88" de Jackie Brenston es considerada la primera canción de rock n' roll en la historia, pero no fue hasta que Sister Rosetta Tharpe comenzó a tocar gospel en una guitarra eléctrica que la gente se escandalizó y emocionó al mismo maldito tiempo. Dejó a la población americana completamente desprevenida en el manejo de una creación cuyo alcance tendría un impacto sísmico en las normas raciales, de género, religiosas y culturales. Los poderosos y vibrantes rasgueos de su guitarra eléctrica eran un hedonismo pecaminoso, vistos como una adición vulgar al sombrío órgano y a las suaves notas del piano de la adoración cristiana. Estados Unidos antes de la lucha por los derechos civiles, estaba también profundamente arraigada en la política de dignidad que los afro-estadounidenses consciente, e inconscientemente, se habían impuesto a sí mismos como evidencia de su humanidad. En los años 50, ser un negro educado no era suficiente para darle valor a su propia humanidad. Uno tenía que tener una moral fuerte, casi piadosa. Un traje y corbata para los hombres, y vestido a la rodilla, guantes y sombrero para las damas. Había que tener una conciencia política que adoptara la falacia del sueño americano, y un patriotismo que olvidara los crímenes de los colonos, del genocidio nativo, y de la esclavitud. Para ser un negro norteamericano tenías que ser el negro perfecto, y con eso alcanzar sólo una fracción del respeto prometido en una constitución imperfecta.

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El rock n' roll era aceite para las sofocantes aguas de esa dignidad. Era un contraste sorpresivo y no deseado a las notas del blues y los versos del gospel, empapados en perpetuo martirio y desesperación. Fue una declaración política que se apoyó en la disonancia de crear diálogos sobre la política de los espacios. Específicamente, cuál y cuánto espacio podía reclamar un afro-estadounidense, generando una revolución encabezada por mujeres de color. A través del rock n' roll , el mundo escuchó ecos de los espirituales negros, llevándolos de vuelta al sur del país anterior a la guerra de secesión, como un recordatorio del dolor y la lucha que las mujeres negras habían vivido. Cuando las mujeres negras cantaban, se convertían en guardias de su propia autonomía, dejando la dignidad en el aire, negándose a que sus cuerpos y voces fueran censurados.

Tales fueron las acciones de Willie Mae "Big Mama" Thornton, la primera en grabar y lanzar "Hound Dog", canción que tiene el crédito de haber generado un impacto seminal en el Rhythm & Blues. Previo a su lanzamiento, el R&B había sido dominado por artistas de color masculinos como T-Bone Walker, Louis Jordan alias "King of the Jukebox", y Charles Brown. Sus canciones hablaban de amor, corazones rotos por mujeres insensibles, y aceptación de afectos no correspondidos. Thornton liberó "Hound Dog" como un hit inolvidable que no hablaba de amor, sino que lo interpelaba. Veía al amor como una herramienta usada por mujeriegos sin remedio que se hacían pasar por amantes sinceros, aunque en realidad no lo fueran.

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You ain't nothing but a hound dog (No eres más que un sabueso) 
Been snoopin' round the door (Husmeando en la puerta)
You ain't nothing but a hound dog (No eres más que un sabueso)
Been snoopin' round my door (Husmeando mi puerta)
You can wag your tail (Puedes mover la cola) 
But I ain't gonna feed you no more (Pero no te voy a dar más de comer)

"Hound Dog era literalmente el "boy bye" de Beyoncé, años antes de que la gente comenzara a tomar limonada y escaldara sus lenguas con té caliente. Thornton abrió espacio a la actitud en el R&B, y su voz era comparable a la de la leyenda del blues Big Joe Turner, siendo ambas poderosas y redondas. Como mujer, tal fuerza y claridad vocal eran inesperadas, poniéndola en los escalones superiores de la realeza del rock para ser admirada y servir de inspiración para Little Richard, Chuck Berry y Elvis Presley. Big Mama usaba el rock para mostrar su fervor espiritual ("Sing out for Jesus"), y al mismo tiempo hacernos conscientes de su destreza sexual ("I want you to rock 'n' roll me, like my back ain't got no bone"). Rocanroleando por el Señor y rocanroleando en la cama. Una mujer negra hizo eso y se apropió audazmente de su narrativa. Escogiendo ser tanto andrógina como femenina, Big Mama Thornton sentó las bases para los artistas que vendrían después e ingeniarían su propia comprensión del género y la sexualidad.

Junto a Etta James, Thornton personificaba el mantra de vida salvaje, compulsivamente bebedor, y sexualmente liberado del rock n' roll. Como mujer negra, una aceptación tan libre y sin obstáculos, era revolucionaria. La presentación en vivo de "Rock Me Baby" de Thornton en 1971, donde grita, gruñe y aúlla por ser amada, por ser amada con más fuerza, por ser amada toda la noche, es liberación en su forma más intensa.

