¿Cuándo abrazará el fútbol a la psicología?

La salud mental no se encuentra necesariamente en la agenda del mundo hipermasculino del futbol profesional. Después de todo, la salud mental no está realmente dentro de la agenda social. Sin embargo, dada la forma en la que el futbol ha adoptado la ciencia deportiva, el análisis estadístico y la tecnología de desempeño, es extraño ver al futbol quedarse atrás de otros deportes al adoptar la psicología.

Se han escrito libros, se han dado TED talks y también testimonios brindados por atletas de otros deportes variados que atribuyen grandes porciones de su éxito a la forma en la que sus mentes han sido entrenadas, así como sus cuerpos. La verdad es que no podemos medir con precisión cómo las emociones y la estabilidad mental impactan sobre el desempeño atlético. Pero lo que pasa fuera del campo ciertamente tiene impacto en lo que pasa dentro del mismo.

Wilson Palacios, quien fuera un mediocampista con nivel de Champions League, no ha logrado replicar su nivel desde que su hermano en Honduras fuera secuestrado y asesinado.

Angel Di María, luego de haberse movido a Manchester, fue víctima de un robo, y subsecuentemente ha fracasado para poder asentarse en Inglaterra.

Roberto Soldado, gran anotador para el Valencia, se movió al Tottenham y los goles comenzaron a escaparse. Las noticias pronto señalaron que su pérdida de forma había coincidido con un aborto involuntario sufrido recientemente por su esposa, y un año después, Soldado sigue sin mejorar en el campo.

Obviamente hay muchas historias como estas, ¿pero cómo realmente la vida de un jugador lejos de los campos afecta sobre lo que producen en la cancha?

"La ciencia ha sido corroborada, es indiscutible que el trabajo de un psicólogo es esencial para lograr la excelencia atlética", señala Tom Bates, un coach de desempeño que ha trabajado con atletas olímpicos y de la Premier League de Inglaterra. "Otros deportes tienen menos recursos que el futbol, pero otros deportes han abrazado a la psicología más de lo que el futbol ha hecho, y con más efectividad".

Bates recuerda una experiencia que tuvo trabajando con el West Bromwich Albion F.C.

"Incluso la palabra 'psicología' puede crear una barrera en la gente. Piensan que si hay un psicólogo presente, entonces debe haber algo malo con ellos. Bromeo con la primera vez que entré al complejo y me encontré con el entonces capitán Steven Read, quien me señaló y dijo 'ah así que eres el nuevo intimidador, tú estás aquí para sentarme en el sillón y ondearás esa cosa en frente de mi cara' y yo dije, no, en realidad soy el facilitador, no estoy aquí para arreglar nada, si no para aumentar tu desempeño, ayudarte a tener ese uno, dos, tres o cuatro por ciento extra".

El psicólogo de desempeño Dr. Barry Cripps señala que el estigma y la falta de educación siguen deteniendo al deporte cuando se trata de salud mental.

"Existe este miedo que la asociación con la psicología será profesionalmente dañina. Los jugadores podrían pensar que si admiten que algo está mal, podrían ser separados del equipo, así que usualmente no le dicen a nadie, o se expresan. Lo mismo se puede decir de los clubes que no comparten públicamente que trabajan con psicólogos. No quieren que esa información llegue a la prensa. El problema con la psicología del deporte en el futbol es que los entrenadores, coaches y fans dicen '¿qué tiene que ver un psicólogo con meter la bola a la red?' porque no pueden ver la conexión".

Cripps también cree que lo que pasa fuera del campo impacta en el desempeño. Esto no es diferente en el futbol ante cualquier otro campo. Citó la historia de un paciente que era director de marketing en una gran compañía y perdió un niño, y luego vio su desempeño desplomarse, y caer las ventas e inversiones de su compañía. La terapia ayudó.

"Tenemos que recordar siempre que estamos lidiando con hombres y mujeres ordinarios en el deporte, con talentos extraordinarios, pero son simplemente seres humanos, que siempre van a estar inexorablemente vinculados a sus estados emocionales", señala Bates. "La vida se convierte en una caminadora para los atletas, es una batalla constante por ganar confianza y lidiar con los reveses, y si a eso le agregas los problemas sociales y personales que afectan el funcionamiento mental y emocional de un ser humano, entonces la respuesta natural será en detrimento de sus nivel de desempeño".

"La persona está primero, el futbolista es secundario", agregó Bates. "Si puedes ayudar a la persona, puedes tener el doble del jugador".

Sin embargo, el Dr. Cripps dudó para trazar una línea recta entre el trauma y el desempeño.

"Conectar la causa con el trauma es bastante engañoso", señala Cripps. "Por ejemplo, el Desastre Aéreo de Munich, que afectó al Manchester United, no todos los jugadores involucrados en el incidente y que sobrevivieron se dieron por vencidos como resultado. Así que dar una correlación definitiva no es fácil".

Después de que 23 personas, incluyendo ocho compañeros de equipo murieran en el Desastre Aéreo de Munich, Sir Bobby Charlton, entonces con 20 años, usó la experiencia como una herramienta de motivación para el resto de su ilustre carrera. La forma con la que se lidia un trauma depende totalmente del individuo.

Sin embargo, el mundo del futbol tiene un camino por recorrer cuando se trata de la salud mental.

"Trabajo de cerca con jugadores y entrenadores, pero para algunos, aún existe ese estigma, aún siguen temerosos de mostrar señales de debilidad", dijo Bates. "La psicología no tiene que ser usada como una cura, puede ser usada como medida preventiva, para ayudar y facilitar lo que ese sistema está produciendo en términos de sus jugadores".

El Dr. Cripps cree que el próximo paso es una reforma institucional.

"Tengo la absoluta certeza que los clubes deberían tener psicólogos entre su staff, registrados ante el Consejo de Profesiones de Salud y Cuidado. Necesitamos romper las barreras. A mi parecer, cada club, cada club deportivo serio—sea internacional, en liga o amateur—debería tener especialistas trabajando con ellos".

El futbol es un deporte que usualmente puede obstaculizarse a sí mismo a través de una necesidad innata de disipar cualquier sugerencia de cambio dinámico o reforma, especialmente fuera del campo. Con el juego creciendo tan rápidamente, con jugadores estrella cada vez más jóvenes, y con mejor pago, parece inevitable que tal vez cierta guía debería darse como un estándar, y el trabajo hecho tan exitosamente en otros deportes solamente impulsa esta idea.

Vemos continuamente a futbolistas elevarse y caer, a veces en una misma temporada, y no puedo ofrecer una explicación apropiada del porqué. Vemos a los jugadores lidiar con asuntos fuera del juego, pero rara vez les ofrecen algo más que una licencia compasiva cuando esto ocurre, y perdemos la paciencia cuando fracasan al regresar al juego con la misma capacidad que se fueron. Con esto siendo tan claramente el caso, ¿no es momento de que el futbol permita algo de ayuda?