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El cantante norteamericano de soul Jackie Wilson, alguna vez dijo que "mucha gente acusa a Elvis de haber robado la música de los negros cuando en realidad, casi todos los artistas solistas negros copiaron sus movimientos escénicos de Elvis". Con esta declaración, Wilson falla doblemente: al no incluir a las mujeres negras en la música cuyo arte fue apropiado por artistas blancos, y al afirmar también que los artistas negros copiaron a Elvis. Uno de los más grandes éxitos de Presley era precisamente un cover a Big Mama Thornton. El "Rey" habría sido entonces bastante mediocre si no fuera por aquellas mujeres negras que expandieron los límites y le abrieron espacio para que fuera reconocido como un grande.

Hay cierta rabia en el rock n' roll que los hombres blancos jamás han podido comprender, en comparación a los muchos problemas que han enfrentado las mujeres de color. Esa rabia se deriva de los obstáculos aparentemente infranquebles superados por las mujeres negras, quienes han sido las protectoras y nodrizas no reconocidas de EE. UU. por siglos. Thornton dijo: "Mi canto proviene de mi experiencia, mi propia experiencia, nunca tuve a alguien que me enseñara, nunca fui a la escuela de música, me enseñé a cantar, a tocar la armónica, e incluso a tocar la batería viendo a los demás. No puedo leer música, pero sé lo que estoy cantando, no canto como nadie más que como yo misma". Ser un "yo" y no una extensión de conceptos racistas erróneos es el único confort que encontraron las rockeras negras. Chaka Khan declaró valientemente que ella era "todas las mujeres", y Erma Franklin ofreció desinteresadamente un pedazo de su corazón para que fuera roto y destrozado por un amante que no lo merecía. Masoquismo en su faceta más tierna, por mujeres que sabían cómo amar, cómo ser heridas, y finalmente, cómo sobrevivir.

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Tres décadas después de que Thornton deslumbrara con "Hound Dog", otra diva del sur conocida como Tina Turner lanzó el aclamado álbum, cuádruple ganador del Grammy, Private Dancer. Con una voz que todavía suena como si hubiera tragado pedazos de vidrio para después lavarlos con whisky, Turner era ya una artista muy querida y respetada. Aun así, alcanzó su pico en solitario en un momento en que el rock estaba saturado de voces blancas masculinas y desinfectado de ese carácter y aspereza que había distinguido a Big Mama Thornton y a la voz pionera de S. R. Tharpe. En los años 80, las voces femeninas negras fueron encasilladas en el pop y sólo se comercializaban como tales. Pero los elementos de rock de las actuaciones y las vocales de Turner fueron innegables en éxitos como "Proud Mary", "What's Love Got to Do With It", "Better be Good to Me" y "Let's Stay Together". Los conciertos de Turner han sido inmortalizados digitalmente como edenes musicales; gloriosos espacios de maravilloso nirvana. Sus sets son famosos por sus electrizantes solos de guitarra y saxofón, con deslumbrantes vestimentas; goteando en sudor, sexo y glamour, movimientos de baile coreografiados en el lugar mismo, y un peinado que por sí solo es un momento.

Sólo un Jackson volvería a llevar a las mujeres negras al pináculo del rock, una vez que Janet combinó el género con el soul, el funk y el pop en su discografía. "Pleasure Principle", "Rhythm Nation", "Together Again" y "All for You" son temas sobresalientes de cuatro de los álbumes de Jackson que rejuvenecieron el rock 'n' roll. Muchas de sus canciones fueron censuradas por sus letras explícitas que se consideraban lo suficientemente vulgares como para justificar una advertencia de aviso parental, con "Would You Mind" siendo incluso prohibida en Singapur por su alto contenido sexual. Tanto Turner como Jackson alteraron las expectativas sobre los cuerpos de mujeres negras, capitalizando su sex appeal sin vergüenza y bailando sin inhibiciones. El éxito convergente de Turner y Jackson como estrellas de pop y diosas del rock, aseguró que los críticos tuvieran que tropezar siempre al fallar en categorizarlas como un tipo singular de artista. Y eso es tan radical como el rock puede serlo.

Parafraseando a la periodista Doreen St. Felix, estaremos perpetuamente agradecidxs con las mujeres negras cuya inventiva artística superó a sus pares y a los ejecutivos musicales por años. Por ello, el rock'n'roll tiene una gran deuda con las geniales obras que llegaron cortesía de las mujeres negras: las creadoras, las impulsoras y agitadoras, y el corazón y el alma de un género que se convirtió en una magnífica invención, a partir de la mezcla liberal de todas las cosas fuertes, negras y hermosas. Son profundamente amadas.

"¿Que tiene que ver eso con el amor?" preguntó Tina. Todo. Porque el amor y el aprecio interminable es lo mínimo que podemos ofrecer a las mujeres negras que gritaban, gruñían y aullaban mientras rocanrolearon.